─ Así que has decidido intentarlo... ─ Olaf, apareciendo casi de la nada como suele hacerlo, entra en mi habitación ─ Has decidido intentar ganarte su corazón, y bien ¿Cómo lo harás?
─ ¿Cómo... cómo es que has sabido mi decisión? ─ lo miro extrañada, por obvias razones mi plan es un completo secreto
─ Se te nota en los ojos, ya no hay tristeza, sino esperanza, entonces ¿Cuál es el plan? Kristoff me agrada, pero estoy de tu lado en esto, nadie merece la felicidad más, que Anna y tú, y si es juntas, mejor.
─ La verdad es que planeo demostrarle todo lo que yo estaría dispuesta a hacer por ella, quiero demostrarle mi amor con acciones más que palabras... se acerca su cumpleaños ¿Sabes? Tengo todo un plan para su cumpleaños, llevo meses planeándolo, será la primera vez que lo celebremos juntas en muchos años y quiero que sea el mejor día de su vida: regalos, pastel, música, decoración, todo será perfecto. Pero para eso aún falta, y desde mañana inicia el plan, le llevaré el desayuno a la cama e iremos a dar un paseo en la montaña.
─ Eso suena maravilloso, yo me encargaré de que Kristoff esté ocupado y puedas tener todo el tiempo posible a solas con ella, será un gran día entonces, buenas noches Elsa. ─ Olaf sale de mi habitación y yo me dispongo a dormir, aún con la sensación del abrazo de Anna y una sonrisa en el rostro.
Por primera vez en varios días duermo bien, sigo teniendo esos sueños, pero ya no me atormentan, Olaf tiene razón, no podemos elegir de quién nos enamoramos, y sea o no lo correcto, yo amo a Anna e intentaré ganarme su corazón, si triunfo seré la persona más feliz del mundo, y si no, aún seguiré velando por su felicidad y bienestar.
Por la mañana me despierto más temprano de lo habitual y me dirijo a la cocina, el cocinero aún no ha llegado, lo mío no es cocinar las cosas sino enfriarlas así que no sé muy bien por dónde empezar, tomo uno de los libros que mamá guardaba en un cajón de la alacena, le gustaba cocinar para papá aunque siempre tuvimos cocineros, paso las páginas y encuentro una sencilla y que seguro le gustará a Anna, tomo unos cuantos huevos, algo de harina, leche, un poco de azúcar, y claro, chocolate. Después de casi media una voz me distrae de mi labor.
─ ¡Reina Elsa! No sabía que despertaría temprano, permítame hacerme cargo de todo eso ─dice el cocinero sumamente apenado mirando el desastre que tengo en la cocina.
─ No sé preocupe, en realidad quería prepararle el desayuno a mi hermana, puede volver más tarde si gusta. ─ le digo fingiendo tener el control de la situación.
El cocinero asiente haciendo una reverencia y me deja de nuevo sola en la cocina, miro el reloj, debo darme prisa, Anna no es la persona más madrugadora del mundo pero nunca se sabe. Veinte minutos después ya tengo listos unos no muy estéticos, pero bastante sabrosos pastelillos de chocolate, una jarra de chocolate caliente y un tazón de cereales. Pongo todo en una bandeja, acompañado de dos platos y dos tazas y voy a despertar a Anna.
La encuentro profundamente dormida, con el cabello alborotado y un rostro tan apacible que parece un ángel, me quedo observándola un buen rato, es tan bella dejo la bandeja sobre una mesa y me acercó a su rostro, está tan dormida que de seguro no notaría si la beso, sus labios rozados entreabiertos son como una invitación... pero no, no será así, cuando la bese será porque ella así lo desea.
─ Anna, despierta ─ susurro mientras toco su hombro, nada ─ Anna, preparé chocolate ─ digo un poco más fuerte.
─ ¿Chocolate? ─ murmura adormilada, al verme despierta por completo, un tanto extrañada ─ Elsa, ¿Estuviste en la cocina?
─ Sí, ¿Por qué lo preguntas? ─ suelta una carcajada, salta de la cama y me lleva al espejo. Restos de harina cubren mi rostro, un pedazo de cascara de huevo adorna mi cabello, y una mancha de chocolate arruina mi vestido. Debí mirarme al espejo antes de entrar.
─ Quería hacerte el desayuno, sabes que no soy muy buena en esto, Anna, ni siquiera sé si sepa bien ─ digo acercándole la bandeja.
─ ¿De verdad preparaste todo esto tú sola? ¿Para mí? ─ me pregunta emocionada sirviéndose un pastelillo en un plato y un poco de chocolate en una taza.
─ Sí, para las dos en realidad, vamos a pasar todo el día juntas ─ digo sonriendo, la sonrisa que Anna me regala es enorme.
─ Elsa, esto está delicioso ─ me dice probando el desayuno, si supiera el impacto que causan en mí sus palabras, mi corazón se llena de tanta calidez que pienso que perderé mis poderes congeladores.
Pasamos buena parte de la mañana tomando el desayuno y conversando, recordando cuando éramos niñas, y aunque parezca extraño, poniéndonos al día, pasamos tanto tiempo separadas que aun teníamos cosas nuevas que contarnos.
─ Y entonces me pasé todo el día mirando como los soldados de papá usaban sus espadas, cuando todos se fueron a dormir me acerqué sigilosamente al lugar donde guardan sus armas, tomé una y me puse a practicar ─ me contaba Anna entre risas ─ mi espada quedó clavada en un enorme mueble de madera y no pude sacarla de ahí, salí corriendo con la esperanza de que nadie me descubriera... y ahí estaba papá, tras la puerta, esperándome... pensé que se molestaría mucho, pero no lo hizo, sacó la espada de la madera, la guardo y me llevo de vuelta a casa, un par de días después me dio un obsequio. ¡Era una espada de madera! Me enseñó a usarla él mismo.
─ Papá era un gran hombre, siempre nos apoyaba en todo, como me gustaría que fuera él quien te entregara... ─ dejé la frase sin terminar, no, no me gustaría que papá la entregara en su boda con Kristoff, no quería que Anna se casara con él, yo quería estar con ella, pero ¿Qué pensaría él? ¿Qué pensaría mamá? ¡Todo esto es una completa locura! ¡Enamorada de mi hermana, por Dios! Probablemente ambos lo reprobarían por completo, probablemente todo mundo lo reprobaría si supieran...
─ ¿Elsa? ¿Estás bien? ─ mi hermana me miraba con un poco de preocupación, seguro mi semblante reflejaba el caos en mi interior.
─ Anna... ¿Tú crees que el amor es inevitable? ─ le pregunté ─ Que... que a veces, cuando nos enamoramos no podemos contener ese sentimiento, aunque sea prohibido, o aunque sepas que no será correspondido... ─ empezaba a exaltarme, sentía mis mejillas arder, pero ya no podía detenerme ─ cuando el amor es tan grande que crees que el corazón se te va a salir del pecho... y... lo único que quieres es correr a los brazos de esa persona... y abrazarla... y besarla... y no separarte nunca de ella...

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Tormenta Desatada
Fanfiction(ElsaxAnna) Cuando Kristoff pide la mano de Anna, Elsa no puede seguir negando sus verdaderos sentimientos hacia su hermana, ahora se enfrenta a un gran dilema ¿Luchar por el amor de Anna o dejarla ser feliz con Kristoff? Elsa descubrirá que el amor...