- ¿Y? ¿Estás nerviosa? - mi madre me mira con lo que creo que es ternura, me sorprende que siga teniendo la misma reacción en mi primer día en el instituto cuando ya es el último año que voy a cursar.
- Mamá, ¡por Dios! - le respondo con diversión. Siendo sincera, Si estoy algo nerviosa pero supongo que es lo normal. - Un poco. - digo cuando noto que sigue esperando mi respuesta.
- lo sabía. Se nota en tu rostro. - mi rostro se torna serio a lo que ella ríe y giro los ojos mientras se acerca para abrazarme lo que puede ya que el cinturón de seguridad no le permite moverse mucho.
- Mamá, estás exagerando. - le dije. Siempre todo le emociona, típico de madre.
- vamos, no quiero que llegues tarde en tu primer día. - me dice con fingido apuro pero sé que quiere que me baje del auto para no ver si suelta alguna lágrima. Suelto una carcajada, tomo mi mochila del asiento trasero y antes de bajar del auto le doy un sonoro beso en la mejilla. - Te recojo? -
- No hace falta, Naty me lleva hasta casa. - le digo a lo que asiente y al fin bajo del auto a ver cuando arranca el motor, comienza a alejarse a la vez que saca su mano por la ventanilla y se despide una última vez.
Me giro para entrar al Instituto mientras busco a Naty, mi mejor amiga desde hace siete años, desde que nos conocemos nos encontramos en la puerta del intituto para entrar juntas a clases.
Afortunadamente cuando comienzo a caminar hacía delante para entrar sola escucho que detrás de mi gritan mí nombre.
- ¡Anna! - giro sobre mis pies y veo a mi loca mejor amiga correr hacia mí. - ¡Qué rápido caminas! ¿por qué vas tan deprisa?¿Olvidas que es al Instituto en donde vamos a entrar?- dice entre jadeos, ya que corrió mucho. La veo con diversión.
- Yo no camino deprisa, tú eres la que tiene un pésimo estado físico. - me causa gracia el rostro de fingida sorpresa que pone por lo que le dije antes de ver hacía todas partes del estacionamiento de la entrada por si alguien escuchó lo que acabo de decir. Para una de las animadoras del Instituto es casi como el peor de los insultos lo que le acabo de responder.
- Que sepas que una persona tan atlética como yo necesita anticipación para perseguir a alguien que iba tan rápido como lo he hecho. - dice en voz baja como si fuera un secreto.
- Apuesto que sí. - dije con diversión y entramos al Instituto dándonos empujoncitos.
Cuando caminamos a nuestra primera clase noto que Naty me mira más de lo común así que no dudo en preguntarle la razón.
- Oh... nada, me sorprende un poco tu estilo. Estás linda. - dice mientras me señala de la cabeza a los pies con una gran sonrisa.
Supongo que lo dice porque en el verano decidí comprar más ropa de color y no usar siempre negro, como acostumbraba hacer, me hacía sentir invisible y me gustaba. Pero le prometí a mi madre que iba a cambiar un poco del estilo "adolescente deprimida" según ella; a normal.
- Gracias, creo. - le respondí a Naty con diversión para recibir una sonrisa de su parte y luego entrar a nuestra clase abrazadas para que trancurriera el primer día de nuestro último año en el Instituto.
Cuando suena el timbre para avisar el final de la última clase del día tomo mis cosas rápido para salir, Naty me dijo antes de esa clase la cual no teníamos juntas que no iba a poder llevarme a casa ya que tenía una de esas prácticas o lo que fuese con su grupo de porristas así que fingi que no había problema ya que de todas maneras podría ir a mi casa caminando.
Pero claro que había problema, ¡No prefería caminar a irme en auto!
Esos pensamientos me acompañaban mientras caminaba hasta mi hogar.
Cuando estuve a unas casas de llegar comencé a ver a mi alrededor, nos habíamos mudado hace poco a otro vecindario y tenía el presentimiento de que me había perdido así que comencé a pedirle a Dios que no me haya equivocado. Aunque es irónico porque éstos son los únicos momentos en los que hablo con Dios.
- ¿Estás pérdida? - Escuché una voz ronca y me asusté por lo que vi hacía el cielo para ver si Dios me había respondido. Después de unos segundos alguien se aclaró la garganta por lo que giré mi cabeza hacía el perteneciente de la voz. Que a mi izquierda se encontraba divertido por la situación.
- Creo que sí. - le dije dudosa esperando que no fuera un tipo de acosador o algo así. Me estaba preparando para correr cuando dejó de mirarme para girar si cuerpo hacía la casa de la cual parecía haber salido.
- Yo vivo allí y nunca te había visto, así que al parecer sí te perdiste. - Dijo con un tono lo que sonó a burla pero no quería pensar lo peor. En realidad me fijé mejor en el chico que parecía tener mi edad, era bastante guapo.
Sus ojos se veían claros pero me encontraba muy lejos como para definir el color a diferencia de los míos que son tan azules que a la distancia en la que nos encontrábamos si pudo haberlos notado. Su cabello era negro y su piel era morena
- ¿Podrías ayudarme a saber hacia dónde ir? - le dije mi dirección cuando asintió con la cabeza para acercarse un poco más. Sus ojos eran una mezcla entre verdes y azules, en el medio tenían algo de marrón, por lo que me llamaba la atención ya que nunca había visto un color tan raro de ojos.
- Vives a unas dos calles de distancia, puedo llevarte. - Dijo con una sonrisa. También tenía una muy linda y blanca sonrisa.
Me sonrojé cuando notó que lo veía mucho así que le dije que no hacía falta y me aleje rápidamente hacía la dirección que creía correcta.
- ¡Hey! - me gritó el chico y me giré en su dirección. - Es hacia allá - Dijo mientras al parecer intentaba ocultar una risa y señalaba a la dirección contraria de donde estaba caminando.
Mierda.
》》》》
Nota de la autora:Éste es mi primer libro, si les gustó dejen sus comentarios y su estrellita, se los agradecería 💕😙
ESTÁS LEYENDO
Nosotros Ponemos Las Reglas.
RomanceAnna decidió cambiar su personalidad en el verano por pedido de su madre, de adolescente triste y solitaria a alguien más alegre vistiendo colores. Tiene 18 años, es hija única, pelirroja, pecas en el rostro y una hermosa sonrisa que hasta ahora nad...