Bajé de la camioneta de Nathan quitándole la oportunidad de que abriera mi puerta como acostumbraba hacer.
Si quería alejarme de él tendría que empezar restándole importancia a sus acciones tiernas y su caballerosidad, aunque eso doliera.
Nathan era todo lo que negaba posible en la vida real. ¿Y que rayos estaba haciendo?
Alejándolo de mí.
- ¡Anna! Espérame, maldita sea. - gritó Natalie con enojo. Sonreí y me quedé en mi lugar esperándola, a ella y a Nathan que también se dirigía hacia mi.
- Lo siento. - le dije con una sonrisa nerviosa. Ella negó con la cabeza en respuesta y giró la vista hacia Nathan.
- Gracias por traernos, en mi nombre y el de éste intento de disfraz de Halloween. - dijo refiriéndose a mi. Entrecerré mis ojos en su dirección.
- No hay problema. - respondió divertido, giró su cabeza en dirección a sus amigos que estaban llamándole. - Tengo que irme, nos vemos luego. - dijo y asentí en respuesta.
- Adiós bombón de chocolate. - respondió Naty con diversión y comenzó a caminar hacia la entrada del instituto.
Ya me vengaría.
- Nos vemos. - le dije a Nathan, subiendo y bajando los hombros sin importancia. Me giré para ir detrás de mi mejor amiga pero su mano sujetando mi brazo me detuvo.
- ¿Sabes? me gusta tu disfraz, aunque no sé lo que intentas preciosa. - dijo cerca de mi rostro. No pude alejar mis ojos de los suyos.
- No estoy intentando nada. - respondí con tranquilidad fingida.
- Podrías hacer algo mejor con la boca en vez de mentirme, nena. - dijo mirando ahora mis labios.
Maldito idiota.
Me solté con fuerza y caminé rápidamente hasta el instituto con enojo invadiendome.
¿Qué demonios se cree Nathan? Ni siquiera me conoce como para saber si miento.
Pero sí mentías...
Lo único que intento es alejarlo de mi. No tengo tiempo para "novios" o lo que sea que Nathan quería jugar.
Si quería ser parte de un juego, yo pondría las reglas.
Me dirigí a mi casillero en donde Naty estaba apoyada viéndome con desaprobación.
- ¿y a ti que te pasa? - pregunté con la sangre hirviendo todavía en mi interior.
- la misma pregunta me gustaría hacerte. - dijo cruzando sus brazos entre sí.
- a mi no me pasa nada. - respondí mientras me fijaba a mi alrededor que muchos estudiantes me miraban más de la cuenta.
- si, claro. Y yo soy la reina de Inglaterra. - dijo sarcástica mientras sacaba libros de su casillero a mi lado. Imité su acción en silencio.
- Vaya, ¿y hasta ahora me lo dices? - respondí divertida. Ella cerró su casillero con fuerza y me miró furiosa.
- Anna no veo lo divertido en ésto, si quieres alejarte de Nathan ¿por qué no se lo dices y ya? - preguntó cansina. Fruncí el ceño ante la pregunta. ¿Tan obvia era?
- No puedo... - pensé en voz alta.
- ¿Por qué no? - preguntó nuevamente.
Eso mismo quería saber yo.
- No lo sé, creí que sería más fácil si él se alejaba de mi. - respondí cabizbaja. Mis ojos se fijaron en mis botas negras y comencé a pensar en lo estúpida que estaba siendo.
- No quieres alejarte de él. ¿No es así? - preguntó lentamente. Miré sus ojos e iba a negar con la cabeza cuando tocó la campana para entrar a clase.
Subí y bajé los hombros sin importancia y caminamos juntas hasta nuestra clase de química.
Al entrar a la clase, en donde aún no llegaba el profesor y todos se encontraban hablando entre ellos, noté que algunos de mis compañeros me miraban más de la cuenta y rápidamente se giraban a hablar entre ellos.
Fruncí el ceño y comencé a arrepentirme nuevamente por vestirme de ésta forma.
Le señalé a Naty con la mirada la mesa vacía que se encontraba al final de la habitación y caminamos hacia ella.
- que bonito disfraz tienes puesto Anna. - dijo con sorna Celia Winston. La odiosa morena a la que la mitad del instituto admiraba como si fuera una reina y la otra mitad odiaba.
La ignoré y sin más, me dirigí hacia mi mesa.
Comencé a ojear distraídamente mi libro de química pero como si de un imán de tratase, levanté la mirada y ahí estaba él.
Nathan se encontraba apoyado en la puerta de la clase, mirando directamente hacia mí. Levantó su dedo índice y me hizo señas para que me acercase a él.
Negué la cabeza con nerviosismo y Nate reemplazó su pequeña sonrisa por completa seriedad, tanta que quise esconderme detrás de Naty.
Mi mejor amiga nos miraba uno al otro como si se tratase de un partido de tenis.
Nathan sin perder un segundo más comenzó a caminar hacia el fondo del salón, donde yo me encontraba quieta como si me hubiesen pegado los pies al suelo.
- Quiero hablar contigo, ¿nos vamos juntos cuando salgas? - preguntó serio, no sabía si verdaderamente existía la opción de negarme.
- No puedo dejar sola a Naty... - comencé a excusarme hasta que fuí interrumpida.
- En realidad, yo tengo cosas que hacer, no te preocupes por mí Anna - Dijo ella subiendo sus hombros sin importancia, ignorando mi mirada suplicando que se callara.
Nathan me gustaba, mucho, pero tenía terror a que las cosas salieran mal con él y parecía el chico perfecto, de esos que miras de lejos y sabes que nunca habrá oportunidad.
Pero sí la hubiera, no sabría si aceptar...
- Perfecto entonces, nos vemos luego nena. - respondió Nathan y se fue sin más.
Genial.
》》》》》
N/A: I'm back!!
Estuve algunos meses perdida, sin saber qué escribir. Espero que sigan leyéndome después de tanto tiempo😶😶
Voy a intentar no desaparecer de nuevo😑
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Nosotros Ponemos Las Reglas.
RomanceAnna decidió cambiar su personalidad en el verano por pedido de su madre, de adolescente triste y solitaria a alguien más alegre vistiendo colores. Tiene 18 años, es hija única, pelirroja, pecas en el rostro y una hermosa sonrisa que hasta ahora nad...