Para cuando llegamos a casa había oscurecido. Nos pasamos todo el día en el centro comercial comprando algunas prendas y mi madre insistió en comprarme un vestido para la cena de mañana en la noche.
Cuando regresamos, dejamos a Naty en su casa y prometí llamarla, luego llegamos a mi hogar.
Inmediatamente me dirigí a darme un baño, me vestí con unos pantalones de chándal negros y la camiseta que le había prestado a Nathan. Aún tenía su perfume impregnado.
- ¡Hija! ¿Qué quieres cenar? - preguntó mi madre al otro lado de la puerta de mi habitación.
- Cualquier cosa está bien, mamá. - respondí sin importancia mientras no apartaba la vista de la pantalla de mi celular. Estaba chateando con Naty y me estaba contando que Luke la había invitado a salir.
¡Por fin!
Me puse un poco triste puesto que si mi amiga volvía a estar en una relación se olvidaría de mí.
Luego veré como ser nuevamente su prioridad.
Después de cenar y hablar con mi madre sobre cómo me iba en el Instituto y esquivar el tema de Nathan, gracias a Dios, fuí a mi habitación a dormir.
Estaba en trance plácidamente hasta que el fuerte sonido de un trueno me despertó, asustándome.
¿Cómo podía llover tanto cuando había sido un día tan bello en la tarde?
Mi piel se puso de gallina y tomé mi celular que estaba a mi lado, eran las dos AM y al día siguiente tenía clases.
Maldición.
Me levanté de la cama y fuí en dirección a mi ventana. Nuevamente la había dejado abierta y el frío de la tormenta cubría mi pequeña habitación.
No evité recordar a Nathan cuando vi la lluvia caer. Casi se me escapa una sonrisa.
Luego me puse a pensar más en ello y la sonrisa se borró del rostro y terminé por cerrar la ventana con fuerza.
No podía comenzar a sentir cosas por él, ni siquiera sé lo que siento... Aún peor, ni siquiera sé lo que él siente. Las relaciones no venían de la mano conmigo, sin excepciones, me tenía que alejar de Nathan y rápido.
Antes de que fuera demasiado tarde.
Con esos pensamientos me dirigí hasta mi cama nuevamente y me acosté en ella, tomé mi almohada, tapé mi rostro con fuerza y solté un quejido.
¿cómo, conociéndole tan poco, podía gustarme tanto?
No quiero que se cuele en mis pensamientos como si nada, no conozco mucho sobre el amor pero no hay nada bueno que haya escuchado sobre él. Sólo sufrimientos y dramas.
Y no, los libros de romance no cuentan.
Amo leer pero sé diferenciar la ficción de la vida real.
El amor sólo es un estereotipo, de personas que no conocen el amor pero les gustaría hacerlo; Casi todo de él es malo, tóxico y no quiero caer en esas redes por unos leves momentos de "felicidad".
Mi cabeza iba a explotar de tantas opiniones diferentes.
Nunca antes había sentido algo parecido respecto a un chico y no podía evitar compararlo con todo lo que sabía o había escuchado sobre el amor.
Sin más cerré mis ojos olvidando el sonido de la tormenta junto a unos ojos claros y una bella sonrisa.
- Despierta pequeña diablilla... - escuché la voz de mi mejor amiga en mi oído. ¿Qué hacía aquí? Acabo de cerrar los ojos, Gemí con frustración. - vamos a llegar tarde. - dijo mientras me agitaba.
A la mierda el Instituto, ¡quiero dormir!
- Nathan está esperando abajo... - comenzó a decir y eso bastó para que abriera los ojos como platos. Natalie comenzó a reír y me dieron ganas de golpearla. No dudé en empujarla de la cama y escuché el sonido seco de su cuerpo al caer contra el suelo. Comencé a reír cuando la vi quejarse del dolor.
- a alguien se le adelantó el período. - dijo mi consciencia.
No era la chica más femenina y mucho menos cuando a mi mejor amiga se le daba por molestarme.
- Maldita perra, vistete y baja a desayunar o le diré al bombón de chocolate que suba a por tí. - dijo levantándose del suelo y golpeando mi cabeza.
- Espera, ¿Qué hace él aquí? - pregunté casi susurrando como si Nathan pudiese oírme.
- pues robé su número de tu celular y decidí hacer de Cupido, sé que quieres alejarte de él porque se te nota a millas y no lo voy a permitir, ¡ya comencé a shippearlos! - explicó exasperada.
¿acaso soy tan obvia?
Achiné mis ojos con odio y ella salió prácticamente corriendo de mi habitación.
Mis planes de alejarme de Nathan apenas habían visto la luz y ahora no podría llevarlos a cabo. Negué con la cabeza y comencé a vestirme para ir a clases.
Iba a ponerme mi mejor ropa cuando se me ocurrió una idea.
¡Soy una maldita genio!
Comencé a buscar en lo profundo de mi clóset. Tomé unos Jeans negros con las rodillas algo rotas, una camisa grande y vieja con el logo de una banda de rock que solía escuchar, una chaqueta de cuero negra junto a mis botas negras.
Dejé mi cabello suelto, casi sin peinar y mis labios fueron pintados con un labial color marrón mate.
Puesto que yo no podía alejarme de Nathan haría que él se alejara de mi
Por las buenas o por las malas, lo lograría.
》》》》》
Nota de la autora:
Volví ushh me tardé mucho, ya sé, la verdad no tenía idea de seguir o escribiendo o dejarlo, agradezcan a mis amigas que me apoyan e insisten en que siga escribiendo 💕🙈 hace poco escribí algo, puede que sea otra historia, pero primero voy a terminar con la historia de Anna y Nathan, cosa que aún no tiene un final cercano 😛 ya no voy a tardar tanto 😶 ¡gracias por leer!
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Nosotros Ponemos Las Reglas.
RomanceAnna decidió cambiar su personalidad en el verano por pedido de su madre, de adolescente triste y solitaria a alguien más alegre vistiendo colores. Tiene 18 años, es hija única, pelirroja, pecas en el rostro y una hermosa sonrisa que hasta ahora nad...