Estaba por subir las escaleras para irme a mi cuarto, darme un baño de agua caliente, vestirme lo más cómoda posible y acostarme a dormir.Eran las tres de la tarde pero aún así yo quería dormir.
- ¿A dónde crees que vas? - Escuché la voz de mi madre, Ahora tendría que hablarle de lo que sucedió hace unos minutos.
- a mi cuarto... Estoy mojada y quiero acostarme. - le expliqué, esperaba que sintiera piedad de su única hija y me dejara ir. Suspiré cuando asintió con la cabeza.
- Cuando termines vamos a hablar de ese chico. - mierda, sabía que no iba a salirme de rositas. - es muy guapo. - Dijo mientras subía y bajaba sus cejas.
- Por Dios mamá, ¡Tiene como veinticinco años menos que tú! - le gritaba mientras subía rápidamente a mi habitación.
- ¡Sabes qué no decía que era guapo para mí! - Gritó en respuesta.
Entré a mi habitación y me dirigí hasta mi baño a darme una ducha de agua caliente muy larga.
Cuando salí hasta mi cuarto noté que había dejado de llover y comenzaba a salir el sol.
Me vestí con unos cómodos pantalones de chándal negros junto a una blusa color blanco que me llegaba sobre el ombligo, también me hice un moño en mi cabello que se encontraba aún mojado.
Mientras me peinaba frente al espejo que se encontraba a los pies de mi cama noté que mi celular comenzó a sonar así que lo tome y me sorprendí al ver el nombre que aparecía en la pantalla.
- ¿Dónde rayos estuviste? - dije antes de que incluso pudiera saludarme. - Te envié alrededor de mil mensajes, pudiste haberme avisado que estabas viva. - dije muy rápido, seguramente no me entendió una palabra.
- ¡Cállate de una vez! - Gritó Naty. - Déjame explicarte. - Suspiró. - estoy yendo hasta tu casa, No te olvides de que hoy es la fiesta.- Me recordó.
¿Estaba hablando en serio? La fiesta me importaba una mierda.
- ¿Me estás jodiendo? - ahora estaba enojada. Se estaba comportando como una idiota. - ¿Qué más da esa estúpida fiesta? Mejor dije dónde estuviste en todo el día. - le dije.
- No te enojes y abreme la puerta, estoy abajo. - Y me colgó.
Maldita sea, iba a matarla.
Bajé las escaleras rápidamente y abrí la puerta. Ví a Naty en la puerta con una sonrisa nerviosa.
No me moví de la puerta. - ¿Puedo pasar? - me preguntó con una sonrisa nerviosa.
- No hasta que me digas dónde estuviste. - le respondí con expresión seria.
Ella suspiró para luego asentir. - Okay, pero no puedes juzgarme... - respuesta equivocada.
- Naty, ¿Qué hiciste? - le pregunté mientras abría un poco más la puerta y ella entraba hasta la sala dejando su mochila en el sofá.
- No es como si me escapé de clases con un chico que conocí... - y se rascó la nuca, señal de que estaba mintiendo.
Naty, al igual que yo, no sabía mentir. Quizás por eso teníamos tanto tiempo de amistad y funcionamos tan bien.
- Oh, ¿en serio? Porque parece que eso es exactamente lo que hiciste. - no lo podía creer, era la primera vez que hacía algo así.
Naty se sentó en el sofá y puso sus manos en su cabello - No pude avisarte, fuimos a un lugar donde no había señal... - la corté.
- ¿Me estás diciendo lo que creo? - dije con los ojos muy abiertos y mis cejas elevadas.
- ¡No! Por supuesto que no, lo acabo de conocer. Sólo tuvimos una cita y ya, No pasó nada. - Dijo rápidamente, pero sabía que no mentía ésta vez. Era mi mejor amiga y la conocía como la palma de mi mano.
- Okay... okay - estaba estupefacta, no se me ocurría una oración que responder. - ¿Quién rayos es? - le pregunté.
- Es... un año mayor, de los chicos nuevos de intercambio. - explicó sin mirarme. - es un buen chico, agradable y nunca se sobrepasó. - se quedó en silencio viendo a la nada.
- Okay... - volví a decir y me senté junto a ella, no sabía qué decir al respecto. - Si te hace bien, estoy de acuerdo. - y le sonreí, sabía que era difícil para ella y que necesitaba mi apoyo.
- ¡Dios, cómo te adoro! - y saltó encima de mí mientras me abrazaba. No hice más que sonreír.
Ella pareció reaccionar y giró su mirada al reloj que se encontraba encima de la chimenea.
- ¡Mira la hora, se está haciendo tarde para la fiesta! - Dijo y se quitó de encima de mí.
- ¡¿Estás loca?! - le pregunté casi a los gritos. - El clima está horrible, lloverá. - me excusé.
- ¡Oh Dios! Anna, el creador de los paraguas se sentiría tan triste si te escuchara. - Dijo con burla. - No seas idiota y vamos a cambiarnos. - respondió tomando su mochila y yendo escaleras arriba.
¡Maldición!
Elevé la miraba y ví a mi madre recostada en el marco de la puerta de la cocina.
Ir a esa maldita fiesta me salvaría de tener la conversación con ella sobre Nathan.- ¿Saldrás con Naty? - me preguntó y asentí con la cabeza a lo que me dirigía hasta las escaleras. - ¿volverán? - y volví a asentir.
- Te llamaré y te mantendré al tanto. - le sonreí en respuesta y me dirigí a mi habitación.
Entré y Naty estaba lanzando toda mi ropa a mi cama. - Si no limpias eso cuando terminemos voy a matarte. - y me ignoró en respuesta.
- Ya son las siete y media, tenemos que estar allá a las nueve. - ni siquiera me miró cuando me dijo eso. Me acosté en mi cama boca abajo y suspiré.
- No tengo nada que ponerme. - volví a intentar que cambiara de opinión.
- ¿Estás bromeando? Estoy haciendo una montaña con toda tu ropa. Ya cambiate y deja de comportarte como una niña haciendo berrinches. - me miró con sus manos en su cintura para luego girarse y tomar un vestido color vino que me llegaba hasta encima de las rodillas y escote en forma de V - Pruébalo. Si no te gusta intentamos con otro. - me sonrió.
De mala gana lo tomé y me quité la ropa que tenía puesta para probarme el maldito vestido.
Estaba acostumbrada a que Naty me viera en ropa interior, era una mala costumbre pero no iba a ir hasta el baño a cambiarme cuando ella tampoco tenía vergüenza de mostrarme su cuerpo.
Me dirigí hasta el espejo y el vestido no me quedaba nada mal. Se ajustaba perfectamente en mi cuerpo y se veía bien ese tono con mi piel.
Me giré hacia Naty - No tengo ganas de probarme toda mi ropa así que ésto está bien, ¿qué te parece? - y ella asintió muchas veces con la cabeza haciéndome reír.
Comencé a arreglarme a la vez que Naty, ella se había puesto una corta falda negra y una blusa color rosa pastel que enseñaba su ombligo. Debajo usaba unas medias ajustadas color negras y su cabello estaba atado en una ajustada cola de caballo.
Yo a diferencia que ella dejé mi cabello suelto, no me puse mucho maquillaje, sólo pinté mis labios con un labial rojo mate y mis ojos con máscara de pestañas negras y un fino delineado. Decidí que el vestido quedaría bien con unas cómodas pero elegantes botas negras que tapaban mis tobillos y unas medias de color piel.
Ya que hacía frío por la tormenta que hubo en la tarde usé una chaqueta de cuero negra al igual que Naty.
- ¿Lista? - me preguntó cuando había limpiado todo en mi habitación incluyendo mi ropa. Giró su mirada hasta mí y sonrió. - vamos. - y salió por la puerta de mi cuarto.
Me vi una vez más al espejo y me preparé mentalmente para lo que sucedería ésta noche.
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Nota de la autora:
Espero no haberles hecho esperar mucho!!
Gracias por leerme. 😘Hasta el siguiente cap🤗
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Nosotros Ponemos Las Reglas.
RomanceAnna decidió cambiar su personalidad en el verano por pedido de su madre, de adolescente triste y solitaria a alguien más alegre vistiendo colores. Tiene 18 años, es hija única, pelirroja, pecas en el rostro y una hermosa sonrisa que hasta ahora nad...