cap 3 clases

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Hipo llego a su casa sigilosamente. Empezo a subir la escalera haciendo el menor ruido posible.

-Hipo- parece que no funciono.

-Papá, yo... *sing* tengo que hablar contigo.

-Yo también tengo que hablar contigo hijo.

(a la vez)

- He decidido que no quiero matar dracomanos.

- He decidido que aprendas a matar dracomanos.

(a la ves 2)

-¿Que?

-¿Que?

- Emmm, tu, tu primero- dijo Estoico.

- No tu primero- respondió Hipo

Yo: Baaa, esto ya parece comedia

Otro: Es porque es comedia ¿y que te dije de interrumpir? vamos sigue.

Yo: Ufa, esta bien.

*ejem* *ejem*

-Bien, haremos lo que dices: Clases de batalla contra dracomanos, empiezas mañana- dijo Estoico con seriedad.

-Huu, tendría que haber empezado yo- respondió Hipo cambiando un poco la cara- veras, tenemos muchos vikingos que matan dragones y dracomanos, pero ¿Tenemos suficientes vikingos panaderos? ¿O vikingos pescadores?

-Vas a necesitar esto- lo ignoro, poniendo una pesada hacha en sus manos que Hipo apenas si pudo levantar.

-Papá... Papá,no quiero matar dragones- dijo Hipo suplicante.

-JAJAJA, claro que quieres-río el jefe vikingo comenzando a irse.

-Lo digo de otra forma- dijo el pescado parlanchin- no PUEDO matar dragones.

-Pero VAS a matar dragones, y dracomanos también ya veras- exclamo.

-Estoy super ultra mega seguro de que no- insistio el pecoso.

- Es el momento hipo.

-¿Es que no me oyes?

-Esto es serio hijo- se volteo el barbon- cuando llevas esta hacha, nos llevas a todos contigo. O sea que caminas como vikingo, hablas como vikingo, ¡Piensas como vikingo! No mas... Esto.

-Acabas de señalarme completo- se quejo hipo.

-¿Entendido?

-Esta conversacion va para un solo lado.

-¡¿Echo?!

-*sing*... Echo.

-Bien- asintió poniéndose una especie de mochila/cesto de mimbre- esfuérzate, volveré... Probablemente.

-Y yo estaré aquí... Probablemente.

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-¡Bien venidos al entrenamiento de dragones!- Exclamo Bocon habriendo la gran puerta reforzada hacia la arena de entrenamiento.

-Ya no hay vuelta atrás- susurro Astrid, una vikinga rubia y bastante temperamental, entrando detrás de Bocon.

Con ella entraron, Patan, un joven vikingo arrogante y molesto, los gemelos Brutacio y Brutilda, que casi nunca dejaban de pelear y Patapez, un chico sinceramente gordo pero muy inteligente.

-Espero llevarme unas buenas marcas- comento Brutacio- como quemaduras de tercer grado.

-Yo prefiero alguna mordida, como en el hombro, o en la espalda baja- contrarresto Brutilda.

El día que el dracomano callo del cielo {hipo x chimuelo} [Pendiente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora