Hipo llego a su casa sigilosamente y empezó a subir la escalera haciendo el menor ruido posible.
-Hipo- parece que no funciono, ya que su padre lo estaba llamando.
-Papá, yo... *sing* tengo que hablar contigo...-.
-Yo también tengo que hablar contigo hijo-.
(a la vez)
- He decidido que no quiero matar dracomanos-.
- He decidido que aprendas a matar dracomanos-.
(a la ves 2)
-¿Que?-.
-¿Que?-.
-Emmm, tu, tu primero- dijo Estoico, algo nervioso.
-No tu primero- respondió Hipo, aun mas nervioso.
Yo: Baaa, esto ya parece comedia
Otro: Es porque es comedia ¿y que te dije de interrumpir? vamos sigue.
Yo: Ufa, esta bien.
*ejem* *ejem*
(ahhhh, los extrañaba...)-Bien, haremos lo que dices: Clases de batalla contra dracomanos, empiezas mañana- dijo Estoico con seriedad.
-Huu, tendría que haber empezado yo- respondió Hipo cambiando un poco la cara- veras, tenemos muchos vikingos que matan dragones y dracomanos, pero ¿Tenemos suficientes vikingos panaderos? ¿O vikingos pescadores?
-Vas a necesitar esto- lo ignoro, poniendo una pesada hacha en sus manos que Hipo apenas si pudo levantar.
-Papá... Papá,no quiero matar dragones- dijo Hipo suplicante.
-JAJAJA, claro que quieres-río el jefe vikingo comenzando a irse.
-Lo digo de otra forma- dijo el pescado parlanchin- no PUEDO matar dragones.
-Pero VAS a matar dragones, y dracomanos también ya veras- exclamo estoico, haciendo gala de sus problemas de comunicacion.
-Estoy super, ultra, mega! seguro de que no- insistio el pecoso, desesperándose un poco.
- Es el momento hipo-.
-¿Es que no me oyes?-.
-Esto es serio hijo- se volteo el barbon- cuando llevas esta hacha, nos llevas a todos contigo. O sea que caminas como vikingo, hablas como vikingo, ¡Piensas como vikingo! No mas... Esto-.
-Acabas de señalarme completo- se quejo hipo.
-¿Entendido?
-Esta conversación va para un solo lado.
-¡¿Echo?!
-*sing*... Echo.
-Bien- asintió poniéndose una especie de mochila/cesto de mimbre- esfuérzate, volveré... Probablemente.
-Y yo estaré aquí... Probablemente.
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-¡Bien venidos al entrenamiento de dragones!- Exclamo Bocon habriendo la gran puerta reforzada hacia la arena de entrenamiento.
-Ya no hay vuelta atrás- susurro Astrid, una vikinga rubia y bastante temperamental, entrando detrás de Bocon.
Con ella entraron, Patan, un joven vikingo arrogante y molesto, los gemelos Brutacio y Brutilda, que casi nunca dejaban de pelear y Patapez, un chico sinceramente gordo pero muy inteligente.
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El día que el dracomano callo del cielo {hipo x chimuelo} [Pendiente]
Fanfiction[Les dije que no perdieran la esperanza] En un mundo golpeado por lo guerra entre vikingos y dracomanos un sentimiento surge hola¡ esta es una obra que se me ocurrió hacer después de ver como entrenar a tu dragón por vez numero 100 Y leer por décim...