Capítulo V: Una nota debajo de la cama

42 1 0
                                    

Me lancé a sus labios aún húmedos por las lágrimas. Tras el beso, él me miró con los ojos todavia un poco llorosos, y sin decir nada, me volvió a besar. Yo al principio no quise volver a besarle, pero poco a poco iba cayendo en sus labios hasta seguirle el beso.

-¿Esto es un sí...?- me preguntó Iván.

Le volví a besar,esta vez el beso duró menos.

-me tengo que ir Iván- le dije mientras me miraba con los ojos aún llorosos.

-de acuerdo- me dijo sonriendo.

Salí de aquella casa en la cual los sentimientos eran confusos y las respuestas incorrectas.

Iba llegando a mi casa, escuchando música y viendo memes en instagram para despejarme, cuando un recuerdo andante volvió a mi mente.
Otra vez aquel chico, el de la sudadera amarilla, aunque esta vez llevaba una morada. Le miré perplejo con una sonrisa nerviosa. Le iba a saludar pero él me sorprendió primero.

-hola-me dijo con su voz dulce y una sonrisa amable mirándome a los ojos.

Sus palabras efímeras se marchitaban mientras el seguía andando.

-ho..hola-dije timidamente cuando él ya estaba apunto de doblar la esquina de siempre.

No me escuchó pero me daba igual, él me habia saludado, no me lo podía creer. Enseguida llamé a Nath para contárselo.

-Nath, no te vas a creer lo que me ha pasado-la dije nervioso.

-Espero que sea importante, estaba durmiendo-me dijo mientras bostezaba.

-Es el chico de amarillo, le he vuelto a ver, esta vez iba de morado, pero eso no importa. ¡Me ha saludado! Le dije sonriendo aún nervioso.

-¿Enserio? Lo ves, te dije que te lo volverías a encontrar, siempre adivino todo jajaja-me dijo Nath con un aire de superioridad.

-vale, has adivinado, pero ahora escucha ¿Qué hago para hablar con él?-le pregunté a Nath impaciente.

- Eso es fácil. Él ya te ha hablado primero, asi que será fácil que le hables, él ha iniciado la conversación.

-De acuerdo, ¿Y que le digo?-volví a preguntar.

-pues nose, preguntale que tal está, sus hobbies, si esta soltero, si quiere lío contigo, esas cosas-me dijo como si nada.

-Nath, ¿eres tonta? ¿Como le voy a decir eso? Ya te dije que no me fijé en él porque fuese guapo, solo me apetece conocerle.-la dije.

-vale, vale, ya lo pillo. Pues no sé, habla con él y pregúntale su nombre, que tal está, pídele su número.

-vale, pero ¿cómo?, no quiero ser muy directo-la dije preocupado.

-Pues antes de hablar directamente con él, cuando le vuelvas a ver le saludas y esperas a ver si él te responde con un qué tal o algo; y si no te responde pero te mira, la proxima vez le hablas.-me aconsejó Nath.

-De acuerdo, pero lo intentaré, no sé si seré tan valiente como para saludarle-.

-venga Eric, tu has podido con muchas mas cosas, seguro que esto te resulta muy fácil.

Estuve hablando con Nath hasta que llegué a mi casa, en la puerta me despedí de ella.

Me quité los zapatos como siempre y me lancé al sofa. Suspiré a modo de relajación.
Esa tarde habia sido muy complicada para mí y para otros. Ya se habia hecho de noche y decidí ponerme una peli y preparar unas palomitas. Fuí a la cocina y metí las palomitas en el microondas, mientras, yo estaba al lado mirando Instagram. En ese momento me acordé de algo esencial que se me había pasado por completo, ¡la fiesta de pijamas! Cogí rápido el movil y me meti en el grupo de whatsapp que tengo con mis amigos y mandé un audio.

Luces entre miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora