capitulo IX: Fiesta de pijamas (parte 2)

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Volvimos a tirar los datos con Edgar y Víctor en el juego. El orden volvió a ser el mismo.
Ya llevábamos un buen rato jugando y todo iba bien, en su orden, tranquilo; pero como no, algo tenia que pasar.

Las miradas de Edgar sobre el tablero, se iban desviando hacia mi. No fui el único que se dió cuenta.

-Oye, Edgar no para de mirarte. No sé si te habrás dado cuenta- me dijo Nath en voz baja.

-Sí, ya me he dado cuenta. No hay que ser muy listo para no darse cuenta- le respondí en un tono cortante.

-Bueno, vale. Madre mía chico, como estas, solo era para que lo supieras pero si llego a saber que te ibas a poner así no te digo nada- contestó Nath aún mas borde.

Le hice un gesto para que se levantara y la indiqué que fuera a la cocina para hablar más tranquilos.

-Lo siento Nath, pero es que todo esto me puede. Primero lo de Iván, luego Samu y ahora Edgar- expliqué.

- Lo de Iván ya sé que ha sido un palo, y lo de Edgar sinceramente una putada del destino- rió- oye, ¿y quién es Samu?- preguntó con un gesto desconcertante.

En ese momento me acordé de que no le había contado nada a Nath de la visita inesperada de Samu, el chico de la sudadera amarilla.

-Mierda no te lo he contado- dije tapándome la boca con la mano.

-Osea yo flipo, ¿que te has olvidado de contarme algo? pues algo fuerte tiene que ser para que te haya rayado tanto como para que se te olvide contármelo.- dijo mirándome con los brazos cruzados y una mirada desafiante- quiero detalles ya.

- pues mira solo te le voy a decir en dos palabras: sudadera amarilla.-

-¿sudadera amarilla? A ver, algun chico con sudadera amarilla ¿le conozco?-

- le conocemos los dos, pero tampoco mucho-

- Pues no sé. Un chico que conozcamos los dos, con sudadera ama... No puede ser ¡¿es él?!- preguntó Nath exaltada.

- Sí- contesté con una sonrisa

- pero ¿cómo ha sido?-

-Pues bueno, todo empezado esta tar...-fui interrumpido por Carlos.

-Oye no sé que estaréis haciendo ahí, pero os recuerdo que esto es una fiesta de pijamas de toda la peña, y a parte que os toca tirar los dados.- dijo Carlos.

-Que pesado es Carlos- comentó Nath.

-Vamos para allá anda- le indiqué a Nath.

Nos volvimos a sentar con los demás.

-Venga, saca los dados- dijo Carlos

Yo iba a tirar los dados pero no podía seguir así; con esas miradas incomodas intentando buscarme. Preferí cambiar el orden de la noche para ver como se comportaba.

-Oye, el Monopoly me esta aburriendo. ¿Cambiamos de juego?- añadí como excusa.

- Pero si acabamos de empezar- dijo Carlos

-a mi también se me esta haciendo un poco pesado- continuó Celia.

-Por mí vale- dijo Iván.

Todos aceptaron mi oferta y ahora teníamos que decidir a que jugar.

-Pues tu dirás Eric. ¿A qué jugamos?-

-Al "Quién es quién"- anuncié

-A mi no me apetece jugar al juego de mierda de siempre- dijo Víctor.

Todos estaban de acuerdo con Víctor, y ahora era él quien tomo el control de la noche.

- Vamos a jugar al "Just Dance"- dijo Víctor.

-Yo prefiero eso- siguió hablando Edgar mirándome fijamente de una manera un poco disimulada.

Nadie se negó y pasamos al videojuego.

Iniciamos la consola y pusimos el juego. Los demás se sentaron en el sofá mientras esperaban a que empezase.
No pasaron más de 2 minutos, cuando Edgar ya me estaba mirando. Me di cuenta a los 3 segundos, mientas me agaché a encender la consola en el mueble de la televisión. Me iba incomodando cada vez más. Yo le miraba de reojo para confirmar que me estaba mirando y que no eran paranoias mías.

La pantalla de carga se me hizo eterna, pero por fin nos pusimos a jugar. Decidimos hacer una batalla de baile en parejas y yo me iba a poner con Nath, pero Iván se adelantó y me puse con él.

- Oye, ¿Te pasa algo? te noto distraído.- me preguntó Iván mientras me miraba a los ojos con una intención en el gesto de su cara.

- ¿A mi ? - reí- no, ¿Por qué lo preguntas?- mentí cuando le fui a besar.

-No por nada- sonrió no muy convencido a la vez que me respondió al beso.

La primera pareja en participar fueron Celia y Nath. Yo me reía cada vez que veía a Nath bailar, me pasa desde siempre. No es que baile mal, si no fatal. Sus dotes nunca han sido como los de "Billy Elliot" , más bien como los de un ciervo que acaba de nacer y esta aprendiendo a andar. Ella ya sabe que baila fatal pero le da igual y dice que de mayor piensa ir a una escuela de baile super exclusiva y del extranjero.

Celia y Nath ya habían terminado su baile y lograron 9475 puntos. Ahora nos tocaba a Iván y a mi bailar. Todos teníamos que bailar la misma canción: "Uptown Funk", la cual a mi siempre me había encantado desde que salió y que no paraba de bailarla cuando sonaba en el coche o en cualquier discoteca. Iván y yo nos levantamos y nos colocamos. La música empezó a sonar y nuestros movimientos ya empezaron a relucir. Yo, en cambio, seguía pensando si Edgar estaba mirándome mientras estaba bailando. Pero en ese momento no podía apartar la mirada de la pantalla o perderíamos puntos.

Solo quedaba un minuto y medio de canción,y aquella idea que me incomodaba seguía rondando en mi cabeza, y sin pensarlo, miré. Y efectivamente estaba mirando.

La canción se terminó y nos quedamos a solo 12 puntos de empatar con Celia y Nath.

-Lo siento, me he distraído un momento, una mosca- le expliqué a Iván.

- No te preocupes, si la culpa es mía, bailo fatal- rió.

Nos volvimos a besar. Nos sentamos en el sofá, al lado de Víctor y Edgar. Yo apoyé la cabeza sobre el hombro de Iván intentando distraerme un poco de todo lo que en mi cabeza estaba pasando.

Ahora les tocaba a Víctor y a Edgar, pero Edgar tuvo que hacer una parada antes.

-Espera Víctor, tengo que ir al baño un momento, me llevo meando desde que compré Portugal en el Monopoly- anunció Edgar mientra se dirigía hacia el baño.

-Vale, pero no tardes, tenemos que ganar a estos niñatos- respondió Víctor mirándonos a todos con una sonrisa de villano de Disney.

Yo seguía apoyado en el hombro de Iván,tranquilo, empezando a divertirme de verdad sin ningún fantasma del pasado atormentándome. Pero mi tranquilidad por desgracia tenía un límite; al destino le apetecía revivir a viejos conocidos.

- Eric, ¿Puedes venir un momento? no encuentro el papel higiénico.- exclamó Edgar desde el baño.

En ese momento mis incomodidades que parecían haberse esfumado por fin, volvieron. Me levanté del sofá y fui al baño.

-Sí, ya voy- contesté.

Cuando llegué y Edgar pensaba que ya nadie nos veía, me indicó que pasara. Cerró la puerta y echó el pestillo.

- Tenemos que hablar Eric...-.




Luces entre miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora