El movimiento del cuerpo que me arropaba dándome el calor necesario para no morir de frió en pleno invierno hace que mis ojos se abran con detenimiento y analizo donde me encuentro y que hice anoche.
–¡Joder! ¿Qué hora es?– miro con atención a mi acompañante, la luz que entra por la ventana le hace ver sus ojos mucho más bonitos e intensos, ese verde que emboba a cualquiera, esos ojos verdosos de Óscar.
–Son las 11 a.m– abro los ojos como platos.
–Dime que es broma, ¡Dios! Mi abuela estará aterrada– de solo imaginar cómo María me estará buscando como loca por cielo y tierra me pone muy muy nerviosa.
Cojo mi teléfono y marco su número, al segundo contesta.
–¡¡¡¡Camila Martínez donde coño pasaste la noche!!!!– casi me rompe el tímpano y juro no exagero.
–Mm... Yo estoy bien ¿De acuerdo? Cuando vuelva te explico, en un rato estoy allí, ¡besos! – me despido de ella y cuelgo.
–Y bien ¿Que te apetece desayunar?–El chico me sonrie tierno.
–¿Tortitas?– le hago una mueca graciosa y el ríe.
–Lo que pidas princesa–.
Juntos hacemos el desayuno y finalmente nos queda muy rico todo.
–La paso genial contigo, eres fantástico– le digo mirando como come.
–¡Oh dios! No me digas eso, harás que me sonroje– lo dice acompañado de movimientos muy exagerados.
–Óscar solo ten cuidado ¿Si? Mi vida precisamente no ha sido fácil y soy complicada– quiero avisarle de que conmigo las cosas no van a fluir con rápidez.
–¿Puedes dejar de preocuparte por eso? ¿No confías en mí?– fijo mi mirada en la suya.
–Yo... No sé– me pongo nerviosa, sinceramente aunque las cosas vayan tan bien nunca podría confiar demasiado.
–Camila no soy un mal tipo créeme y vamos ¿Por qué no?– parece que esto le irrita y me siento ofendida, no puedo simplemente fiarme de el después de tal palo como el que me llevé.
–No todo el mundo vive en una mansión enorme rodeado de todo lo que desea y con una familia que lo quiere y lo apoya en todo ¿Sabes?– odio que la gente sin saber juzgue.
–No me conoces–.
–¡Ni tu a mi tampoco! No sabes lo dura que ha sido mi vida y no sabes lo sola que he estado durando los putos 17 años que tengo de vida ¡No lo sabes!– le gritó y no puedo evitar sollozar.
Me dirijo hacia mis cosas y las cojo con furia para salir por la puerta y seguir sin mirar atrás el camino de vuelta a casa, este no me sigue y en realidad es un alivio, no me apetece compartir ningún segundo más con el.
Cuando llego, María pasa de ver la televisión a fijar su mirada en mi.
–Oh cielos ¿Qué te ocurre mi niña?– se levanta del sofá y se acerca a mi preocupada, supongo que tendré los ojos rojos porque prácticamente me he pasado todo el camino pensando en lo ocurrido y llorando como si la vida me fuera en ello.
–No es nada– hago una sonrisa forzada y ella me mira con cara de pocos amigos– Estuve con un amigo, es decir no te imagines nada extraño solo vimos una película y bueno nos quedamos durmiendo y peleamos y ya– no puedo evitar volver a llorar.
–Ya basta, tranquila ¿Si? Una pelea es algo normal en una pareja y tienes que aprender a sobrellevarlas cariño– parece tan simple pero es algo a lo que todavía estoy intentando adaptarme y realmente me está costando muchísimo.
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Yo si cumplo mis promesas pelirroja (EDITANDO)
Fiksi RemajaLlevo 11 años cargando sobre mí algo que me destruye, que me mata y que hace que el roce de cualquier persona me inquiete; porque tengo miedo, miedo de mí, miedo a que me vuelvan a hundir. Desde aquello cree una coraza, una que me alejaba de todos p...