Capítulo 13. Sus sucias manos.

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Es tan reconfortable, su cuerpo rodeándome, me hace ver pequeña y frágil pero completa. Vivo en un constante miedo a todo y a todos, más a todos que a otra cosa y pensar que por primera vez en mi vida gracias el y a esos brazos que parecen hacer una barrera contra el mal, que saben cómo protegerme y quien lo diría, quién diría que yo, Camila Martínez después de todo lo que he sufrido me sentiría llena, feliz, gracias a un tipo que va matando gente a su antojo por el simple hecho de ganar unos pocos billetes, es absurdo pero cierto y no puedo ocultar mi desagrado hacia el oficio del chico pero es que como él dijo no puedo, no puedo alejarme de el, es un jodido imán y vaya imán.

Me separo de él, siento como vuelven mis miedos aunque sé que está a mi lado y aunque sé que él se encargará de que nada malo me pase, no puedo evitarlo pero tampoco puedo permitirme el lujo de acostumbrarme a el.

Porque sí, es un chico que me fascina y que mueve en mi sentimientos que me hacen sentir bien, pero sin embargo, como dije varias semanas atrás, nunca podría permitirme entablar algún tipo de relación con el, porque es así, y aunque me cueste aceptarlo, como el mismo dijo no es un buen tipo, no tiene buen corazón y yo no busco a una persona que con el tiempo acabe lastimándome, así como mi padre hizo con mi madre.

Lo miro atentamente, tiene una piel preciosa, se decanta por un color intermedio algo así como leche con Cola-Cao, y sus ojos avellanas contrastan de maravilla con su pelo negro como el carbón, el rosita palo de sus carnosos labios que se asemejan al de mi habitación lo hacen ver precioso, y oh dios, no puedo dejar de mirar sus labios, son tan jodidamente sexys y besables, moriría por probarlos, seguro que son exquisitos y que harían que enloqueciera por completo, ¿Que cojones está haciendo este hombre conmigo? Me estoy volviendo loca, loca por el, porque no lo entiendo y creo que nunca llegaré a entenderlo.

–Gracias– es lo único que sale de ellos.

–¿Por? – estoy dudosa.

–Por no pedirme que me aleje a pesar de todo lo que has escuchado; por no salir corriendo como loca a ponerme una denuncia de alejamiento o por ser un asesino sin escrúpulos– Dirige su mirada hacia mi– Eres muy valiente ¿Lo sabías?–.

–Mdm dice que soy una tía con un par– no puedo evitar recordar aquel momento y que una sonrisa tonta no salga de mi.

–No sé quién será esa chica pero estoy de acuerdo con ella– Gira su cabeza y se concentra en el cielo.

–¿Por qué no contactas con tus padres? Carta, email, WhatsApp, Skype o una simple llamada, nada que te vincule a ellos, sé que te mueres de ganas por verlos y hablar con ellos, con tu hermana, ¿Talía verdad? Sí, seguro que ansía saber quién es su hermano mayor, ese machirulo buenorro– me tapo la boca con las manos al soltar lo último y este comienza a reírse mientras me mira– Ups no debería haber dicho eso.

–Eres tan mona, cualquiera sería incapaz de hacerte daño– y acaricia mi mejilla con su mano.

–Yo conozco a uno que sí y me hizo mucho, acabo conmigo, gracias a él soy una chica con mil inseguridades y con una terrible alergia a la cercanía de las personas– Bajo la mirada y sin poder evitarlo el rostro de mi padre se me aparece causándome un dolor insoportable.

–Nunca podría contactar con ellos y mucho menos con mi hermana, mis padres no permitirían que una basura como yo sé acercara a una chica inocente que ahora mismo disfruta de su adolescencia– Se que antes intento evitar el tema por todos los medios y también sé que a pesar del dolor que este le causa lo ha vuelto a retomar para hacer que olvide lo que había vuelto a mi mente para hacerme daño.

–Eres un buen hermano, lo sé, y sé que tu hermana te querrá muchísimo, ¡Vamos! Yo puedo ayudarte– Se que puedo lograr que ellos dos vuelvan a verse.

Yo si cumplo mis promesas pelirroja (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora