¿En qué momento deje que todos hicieran conmigo lo que quisieran? Siempre supe controlar mis sentimientos, siempre supe anteponerme a cualquiera y siento que ahora mismo todo se me ha ido de las manos.
Óscar me oculta cosas, lo se, puedo sentir su inseguridad, desde aquel desastroso encuentro con el desconocido, Daniel, algo en él ha cambiado, se inquieta con facilidad cada vez que le pregunto algo de su vida, pero decidí darle su espacio y tiempo para que él mismo se sincerará cuando se viera preparado.
El tal Daniel me ignora, cada vez que lo busco huye de mi, ¿Qué porque que? Eso mismo me pregunto yo, pero estoy segura de que Óscar tiene algo que ver.
Y el muy estúpido y grosero S, me maneja como si de una muñeca me tratase, aparece cuando quiere revolviéndome la vida y desaparece sin explicación alguna como si ese chico fuera solo imaginación mía.
Repito, ¿En qué momento dejé que esto pasará? ¿Cómo he podido darles la facilidad para que me volvieran loca? Siempre me gustó estar sola, mi vida era rutinaria y sencilla, no necesitaba más y ahora no estoy segura de nada, todos acaban dejándome con la palabra en la boca y encima para despedirse me dicen cosas como «Ni el bueno es tan bueno ni el malo es tan malo» ¿Qué mierda significa esto? Y lo peor aún ¿A quién se está refiriendo? ¿Quién se supone que es el bueno? ¿Y el malo? Bueno, el malo es él, de eso estoy segura.
Atender a clases de economía me es completamente imposible, no para de darme vueltas la cabeza y la verdad es que este trimestre me está resultando agotador; mis calificaciones amenazan con ser desastrosas, cosa que me traerá consecuencias y que sin dudarlo tendré que apretar muchísimo en la siguiente y última parte del curso.
–Señorita Martínez– Oigo mi nombre y reaccionó levantando la cabeza con brusquedad hacia el foco del sonido.
–Lo siento profesor–Lo último que quiero es que además me expulsen de clase por vivir en los mundos de yupi.
–¿Nos podría decir que es eso tan interesante que piensa?–.
–Puto viejo entrometido...–Abro los ojos como platos y me tapo la boca con las manos rezando porque no haya dicho esto último, ¡Dios! ¿Cómo puedo ser tan estúpida de pensar en voz alta?
–Camila Martínez fuera de esta clase–Me mira con odio y bueno, tampoco le culpo después de lo que le he dicho.
Escribe algo en un papel y me lo da para después decirme que vaya a dirección y se lo de al director.
Cuando salgo de clase no puedo evitar pararme a leer lo que pone.
La señorita Martínez ha faltado el respeto al profesor llamándolo "puto viejo entrometido", dejo bajo su cargo el castigo de la susodicha.
Atte: Señor Johnson.¿Es que en este jodido lugar no puedo parar de meterme en líos?
El director, Miguel Narváez, no se caracteriza por ser un tipo muy rudo, es más suele ser bastante compresivo y amable, por desgracia no he corrido con la suerte de toparmelo de buena manera.
–¿Me puede usted explicar su comportamiento?–Me siento intimidada por sus grandes ojos canela, está furioso, aunque dudo que sea conmigo.
–Yo...No... No se–La verdad es que no hay ningún motivo para justificarme.
–Tendrá usted que limpiar el gimnasio– ¿Enserio? Vaya mierda de castigo.
–Esta bien– Me despido y salgo para seguir con mis clases.
Ring-Ring.
Escucho el timbre que da por acabada la jornada estudiantil, todos salen muy deprisa casi con desesperación de aquel lugar y yo, yo tengo que seguir aquí durante dos horas más.
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Yo si cumplo mis promesas pelirroja (EDITANDO)
Novela JuvenilLlevo 11 años cargando sobre mí algo que me destruye, que me mata y que hace que el roce de cualquier persona me inquiete; porque tengo miedo, miedo de mí, miedo a que me vuelvan a hundir. Desde aquello cree una coraza, una que me alejaba de todos p...