¿Fue solo una farsa? ¿Una mentira despiadada?
Jungkook, integrante de un grupo musical, se ve sorprendido por la repentina salida de su novio, Jimin, quien decide retirarse del grupo y poner fin a su relación de cinco años. A pesar de la tristeza y...
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— Chicos, por favor, los veré pronto. Pueden visitarme cuando quieran. — Había pasado media hora desde que llegamos al aeropuerto, y como era de esperar, los chicos estaban haciendo berrinches, insistiendo en que me quedara unos días más. Sus dramatizaciones estaban llamando la atención de los otros pasajeros en la zona de espera.
— No sabemos cuándo volveremos a reunirnos, ya sabes que todos tenemos diferentes actividades programadas. — El de la sonrisa cuadrada lamentó mientras mantenía un firme agarre en mi sudadera. — ¿Puedes venir en Navidad? ¿Año Nuevo? ¡¿En mi cumpleaños?! Ya sabes que acaba de ser, pero podríamos inventar una segunda fecha en unas semanas. ¡Tendría dos cumpleaños! ¡Dos Navidades y dos Años Nuevos! ¡Aaagggh, odio nacer en diciembre!
— Vamos, Tae. Ustedes también pueden visitarme. Y me parece una idea genial pasar las festividades con ustedes este año. Me encanta la idea de tener una doble celebración.
— Primer llamado para abordar a los pasajeros con destino a Corea del Sur. Por favor, acérquense y procedan al mostrador de documentación. Repito, primer llamado. — Intercambiamos miradas con los chicos y nos abrazamos, sabiendo que pronto tendría que embarcar.
— ¡Te vamos a extrañar, Kook! — dijo Hobi mientras apretaba más fuerte mi suéter naranja.
— Estaremos en contacto. — continuó YoonGi alejándose un poco de mí.
— Ten un buen viaje y llámanos cuando llegues. — por último, Jin se despidió, acompañado por Namjoon, quien me dio dos palmaditas en el hombro.
— ¡Sí! Y recuerda también hacerme una videollama... — Taehyung dejó de hablar, y me preocupé al ver la inquietud en sus ojos.
— ¿Qué pasa? — Sonreí nervioso, pero al ver que los otros chicos también parecían sorprendidos, mi ansiedad creció.
— No puede ser... — murmuró en voz baja, y empecé a sentir desesperación al notar que nadie decía ni hacía nada.
— ¿Qué pasa, Taehyung? — Lo agarré de los hombros, tratando de sacarlo de su ensimismamiento. Pero antes de que pudiera hablar, volví a escuchar una voz conocida detrás de mí.
No... por favor, que no sea lo que estoy pensando.
— Hola, chicos. — Sentí su aliento muy cerca de mi cuello, y me alteré al tenerlo tan cerca. Me alejé rápidamente, empujándolo y retrocediendo varios pasos. Le di la espalda y comencé a hacer mis maletas. Estaba seguro de que los chicos debían de estar confundidos por mi actitud, pero eso no me importaba. Lo último que quería era enfrentarlo y ver su rostro.
Pero, ¿qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué, cuando finalmente había decidido olvidarlo, aparecía de la nada?
El antiguo Jungkook habría estado emocionado de verlo de nuevo, y probablemente lo habría abrazado en este momento. ¡Pero no! Ya no quería seguir lastimándome. Debía ser fuerte y seguir adelante. Ya no quería sufrir.
