¿Fue solo una farsa? ¿Una mentira despiadada?
Jungkook, integrante de un grupo musical, se ve sorprendido por la repentina salida de su novio, Jimin, quien decide retirarse del grupo y poner fin a su relación de cinco años. A pesar de la tristeza y...
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— ¡Domingo de descanso! Por fin podré dormir todo el día. — Yoongi soltó un suspiro agotador mientras se dejaba caer en la cama y se envolvía con las suaves sábanas.
— No cantes victoria, recuerda que a las cinco tenemos una junta. — Namjoon llegó y se sentó al borde de la cama. Yoongi volvió a suspirar, esta vez de manera más pesada.
— Bueno... tenemos toda la mañana y una parte de la tarde para hacer algo. Pensaba ir al spa, ¿alguien se anota? — Taehyung entró a la habitación vestido con unos pantalones cortos y una toalla sobre su hombro.
— ¡Yo! Me vendría bien un relajante masaje muscular. — aceptó Namjoon de inmediato.
— Muy bien. ¿Y tú, Yoongi?
— Paso. Prefiero dormir esas pocas horas. — Taehyung aceptó y en eso, entraron los demás chicos.
Estaba recostado en la cama de la habitación que compartían Namjoon y Yoongi, y para ser sincero, no prestaba atención a lo que decían. Mi mente estaba inmersa en mi celular, donde me habían enviado el documento a mi correo. Leía cada parte, pero de manera más detallada.
— Iremos al Spa, ¿se quieren unir? — Taehyung le preguntó a los recién llegados acerca de la oferta, pero yo no prestaba atención, así que no supe la respuesta que dieron.
Cada vez me intrigaba más lo que podían contener esas palabras. Descendía por la pantalla a toda la velocidad que mi capacidad para leer permitía. Hoy tenía una nueva reunión con la empresa JJG para que me mostraran las instalaciones, así que me estaba preparando para llegar con una idea clara del lugar.
De repente, sentí que la cama se hundía y la cabeza de Jungkook reposó en mis piernas, impidiéndome seguir leyendo. Cuando levanté la vista, él sonrió, achinando sus lindos ojos de bambi.
— ¿Qué haces? — tomó mi mano, donde sujetaba mi celular, y antes de que él lo agarrara para ver lo que estaba mirando, lo atrapé y cerré el archivo para luego apagar mi celular rápidamente.
No tenía sentido, él conocía mi contraseña, pero fue un impulso preventivo.
Jungkook enarcó una ceja mientras se levantaba sorprendido por mi acción.
— No estoy haciendo nada. — me defendí.
— Tu forma de actuar dice lo contrario. — respondió, y la forma en que lo hizo dejó claro que estaba desconcertado. — ¿Por qué me quitaste el celular de esa forma? ¿Qué escondes? — tuvo la intención de tomarlo de nuevo, pero fui más rápido y lo escondí en mi bolsillo. — ¿Jimin?
— Ya te dije que no estoy haciendo nada. No vuelvas a tomar mi celular sin mi permiso — me aparté de él y salí de la habitación. Los chicos seguían planeando su salida y no se dieron cuenta de lo que había pasado.
