¿Fue solo una farsa? ¿Una mentira despiadada?
Jungkook, integrante de un grupo musical, se ve sorprendido por la repentina salida de su novio, Jimin, quien decide retirarse del grupo y poner fin a su relación de cinco años. A pesar de la tristeza y...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La habitación fue llenada de gritos de alegría al escuchar lo que el Juez había dicho. Una sensación irreal nos invadió a cada uno de nosotros. Lo único que pude pensar fue en Jimin, sus ojos habían recuperado ese brillo que lo caracterizaba, su sonrisa era cada vez más grande y sus manos temblaban de emoción. Observé cada parte de él y la sensación de alegría por verlo de esa manera hizo que mi cuerpo también se relajara. Por fin, el caso se había cerrado y, por ende, Jimin había quedado inocente, siendo después de años, libre. Mis ojos se encontraron con los suyos, y ambos saltamos de alegría, contagiados por la sensación de que finalmente se estaba haciendo justicia. Mantuvimos nuestras sonrisas, incapaces de contener la felicidad que fluía en ese momento.
A nuestro alrededor, los chicos compartían nuestra satisfacción. Era como si un peso enorme se hubiera levantado de nuestros hombros. Los meses de incertidumbre y tensión llegaban a su fin, y la inocencia quedaba finalmente demostrada.
Nos abrazamos, sintiendo la conexión entre nosotros más fuerte que nunca. Miré a Jimin, y sus ojos reflejaban gratitud y alivio. Estábamos juntos en este momento, y se sentía tan bien.
— Te dije que no te preocuparas — exclamó un Taehyung emocionado al sumarse a nuestro abrazo. — ¡Hemos triunfado, Jimin! ¡Eres libre ahora! — gritó con tal fuerza que provocó una sonrisa en su rostro.
La sensación de verlo feliz se apoderó de mí. Me alegraba verlo de ese modo.
— Estoy sumamente feliz por ti, Jimin. — murmuré, aferrándose aún más al abrazo y mostrando mi alegría de manera abierta, sintiendo su calidez en mi cuerpo. Él me envolvió y profundizó más el abrazo.
Los demás chicos se unieron a nosotros en cuestión de segundos, y entre todos llevamos a cabo una pequeña celebración.
La abogada caminó lentamente hacia nosotros con una sonrisa tímida.
— Chicos, ¿me disculpan un momento? Necesito hablar con mi abogada — Jimin pidió. Y mi corazón volvió a congelarse. Los chicos aceptaron, aunque sospechando que ni siquiera escucharon lo que Jimin dijo. Aparté mi abrazo donde lo tenía agarrado, dándole espacio lentamente. Mis ojos se encontraron con los suyos, llenos de emociones, y me sonrió. Volví a congelarme, me estaba dedicando de nuevo su hermosa sonrisa y hacía que mi respiración se cortara. — Quisiera hablar contigo, Jungkook. Solo si lo deseas, no te presionaré. Puedo esperarte hasta que estés listo, ¿de acuerdo? — él me susurró, y quedé pensando. Los cosquilleos en mi interior no me abandonaban, pero, vi a su abogada, quien mantenía su rostro apagado, me hizo sentir culpable. Ella ha estado con él esos meses que estuvo en procesos... ¿será cruel de mi parte si quisiera volver como si nada? Aunque, técnicamente no tengo culpa, pero su rostro me hace pensar lo contrario. — Lo entiendo. Te daré más espacio. Discúlpame. — reaccioné inmediatamente y antes de decir algo, tomó mis manos y las besó con suavidad para luego retirarse. La abogada agachó su rostro y una sensación inexplicable inundó mi ser. — En un momento regreso con ustedes. — se dirigió a los demás, pero fui el único que aceptó.