¿Fue solo una farsa? ¿Una mentira despiadada?
Jungkook, integrante de un grupo musical, se ve sorprendido por la repentina salida de su novio, Jimin, quien decide retirarse del grupo y poner fin a su relación de cinco años. A pesar de la tristeza y...
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Con todas mis fuerzas, corrí lejos de él, alejándome con rapidez para evitar confrontar la compleja situación que se había desarrollado entre nosotros. Podría parecer un acto patético, un fracaso momentáneo de mi parte, pero en realidad, era una medida necesaria para preservar el equilibrio emocional de ambos.
Abrí la puerta del copiloto con determinación y me adentré en el vehículo con firmeza, sintiendo la urgencia de alejarme lo más rápido posible.
Taehyung, que estaba semi-reclinado en su asiento, dejó su celular de lado al verme y se enderezó, preparado para nuestra partida.
— Hola, ¿cómo te... — Intentó iniciar una conversación, pero lo interrumpí abruptamente.
— ¡Por favor, acelera y vámonos! — Exclamé con urgencia y un dejo de apuro en mi voz.
Taehyung no hizo más preguntas y comenzó a conducir, llevándonos lejos del lugar. A través del espejo retrovisor, pude ver a Jimin observándonos mientras nos alejábamos, y una oleada de emociones encontradas invadió mi ser.
Por favor, Jimin... espera por mí y permíteme sanar antes de entregarme completamente a ti.
El trayecto desde el palacio hasta mi casa transcurrió en un silencio incómodo. Ni Taehyung ni yo volvimos a mencionar el incidente, aunque estaba seguro de que él quería saber qué había sucedido. Algo nos detuvo a ambos de abordar el tema.
La noche avanzaba y el tráfico se intensificaba debido a la hora pico de salida de las oficinas. Aunque intentaba mantener la calma, el dolor seguía consumiéndome.
— ¿Te gustaría comer algo? — Preguntó Taehyung después de un largo rato de silencio. Negué con la cabeza, incapaz de expresar mis sentimientos en ese momento. — Estamos a dos minutos de un restaurante de pastas muy bueno, por si te animas a probarlo. — Sugirió, tocando mi pierna con un gesto de apoyo. Suspiré pesadamente.
Estaba agotado de todo.
— No, gracias, Tae. — Respondí, aunque noté que no estaba del todo convencido. Él asintió y continuó conduciendo, respetando mi decisión.
Después de veinte minutos de silencio tenso, Taehyung estacionó frente a una cafetería con una decoración moderna y acogedora.
— Perdón, pero yo tengo un poco de hambre. ¿Por qué no bajamos y pedimos algo para llevar? — Propuso Taehyung, explicando nuestra parada inesperada.
Bajó del auto mientras se ajustaba el saco y se desabrochaba la corbata, dejándola dentro del vehículo. Seguí su ejemplo y salí del automóvil.
Al pisar la calle, el aire fresco de la noche me envolvió, recordándome lo frío que estaba. La chaqueta que llevaba parecía insuficiente para protegerme del clima. Observé el ambiente tranquilo de la cafetería, dividido entre personas que charlaban animadamente y otras que disfrutaban de una atmósfera más tranquila, tomando tés y cafés en paz.