Sentí mi corazón acelerarse como el rugido de una motocicleta acelerando a 240 kilómetros por hora. Observé a Jimin correr hacia su auto y arrancar, luego despidiéndose con un gesto de mano hacia afuera. Aún estaba desconcertado, sin haber asimilado completamente lo que acababa de suceder. Toqué la zona donde me había mordido y no pude evitar soltar un grito de emoción al sentir la sensación, fue glorioso, fue... mágico.
Mi rostro ardía solo de volver a pensar en cómo Jimin me había mordido y luego besado esa parte tan sensible. Era una de mis zonas débiles y, al parecer, él aún sabía exactamente dónde hacerme reaccionar con un simple roce.
Mis manos hormigueaban y estaba seguro de que mi rostro estaba tan rojo como un tomate maduro. Y mi sonrisa, ni siquiera tenía que cuestionarlo, estaba pintada en mi rostro, mostrando mi felicidad en ese momento.
Permanecí en la puerta de mi casa, sin moverme ni siquiera para parpadear. Me tomé varios segundos para grabar en mi memoria lo bien que se había sentido. Negué con la cabeza, tratando de disimular, debía entrar antes de que alguien me viera parado sin hacer nada.
Tomé la manija y abrí la puerta, siendo recibido por el sonido de la televisión en la sala. Me acerqué para ver quién estaba allí y vi a mi mamá sentada cómodamente en el sofá, disfrutando de un tazón de nueces.
— Hola, Kook. — Mi mamá volteó brevemente hacia mí y luego volvió su atención a la televisión. Estaba viendo una serie sobre una chica con doble personalidad que engañaba a su pareja para no herirlo, y la trama se estaba volviendo cada vez más confusa. A pesar de eso, a mi mamá le encantaba y se había convertido en su serie favorita hasta el momento. — No tienes que darme explicaciones sobre por qué llegas hasta ahora. Tu hermano ya me lo dijo.
Soplón.
Me rasqué la nuca, pensando si sería adecuado hablar de ese tema con ella. Después de todo, ella siempre estuvo a mi lado en mis momentos difíciles, incluso dejó muchas cosas de lado para poder apoyarme y ayudarme a superar mis problemas. Tenía miedo de su reacción, porque, al final del día, ¿qué madre querría ver a su hijo volver a un lugar donde sufrió tanto? No es que ella odiara a Jimin, todo lo contrario, lo amaba y lo consideraba como un hijo, siempre apoyándome en mi relación con él. Pero al ser testigo de mi sufrimiento cuando él ya no estaba conmigo, podría haber cambiado de opinión acerca de él. Me preocupaba que no reaccionara bien cuando le dijera que quería intentarlo de nuevo.
Ella me miró de nuevo cuando no dije nada. Mi rostro estaba pálido y no sabía cómo articular las palabras sin que mi voz se quebrara. No quería volver a ver a mi mamá sufrir, y tenía miedo de que ella no estuviera de acuerdo.
Apagó la televisión y me indicó con pequeñas palmaditas en el sofá que me sentara con ella. Siguiendo su sugerencia, me dejé recostar en sus brazos, aunque mi expresión de preocupación era evidente. Mi mente daba vueltas sin parar, y me sentía asfixiado por la confusión.
— Mamá... — Me acurruqué más contra su cuerpo y tomé su brazo. Ella me envolvió con más fuerza y comenzó a acariciar mi cabello.
— Kook, no te preocupes. Sabes que te apoyaré en cualquier decisión que tomes. — Besó mi frente y me sonrió.
No pude corresponderle la sonrisa porque sentía que necesitaba desahogarme primero.
— Yo... sé que has notado lo mal que estuve todo este tiempo, pero... yo lo amo, mamá. — Ella asintió y me enderezó para que pudiera mirarla a los ojos.
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Amor En Pausa: Destino Entrelazado • KOOKMIN | Finalizada ©
Romansa¿Fue solo una farsa? ¿Una mentira despiadada? Jungkook, integrante de un grupo musical, se ve sorprendido por la repentina salida de su novio, Jimin, quien decide retirarse del grupo y poner fin a su relación de cinco años. A pesar de la tristeza y...