❛i. venomous❜ harry potter

XII.

hogwarts

Diana, Neville, Ron, Harry y Hermione, se reencontraron una vez el tren se paró y un hombre enorme y peludo comenzó a llamar a los de primer curso para llevarles por un camino separado del resto.

Era oscuro y rodeado de árboles, y cuando perdieron de vista el lugar por el que habían venido, Diana notó a Neville tensarse a su lado. Con motivo de ayudarle a relajarse, Diana le tomó la mano.

Neville se sonrojó enormemente, pero Diana no lo notó. Estaba demasiado ocupada con la vista que ahora tenía al haber salido de donde los árboles le tapaban el paisaje. Se trataba de un lago tremendamente oscuro que, al otro lado, presentaba una gran colina con un precioso castillo sobre ella. Diana no tuvo que preguntar para saber de que se trataba. Era Hogwarts.

Todos y cada uno de sus hermanos le habían contado su experiencia. Los distintos sentimientos que les habían llenado al verlo por primera vez, y las impresiones que les había causado. Diana repasó mentalmente cada una de las versiones de las historias para darse cuenta de que lo que sentía ella no encajaba con ninguna.

Pensó que, quizás, los sentimientos eran muchos más complejos que meras palabras, y que había algunos que simplemente no tenían un conjunto de letras para definirlos, como los que estaba sintiendo ella en ese momento. Lo que si podía describir, era la sensación de que en ese lugar, pasarían muchísimas cosas maravillosas.

Un grito por parte de que el que Diana creía recordar que Harry había llamado Hagrid la sacó de su trance.

—¡Solo cuatro por bote! —había dicho.

Diana se dio cuenta entonces de que, efectivamente, habían botes parados frente a ellos, en el lago. En uno de ellos; el más cercano, se sentaban Harry, Ron y Hermione, que la llamaban. Como ella había estado demasiado engatusada con el castillo, Ron se tuvo que levantar y tirar de su brazo para meterla en el bote.

En el momento en que realizó esa acción, las manos de Diana y Neville se separaron. Sin querer, Diana se alejó de Neville, dejándolo solo en la orilla en busca de otro grupo de gente a la que unirse. No le fue difícil, sin embargo, Diana no paró de sentirse mal.

La emoción pronto le hizo olvidarse de por qué sentía que algo le faltaba. Años después lo recordaría; aquello que le faltaba era Neville.