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harry potter & ron weasley & hermione granger

—¡¿Que dijiste qué?! —exclamó Hermione, sobre las carcajadas de Harry y Ron que retumbaban en la Sala Común.

—¡Fue algo espontáneo! —se defendió Diana, con una sonrisa picaresca decorando su rostro, que mostraba que no sentía remordimiento por sus acciones.

—Oh, Diana... —murmuró la chica de Gryffindor, meneando la cabeza— A veces pienso que deseas hacer tu vida miserable a posta.

—No, Hermione, es un don que viene de nacimiento. Yo tan solo decido aprovecharlo.

—Apuesto a que es genético —dijo Harry, dándole un codazo a Ron, que seguía riendo ante la noticia que su hermana les había traído a la sala común de Gryffindor. Cuando logró calmarse, Ron se dirigió a la pelirroja.

—¿Y cómo reaccionó? ¿Parecía enfadado?

Diana frunció el ceño.

—No, enfadado no. Parecía... bueno, no sé que parecía. Indefenso, quizás, porque no podía defenderse.

—¿No?

—Por supuesto que no, Ronald —contestó Hermione—. Si hubiese querido defenderse tendría que haber admitido que había mentido en primer lugar.

—Draco Malfoy salvándonos la vida —le dijo Harry a Diana, mientras se frotaba la frente—, ¿quién se iba a creer eso?

—Al parecer esa tal Carrow —mirando al de pelo azabache, Diana notó su gesto—. ¿Estás bien, Harry?

—Si, es tan solo que me sigue doliendo la cicatriz. Me había pasado antes, pero nunca durante tanto tiempo seguido.

—Un momento, ¿te duele desde el bosque prohibido?

Harry tan solo asintió.

—Me gustaría saber que significa.

—Deberías ir a ver a la señora Pomfrey —sugirió Hermione, cerrando el libro de Transformaciones que había estado repasando.

—No estoy enfermo —dijo Harry rápidamente—. Creo que es un aviso.

Ron se removió incómodo.

—¿Un aviso de qué, exactamente? —preguntó, nervioso.

—De que se acerca el peligro —contestó Diana, sus ojos fijos en la pared de en frente, como si estuviese en un trance, o como si pudiese ver algo más allá de ella.

Ron sacudió la cabeza apresurado.

—No, la Piedra está segura mientras Dumbledore esté aquí. De todos modos, nunca hemos tenido pruebas de que Snape encontrara la forma de burlar a Fluffy. Casi le arrancó la pierna una vez, no va a intentarlo de nuevo. Y Neville jugará al quidditch en el equipo de Inglaterra antes de que Hagrid traicione a Dumbledore.

—¿No os parece algo extraño? —preguntó Diana, de repente. Cuando todas las miradas estuvieron en ella, continuó:— ¿Que lo que más deseara Hagrid fuese un dragón, y que de pronto aparezca un desconocido que casualmente tiene un huevo en el bolsillo?

Harry elevó las cejas, como si le acabasen de recordar sobre algo importante que había olvidado.

—¿Cuánta gente anda por ahí con huevos de dragón que están prohibidos por las leyes de los magos? —añadió Harry, cambiando el foco de atención—. Qué suerte tuvo al encontrar a Hagrid, ¿verdad? —de repente, el chico se levantó de un brinco, mientras decía:— ¿Cómo no se me ocurrió antes?

Ron le preguntó en qué estaba pensando, pero Harry ya había echado a correr en dirección a la puerta y lejos de ellos, que se miraron entre sí con ojos igual de confusos antes de seguir al niño que vivió de pasillo en pasillo y como último objetivo, la caseta de Hagrid, todos tan intrigados como asustados por la información que podían conseguir, e indecisos si deseaban saberla, o preferían mantenerse en la seguridad de la ignorancia durante un rato más.

***

Quién me mandó a poner los capítulos en números romanos, dios mío.

❛i. venomous❜ harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora