❛i. venomous❜ harry potter

XXIII.

draco malfoy

—¡¿Que tú qué?! —chilló Diana en un susurro, sin poder creerse lo que oía.

Se había encontrado ella muy tarde por la noche estudiando en la Sala Común, cuando un Draco en pijama se le había acercado, frotándose los ojos, como si acabase de despertarse tras acordarse de algo y le había soltado:

—Por cierto, se me olvidó decirte que te apunté como mi segunda en un duelo contra tu amigo y tu hermano esta noche a las doce.

Como era de esperar, Diana entró en pánico instantáneo, aunque la rabia estaba a punto de superar el nivel de ansiedad.

—¡Cálmate! —dijo Malfoy, tratando de silenciarla, aún cansado— No es para tanto.

Diana abrió mucho los ojos.

—Perdona, Malfoy, ¿qué parte de eso no te parece para tanto? Por favor, descríbemela porque está claro que ¡no la veo!

—Lo que no es para tanto es que no tienes que acudir, así que relájate.

—¿Cómo que no tengo que acudir? No eres tan buen mago, Malfoy, necesitas un segundo.

—No —Draco alargó la "o", como si se tratase de un niño pequeño discutiendo.

—¿A qué te refieres con no, Malfoy?

Su respuesta fue el silencio.

—¡Reacciona! —pidió ella, desesperada.

—¡Que no hay duelo! ¡Era una trampa, para que McGonagall les pillase! Dios, ¿por qué hablas tan alto? —se quejó el chico— Son las doce.

—Espera, ¿son las doce? —Diana miró, ansiosa, uno de los relojes que decoraban la Sala Común para comprobar que, efectivamente, era medianoche. Se apresuró a ponerse los zapatos, mientras Draco se desplomaba a su lado, cerrando los ojos— Me tengo que ir.

—¿A dónde vas? Son las doce.

—Sé que son las doce, Malfoy, y por tu culpa tengo que ir a salvar a mi hermano y mi mejor amigo de una de tus sucias jugarretas.

Y Diana se marchó, escuchando a Draco murmurar algo como:

—¿Mejor amigo? Pero si pasas más tiempo conmigo.