No reconocía el lugar donde se encontraba. Se despertó en la oscuridad de una vivienda desconocida y silenciosa. El único sonido que lograba escuchar era el del viento, el cuál se colaba por una ventana, la cual estaba abierta por completo y las cortinas en esta se agitaban despavoridas. Cada vez que exhalaba, un humo congelado se formaba a su alrededor. Ahora un chico rubio se encontraba plácidamente dormido sobre su regazo. Se sentía muy cálido y estaba más que cómoda, pero la curiosidad de inspeccionar aquel lugar logró vencerla. Se levantó del angosto sillón donde se encontraba recostada hace un par de segundos, con sumo cuidado tratando de no despertar al chico e inicio a recorrer con cautela la aparentemente vacía vivienda. Pudo darse cuenta de que se encontraba dentro de una cabaña, pero no veía a ninguna persona a parte del chico de mejillas rasgadas.
Entró a una pequeña habitación, en ella había un escritorio de madera color rojizo, el cual parecía brillar a causa del claro de la luna que se colaba por un gran ventanal. Miró un cuadro en la pared, era una niña con su padre, madre y hermano. Recordó a su familia. La organización. Su cabeza comenzó a arder de una manera impresionante, y todo a su alrededor de pronto daba vueltas, no tuvo más remedio que dejarse caer en la gran silla que se encontraba tras el gran escritorio rojo. Trató de recuperar la compostura dando una gran bocanada e inhalando el para nada cálido aire de aquella habitación. Mientras su cabeza se estabilizaba, se dedicó a observar el escritorio verde.
En aquel escritorio sólo había tres cosas, una libreta verde que ponía 'Técnicas Médicas' en letras doradas sobre su cubierta, un tintero negro y una pluma blanca. Cogió aquella pluma, pensó que podría haber pertenecido a algún pato y comenzó a jugar con ella. También penso en escribir una carta, pero no sabía a quién escribírsela. O tal vez sí.
Ella recordaba haber caído de aquella montaña, claro que lo recordaba, y pareciera que todo el entrenamiento que recibió cuando era una niña se esfumo en el aire con un simple soplido. Recordaba haber hecho una promesa a sus hermanos, a Nagato. Ella le hizó una promesa al líder y no había podido cumplirla. << ¿Será que no tengo la suficiente valentía? >> Se preguntó a sí misma y suspiro de manera muy pesada y profunda. La chica se empezaba a considerar una tremenda inútil y se dijo que esto no podía seguir así. Aunque su corazón le dijese y tratase de engañarla, diciéndole que no debía traicionar a Naruto, era su obligación e iba a cumplirla. <<Soy una ninja Akatsuki>> dijo armándose de valor, el valor que perdió desde hace tiempo y ansiaba recuperar. Así que, sin mirar atrás, arrancó una hoja de papel de aquella libreta verde y con ayuda del tintero y la pluma blanca de pato comenzó a escribir.
'Querido Líder,
Sé que no soy la mejor Akatsuki que pueda existir y aunque usted e Itachi me hayan entrenado, ya no soy la misma y cada vez me siento más débil y decepcionada. No le encuentro sentido a esta misión. ¿Por qué me la asignaron a mí? Preferiría que hubieran enviado a Tobi. Y es que, aunque he logrado convertirme en la mejor amiga del Jinchūriki, creo que me lo he tomado muy enserio y mis sentimientos no pararon de crecer hasta el punto de sentirme culpable al querer traicionarlo de esta manera. Y lo sé, sé que soy una estúpida y no merezco ser una Akatsuki. Así que, para terminar con este dolor que me apuñala el pecho, lo diré de una vez. Me he dado cuenta, de que, la debilidad del Jinchūriki Uzumaki Naruto... Soy yo.'Al terminar de escribir las dos últimas palabras dobló la carta sin esperar un solo segundo, corrió hacia el gran ventanal y lo abrió de par en par. Una inmensa ola de aire helado la golpeó directo en la cara y sus ojos se entrecerraron al instante, empezó a tiritar. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era muy riesgoso y revelaría su ubicación ante un sujeto despiadado y sin temores, pero era la única opción que tenía y más allá de todo, su obligación lo demandaba. Y con su mente en la aldea de la hoja y sus habitantes, junto ambas manos e hizo una sucesión de posiciones de manos prohibidas: conejo, alce y buitre. Un hombre de pelo naranja inundó sus pensamientos por un segundo. La carta desapareció entre la ventisca, pero ella sabía dónde estaba ahora. En el bolsillo de la túnica de Nagato, su líder.
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La Ninja Akatsuki ☆ Naruto y tu
FanfictionMi vida en la organización Akatsuki es muy divertida. Pero más entretenida aún es mi misión junto al Jinchüriki Uzumaki. ¿Quiéres saber cómo comenzó todo? Si es así. Te recomiendo que sigas leyendoツ