Capítulo 37: Latidos

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Al caer por la montaña miró a Naruto. Asustada. Todo parecía ocurrir en una especie de cámara lenta. Un torrente de adrenalina inundó las venas del Uzumaki. Él estiro su mano tratando de atraparla, ella intentó alcanzarlo. Tocó con suavidad la punta de sus dedos. No lo logró. Borrosa fue su visión. Se sintió impotente. <<¡Naruto!>> La escuchó vociferar horrorizada. El último grito que pudo dar, antes de impactar contra el lodo. Este era espeso, arenoso y lo suficientemente duro, cómo para abrir un cráneo. Naruto corrió hacia ella lo más rápido que pudo. Al llegar junto a la castaña, todo indicaba que había llegado demasiado tarde. Se sentó a lado de la hermosa joven y tomó su cabeza con ambas manos. Pudo notar como un líquido rojo brotaba de esta, se había herido. La sangre se mezcló con el lodo. El marrón se tornó carmín. Se estaba desangrando. Los ojos del rubio no soportaron verla de aquella manera. No pudo ayudarla y tampoco sabia como ayudarla ahora. <<¿Por qué tuvo que volver a caer?>> Pensó aturdido. Estaba humillado de sí mismo. Gotas cristalinas escurrían por sus mejillas.

ーLlorar no la salvará.

Aquella voz gruesa e impertinente lo sacó de sus casillas. Sin duda esa persona no podía ser Sasuke; La voz del Uchiha era más negativa. Esta voz de alguna manera tenía aire de querer ayudar. Levantó la mirada, encarando a un robusto y pelirrojo hombre. El rubio se tambaleó un poco, ese sujeto tenía una apariencia imponente. Colosal. No podía dejar de observarlo con asombro.

ーTranquilo niño, no estoy aquí por otra razón más que para ofrecerte mi ayudaーHabló el pelirrojo como si hubiera leído su menteー. Ví como cayó de la montaña. Así que, por favor, te pido que me dejes apoyarーconfesó con decisión.

ーGraciasーDijo Naruto siendo incapaz de decir algo más.

El fuerte hombre no dijo nada y lo ayudó a levantarse. El Uzumaki hizo un gesto en agradecimiento, acto seguido el pelirrojo se cargó a la joven en la espalda sin ningún esfuerzo. Le indicó al rubio que lo siguiera. Sin saber porque, Naruto lo siguió sin cuestionar, permanecía un poco sobresaltado por lo que ocurrió. Rogaba porque ella siguiera viva.

Tras pensarlo un poco le preguntó.

ー ¿Quién es usted?

El pelirrojo caminaba con mucha prisa, al igual que Naruto. Trotaban.

ー ¿No te lo dije? ーCuestionó el sujeto confundido.

ーNo que yo recuerde...

El pelirrojo se salió del camino y se adentró por unos arbustos dando con una extraña ruta. El reducido camino estaba lleno de plantas silvestres muy poco comunes. Sintió desconfianza por un segundo.

ーEn ese caso me disculpo, soy Raito. Acostumbro a caminar por estos bosques por la tarde cuando regresó de mis actividadesーdijo sin dejar de avanzar.

ー ¿Y qué clase de, actividades, realizas?ーcuestionó el Uzumaki sin sentirse del todo seguro.

Raito comenzó a reír.

ーActividades. No necesito explicarlas, te aburriríasーHabló irónicoー. Por cierto, ya llegamosーdijo mientras se detenía.

Con ayuda de su brazo izquierdo, Raito aparto una rama que bloqueaba el camino dejando al descubierto un rústico paisaje. Un pequeño riachuelo y muchas especies de árboles distintos acompañaban a una pequeña cabaña. El fresco aire golpeaba la cara de Naruto.

ー Entremos, tu amiga no aguantará mucho si no la atendemos.

Al entrar a la cabaña Raito recostó a ______ en un visiblemente cómodo sillón. A Naruto le dieron ganas de dormir en aquella acolchada superficie. Estaba agotado, pero la salud de la chica le importaba mucho más. Naruto se quedó observándola, se veía tan frágil.

ーEsto. Iré por el botiquínーinformó el pelirrojo para después retirarse.

Naruto no podía describir el dolor que sentía, al ver herida a la persona que más amaba. Con lentitud se aproximó a su rostro y contempló sus facciones. Sin pensarlo mucho, el chico de ojos celestes acercó sus labios a la mejilla de la chica y dejó en ella un suave beso. <<Eres hermosa ______, por favor no me abandones>> musitó el rubio mientras acercó su cabeza al pecho de la castaña. Un fuerte sonido lo hizo sobresaltar, provenía del interior de la chica. Su corazón estaba latiendo, y muy rápido. Los labios de Naruto se curvaron mostrando una débil sonrisa, estaba feliz, muy feliz. No pasó mucho tiempo y de nuevo se encontraba llorando. Sin duda, esta chica lo hace perder su masculinidad, pero no le interesa.

Desde que Raito regresó con el botiquín le empezaron a curar las heridas, ya que aparte del gran golpe que se había dado en la cabeza, todo su cuerpo estaba lleno de diferentes cortaduras y raspones. Ella seguía sin despertar, el golpe le había provocado un estado de desmayo temporal. Naruto estaba preocupado sin duda, pero al menos sabía que seguía con vida. Él escucho el latido de su corazón.





Espero que te haya gustado la lectura♡.

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Alex.

La Ninja Akatsuki ☆ Naruto y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora