Capítulo 40: Odio

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Sasuke llegó a la cima de la montaña bastante rápido. La lluvia se había disipado ya hace varias horas y ahora se encontraba acostado en el suelo de la montaña, el cual estaba cubierto con un fino y verde césped, se entretenía observando el cielo azul con mucha atención. Un arcoíris se alcanzaba a percibir en la distancia y se preguntó si al final del arcoíris sus padres lo estarían esperando. Los días que entrenaba con su hermano Itachi en el clan Uchiha pasaron por su cabeza y después de unos segundos sintió como una gran punzada le hería el pecho al momento de recordar aquella tarde en que su hermano asesino a toda la gente que amaba. Como anhelaba poder regresar el tiempo, poder abrazar a su padre y a su madre por última vez y no dejar que los matarán. Que él los matará.

Ahora se dedicaba a contar las nubes, esperando a que Naruto y la chica de ojos lila apareciesen en cualquier momento por ahí, pero nadie llegó. Y en un instante, sintió el como lo volvían a abandonar. Siempre. Siempre estaba solo, y siempre lo estaría. Lo pensaba con un atisbo de miedo y tristeza, pero decidió borrar aquel sentimiento de su mente al instante. <<Debería ir a buscarlos>> pensó y creyó que era la mejor opción, ya que pronto empezaría a atardecer, y si la noche lo alcanzaba sería muy complicado encontrar el camino de regreso a la aldea.

Así que, con temor de que la noche lo pescará desprevenido y no le permitiera regresar a Konoha, bajo de la montaña lo más rápido que sus piernas y brazos se lo permitieron. Y corrió, corrió y siguió corriendo sin detenerse, buscando a una chica castaña y un chico de mechones rubios. Cómo era de esperarse, no los encontró por ninguna parte, buscó en todos los lugares cerca de la montaña y no había señales de que hubiera ningún ninja.

Se encontraba muy agotado y se detuvo a beber agua en un insignificante arroyo cerca de la montaña, las pequeñas rocas se le metían entre los dedos y se quejaba al momento de querer caminar. Se quitó la banda de regulación y la guardo en su bolsillo, esta comenzaba a apretarle el cráneo. Cuando su sed se vio al fin satisfecha por el agua, se sacó las piedrecillas de las sandalias y emprendió camino hacia la aldea de la hoja. <<Tal vez hayan regresado>> la idea le pasó por la cabeza, pero vio esa posibilidad muy extraña, ya que ellos le prometieron que lo verían en la cima de la montaña. ¿A dónde habrán ido?

En la cabina de vigilancia de la aldea no había ni un alma y caminó directamente hacia el centro de curación, es posible que la chica pelirosa supiera algo que él no. Al momento de cruzar las puertas del edificio médico de la aldea una voz conocida lo recibió—Creí que no volverías—la voz de la chica de ojos verdes era indiferente.

Sasuke se aproximó al recibidor y la encaro—Sakura, yo, lamento lo que te dije.

—Lo siento no te escuché, ¿Decías algo? —le respondió ella mostrándole el dedo de en medio.

Sasuke la miró arqueando una ceja y con una pizca de diversión, Sakura nunca se había comportado de manera maleducada con él y le parecía algo gracioso— Sakura —le dijo mientras se acercaba peligrosamente a su rostro— ¿Has visto a Naruto? —preguntó y le acarició la mejilla con el dorso de su mano.

Las mejillas de Sakura se tiñeron de un ligero tono carmesí y apartó la mano del azabache de un manotazo—No, y lárgate de aquí. —contestó ella tratando de sonar cortante.

—No puedes echarme del hospital—le dijo Sasuke burlándose de ella.

La pelirosa lo miró muy enfadada y dolida—Por favor, vete, me has hecho mucho daño. Sí Lady Tsunade te ve por aquí, te echara a patadas—le confesó ella y apartó su mirada de la de Sasuke para mirar al suelo.

Sasuke trató de tomar su mano, pero ella no se lo permitió, así que se subió encima del mostrador y la obligo a mirarlo tomando su rostro entre sus manos. Los ojos verdes de la chica asomaban unas pequeñas lágrimas y se sintió culpable hasta el intestino delgado y prometió matarse si Sakura no lo perdonaba, se lo merecía, por ser tan estúpido.

Y mirándola de una manera muy intensa para su gusto, se lamió los labios y rompió la poca distancia que los separaba. Fue un casto roce y después de unos segundos se separó para poder hablarle— Haruno, lo siento mucho y sé que las palabras no son suficientes para un idiota como yo—la risita de Sakura provocó que el azabache sonriera por dentro—. Espero poder arreglarlo, así que, te pido que me des otra oportunidad, a pesar de no ser digno del perdón de una chica tan linda y dulce como lo eres tú.

La cara de Sakura era de grata sorpresa, le pareció extraño el comportamiento del Uchiha, pero después de meditarlo unos instantes lo decidió—Te ayudaré a buscar a Naruto—le contestó ella, mostrándole una sonrisa de lo más sincera—Pero primero, tendrás que prometer que no volverás a hacerme daño.

—No volveré a hacerte daño—Sasuke recitó las palabras que ella le pidió que dijese y volvió a romper la corta distancia que los separaba, le gustaba la sensación que la compañía de Sakura le transmitía. Por primera vez en su vida no se sentía del todo abandonado.

>>Ayúdame a buscar ayuda, tengo el presentimiento de que algo, alguien se los llevo.




Espero que te haya gustado la lectura♡.

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Alex.

La Ninja Akatsuki ☆ Naruto y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora