CAPÍTULO 22

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Si me pidieran en estos momentos que explique cómo me siento, no sabría hacerlo.
Siento emoción, alegría y ganas de llorar.

El camino me parece eterno. La carretera parece alargarse con cada kilómetro que el auto avanza.

Las conversación y bromas infalibles de Derian, me han ayudado a tranquilizar la ansiedad que siento. Sin embargo; justo ahora, es cuando recurro a los sueños de niña pequeña y deseo tener alas e irme volando para llegar antes.

Mi primer ciclo en la universidad terminó. Por fin, después de cinco largos meses, podré visitar a mi familia. Hace más de dos horas que salimos de Westwood y estoy ansiosa por llegar a casa.

—¿Crees que se alegren de vernos?— Derian interrumpe el silencio en el que viajábamos.

—Claro que sí. ¡Cómo no van a estarlo! Mamá casi llora cuando le dije que llegaríamos hoy.

—Es porque tía Jane siempre ha sido sentimental —se encoge de hombros mientras ríe.

—No seas así —lo golpeo un poco en su hombro —.Ser sentimental no tiene nada de malo.

—Lo dices por defender lo extremadamente sentimental que has sido últimamente —finge una mueca de disgusto y claramente a qué se refiere.

—Eso no tiene nada de malo —me cruzo de brazos y veo a través de la ventana.

—Cuando el sentimentalismo es por culpa de Lucky —dice esa palabra con notorio sarcasmo —,tiene mucho de malo.

Una risa se me escapa, sólo porque lo escucho llamarlo así. No son mejores amigos, pero sé que Derian tolera más a Jaden. Después de todo este tiempo, han aprendido a llevarse mucho mejor.

Derian insiste en llamar Lucky  a Jaden todo el tiempo. Eso me da a entender, que le cae más bien de lo que él admite, ya que se anima a molestarlo o llamarlo por su apodo. Aún debo saber el origen de dicho apodo, pero siempre que pienso en preguntarle a Jaden, a la larga se me olvida.

—Admite que te cae mejor —volteo a verlo y claramente noto cuando contiene una sonrisa.

—No es tan malo después de todo —se detiene cuando llegamos a un cruce de semáforo —.Sin embargo, aún no me cuadra lo de su tío. Y creo que cuando John se entere de que tu novio tiene un tío narcotraficante, te enviará a un convento o algo así.

—¿¡Qué!?— pregunto incrédula. Derian continúa el camino cuando el semáforo da luz verde —.No puede saberlo, Derian. Es decir, sí. Pero a su tiempo. Es algo que no pienso decir por el momento.

—¡Tranquila!— masculla en defensa —.Sólo era mi opinión.

—Te conozco, Derian. Promete que no dirás nada —lo señalo con mi dedo índice y él muerde su labio inferior —.Derian, promete que me dejarás ser yo quien les diga a mis papás sobre Jaden.

—Sí. Sí. Lo prometo —alza su mano derecha con la palma extendida en señal de promesa.

Lo observo no muy convencida, pero espero de verdad cumpla.




**~**


Para cuando llegamos a casa, llevaba quien sabe cuánto tiempo dormida.

Las sacudidas que Derian hace en mi hombro, me despiertan de golpe. Abro mis ojos un poco perezosa y me enderezo en el asiento. Inmediatamente, giro para ver por la ventana y un torbellino de emociones me invaden cuando veo el jardín, el pórtico. Mi casa.

Del amor al odio [DAAO, LIBRO I] [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora