CAPITULO 32

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"Siento mucho lo de Steven. Era un buen socio, pero no me dejo alternativa. Ese accidente fue necesario, así como todos los accidentes de quienes intentan verme la cara.

Te veo este fin de semana al finalizar tu carrera. Más te vale ir solo y que no hagas ninguna locura. No hace falta firmar, ya sabes quién soy.

PD: Saludos para Alyssa."


Siento la sangre helarse en todo mi cuerpo. Siento que mi corazón se olvidó de cómo latir y mi estómago se contrae de una manera extraña. Siento la peor de las sensaciones.

Mi mente aún no puede asimilar lo que he leído. La mano con la que cubrí mi boca, ahora se aferra al pedazo de papel que sostengo y junto con la otra, lo aprietan con fuerza hasta volverlo un puño. El temblor en todo mi cuerpo, por el pánico y nerviosismo me domina.

Mis ojos están clavados aún en la mirada profunda de Jaden. Esa mirada que en estos instantes, es un mar profundo de odio, rencor y dolor.

—Esto..., es... —balbuceo a penas. No tengo palabras para decir lo horrible de esta situación —. Ese hombre..., Aguilar es...

—¡¡Es un hijo de puta!!— la voz ronca de Jaden, casi en un grito, me hace saltar en mi lugar.

Sé que tiene toda la razón. Aguilar es la peor persona que he conocido. Es un asesino.

Una parte de mí, le daba la razón a Jaden cuando maldecía a ese hombre. Cuando hablaba de venganza porque estaba seguro que Aguilar tenía que ver con la muerte de su tío. Sin embargo, leer la declaración escrita que lo confirma, me llena del peor pánico y frustración. Más aún, viendo a Jaden pasearse de un lado a otro. Desesperado y ardiendo en odio hacia Aguilar.

No sé realmente qué decirle. Debe ser tanta su furia, que me imagino desea golpear algo. Eso quisiera hacer yo. A pesar de que siento el temor que me alce la voz, avanzo de manera cautelosa hacia él. Me sitúo justo detrás de él, cuando me da la espalda y lo abrazo.

Su cuerpo se tensa inmediatamente y puedo ver que me observa por el rabillo del ojo. Yo lo abrazo con más fuerza y su cuerpo se relaja. Un enorme suspiro se le escapa y se gira de manera que me corresponde el abrazo de frente.

—Por eso no quiero que vayas a mi carrera, Alys. Tengo miedo que algo malo te suceda —su voz suave llega a mis oídos y lo entiendo, pero no quiero que él vaya.

—No quiero que vayas tú tampoco —trago duro —. Ese hombre es capaz de todo. No quiero que tu vida corra peligro.

Suspira de nuevo —Es por eso mismo que debo ir. Créeme, sería peor si no voy.

Me siento decepcionada. Atrapada. Por más que mi mente le da vueltas al asunto, no encuentro una solución a esto. Una en la que la vida de ninguno se ponga en riesgo. ¿En qué momento Aguilar se metió en nuestras vidas?

—Alys... —me llama, pero yo no quiero salir de mi escondite. Mir rostro se encuentra hundido en su pecho—, amor, mírame —lleva sus manos hasta ahuecar mi rostro, y lo levanta para que lo vea—. Todo va a estar bien. Te lo prometo. Encontraré la manera de salir de su juego —tímidamente asiento y él deposita un suave beso en mis labios.

Ruego al cielo porque esto se acabe de una jodida vez. Si en mis manos está hacer algo para que Aguilar se aleje de nosotros, sin dudarlo lo haré. Debe haber alguna manera.

No puede -no debe- salirse con la suya.



Del amor al odio [DAAO, LIBRO I] [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora