Mis oídos zumban por la adrenalina. Mis fosas nasales se inundan del olor del humo proveniente de las llantas de los autos. El ruido de los autos acelerando se une con los gritos y silbidos eufóricos de las personas.
Al sonar el disparo en el aire, los dos autos salen veloces por la calle, como si en cualquier momento pudiesen echar alas y salir volando. En unos segundos, ambos autos desaparecen del alcance de nuestra vista. La adrenalina al ver los autos correr es tanta, no me imagino que sentirá Jaden cada vez que corre. De seguro se ha de sentir libre.
Venir a las carreras de Jaden se ha convertido en uno de mis pasatiempos favoritos. Siento que es el lugar adecuado para desestrezarse. Para dejar todo tipo de agobio atrás y simplemente disfrutar de la noche y descargar toda la energía acumulada en gritos y silbidos.
Mi semana ha sido extremadamente pesada. Inicié las clases de la universidad y debo decir, que este ciclo claramente será más pesado que el anterior y me hará la vida de cuadritos. El trabajo ha sido una locura total. La mercadería nueva aún llega casi a diario y la boutique ha estado más llena de lo normal. Eso sin mencionar el estrés mental que he cargado conmigo toda la semana.
Mi mente se ha gozado torturándome con pensamientos negativos. Pensamientos fatalistas y extremistas. Todos y cada uno de ellos relacionados con un solo apellido: Aguilar.
Mi mente no deja de darle vueltas una y otra vez, a la mirada fría con la que me vio. Esa mirada me caló hasta los huesos y se encargó de sembrar en mí, un mal presentimiento. No le he dicho nada a Jaden. No quiero exagerar las cosas, pero por más que he intentado darle una rutina normal a mis días, me encuentro armando escenarios riesgosos para Jaden o para mí.
—¿Todo en orden?— la voz de Evan casi en un grito, me hace pestañear varias veces y volver a la realidad—. ¿Todo bien?— pregunta de nuevo.
—S-Sí, disculpa. Estaba recordando algo.
—Algo importante me imagino. Estabas tan distraída —se mueve de su lugar para colocarse frente a mí.
Estamos en el área de la zona VIP. Lo veo recargar su peso en la cerca que rodea el área y da un sorbo a la lata de cerveza en su mano.
—No es importante en realidad —suspiro —.Mi mente es la que me tortura creyendo que sí.
—¿Quieres hablar de ello?— ladea un poco su cabeza —.Bueno, no soy el mejor consejero que digamos, pero a veces en algo puedo ayudar.
Un sonrisa se me escapa —Es sobre la noche que fuimos a Black and White —muerdo mi labio inferior y lo observo para ver si me entiende a lo que me refiero.
—También es una noche que quisiera olvidar —dice y lleva su mano libre, al pómulo donde el puño del tal Bennet dejó un moretón que duró varios días.
—Me imagino que sí—suspiro —.Yo también quisiera olvidarla por completo.
—¿Y no puedes?
—Pues, ya olvidé incluso cómo llegar al bar. Lo que no olvido es... —las palabras mueren en mi boca. Traigo a mi mente la mirada fría de Aguilar —,también ese momento. Cuando el otro tipo me haló del brazo —miento.
No quiero decirle sobre lo que me inquieta. Por muchas razones. No quiero exagerar, ni mucho menos que Evan le comente a Jaden y arme problemas o algo así.
—Fue un completo hijo de puta. Tal vez sí estaba ebrio, pero no justifica que pueda lastimar a alguien, y menos a una chica —su voz se escucha ronca. Yo volteo a verlo y asiento.
Cuando estoy a punto de decir algo, alguien me toca en el hombro y giro para ver que es Juri.
—¿Nos podemos ir ya?— luce seria, pero su tono de voz y su mirada me dicen que está a punto de llorar.
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Del amor al odio [DAAO, LIBRO I] [CORRIGIENDO]
RomanceUn adiós por amor. Un beso por odio. Recibí ambos, y no sé cuál me hizo más fuerte. CRÉDITOS DE LA PORTADA A: @EditorialLatina QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA SU COPIA O ADAPTACIÓN. OBRA REGISTRADA EN SAFE CREATIVE: 2109039170215