Capítulo 25

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Emma cerró la puerta del consultorio y se apoyó sobre ella. Tan solo una hora más y podría irse. Intentó no pensar más en las horas pasadas pero no lo lograba. Sobre todo porque no había podido apartar de su mente a una persona.

Sí, veía pasar a Nick una y otra vez, del brazo de su coprotagonista, con una enorme sonrisa en el rostro. Nick... Nick... lo extrañaba. Lo quería. Realmente, lo necesitaba. Y, probablemente, eso significara que por muy imposible y absurdo que fuera, por mucho que ellos jamás serían el uno para el otro, lo amaba. Sí, se había enamorado de él. Y sí, había sido una idiota por no haberse arrojado a sus brazos cuando le confesó lo que él sentía por ella.

¿Tendrían una oportunidad? No lo sabía. Quería pensar que sí, o esperaba que sí. Recordaba haber hablado con Alessandra, su mejor amiga que vivía en Italia sobre lo sucedido con Nick.

–Es diferente –había dicho Emma suspirando– tú no tendrías problema porque eres hermosa Alessandra y tú harías una pareja estupenda con Nick.

–¿Por qué dices eso? –había bufado Alessandra– tú eres hermosa también, Emma. Probablemente mucho más que yo, solo que no lo ves. Es importante la belleza física, quizás y sí, pero mucho más importante es lo que brilla dentro de ti, porque eso se refleja. Seguramente lo que tú irradias por ti misma es lo que él ama de ti.

–Es una forma de decir que no soy hermosa realmente, ¿no? –ironizó Emma y Alessandra había soltado un par de palabras en voz baja que probablemente habían sido insultantes–. Gracias por escucharme, amiga. Te extrañaba...

Suspiró regresando al presente. Ojalá pudiera creerlo. Sería fantástico creer que Nick realmente veía lo que había dicho ver y que así lo sentía. Que no cambiaría por lo que otros pensaran. Él estaba acostumbrado a estar expuesto ante las cámaras y a la crítica. Ella no y no estaba segura de poder afrontarlo.

¿Y si no funcionaba? ¿Y si Nick empezaba a ver lo que realmente era ella? ¿Y si...?

¿Y si funcionaba? ¿Y qué tal si Nick sí la veía como era? ¿Y si él la amaba de verdad?


***

Nick sonrió prácticamente toda la noche. Se cuidaba de no demostrar lo miserable que se sentía realmente porque quería evitar cualquier pregunta al respecto. Su distracción y equivocaciones durante las filmaciones no habían mejorado y sospechaba que todos habían notado lo que le sucedía. Secreto a voces. Estaba total, absoluta e irremediablemente enamorado. De Emma.

Emma, ¿por qué no lo amaba? Ah, por supuesto. Ella era una doctora, él era un actor. Ese era un gran abismo. Para ella. Él igual la amaba, sin importar lo distinto de sus mundos, la naturaleza de su profesión o lo que sea que Emma viera como rechazable en él, a tal punto que ni siquiera aceptaba salir. Ni una cita. Ni eso valía para Emma. Menos que nada.

–Nick –llamó Vicky al salir– mi auto no ha llegado y quería saber si podías llevarme –pidió con una tímida sonrisa.

–Por supuesto Vicky, vamos –salieron de la recepción que había terminado hacía una hora y se dirigieron hasta la casa de ella.

–Has estado muy silencioso, Nick –soltó preocupada echándole una mirada larga– ¿seguro que está todo bien contigo?

–Sí –asintió y luego añadió con un suspiro– no.

–Oh –Vicky se mordió el labio con suavidad– ¿puedo hacer algo por ti?

–No lo creo pequeña, pero gracias por la oferta –pronunció con cariño.

–Nick, yo –Vicky se removió con incomodidad– sé que puede sonar absurdo, pero...

–Vicky... –Nick habló apremiante, como para evitar que continuara.

–Estoy enamorada de ti, Nick. Desde que te vi, y luego cuando empezamos las grabaciones, eres el hombre más increíble, gracioso, tierno y amable que he conocido en toda mi vida. Si tú me dieras una oportunidad... si yo... –se sonrojó levemente–. Si tú pudieras ver lo que yo veo en ti. No hay ni una sola mujer en el planeta que no lo vea, estoy segura.

–No lo creerías –murmuró Nick negando lentamente– de verdad, no tienes idea.

–Puedes hablar conmigo –se encogió de hombros– creo que he llegado un poco tarde, ¿cierto?

–Me gustaría decir que no, pero... –Nick ladeó una sonrisa– ahora mismo, sí, tarde.

–Estás enamorado –afirmó.

–Sí, lo estoy –asintió distraídamente– sí que lo estoy.

–Y... ¿cuál es el problema? –Vicky no entendía por qué lo preguntaba, aunque por alguna razón quería conocer la profundidad de los sentimientos de Nick hacía esa mujer. Quizás, inconscientemente, quería saber si tenía una oportunidad.

–Yo –respondió Nick con sencillez– el problema soy yo.

–No lo entiendo –soltó dudosa.

–Yo tampoco –él largó una carcajada– me gustaría explicarte, sin embargo aún estoy intentando entenderlo.

–Oh, ya veo.

–Sí, bueno... –Nick giró hacia Vicky. Ella notó que el auto se había detenido– hemos llegado.

–Sí, por supuesto –agitó su cabeza al notar que miraba fijamente a Nick. Se había quedado perdida en su mirada verde– te veré en las entrevistas.

–Adiós, Christie –sonrió Nick travieso y le envió un beso volado. Vicky rió y lo besó en la mejilla.

–Adiós, Dante –acarició su rostro y, antes de pensarlo demasiado, le rozó los labios– adiós, Nick.

Él la miró alejarse y sonrió lentamente. Sería tan sencillo enamorarse de Vicky. En cualquier otra circunstancia, probablemente él se habría rendido ante ella. Pero no ahora. No en adelante, quizá. Sospechaba que desde que conoció a Emma, desde ese instante, él dejó de ser el hombre que era, porque ya no se sentía igual.

Y ahora solo lo confirmaba. Solo podía amarla a ella. Solo a Emma.

¿Eternamente? ¡La vida debía tener compasión de él si es que no estaban hechos el uno para el otro! O eso esperaba. Porque no se le antojaba estar solo por siempre.

Frunció el ceño ligeramente y notó que ya estaba en su casa. Era increíble como el tiempo parecía volar cuando pensaba en Emma. Transcurría sin siquiera notarlo, había creído que solo había tenido pensamientos fugaces pero hacía cuarenta minutos que había dejado a Christie. Qué curioso y relativo era el tiempo.

Se recostó en la cama, mirando al techo fijamente y pensando en el rumbo que tomaría su vida ahora que dejaba la serie atrás. ¿Quería seguir siendo actor? ¿Debía retomar sus estudios? ¿Debía buscar otras opciones más serias? No lo sabía. No tenía la menor idea de lo que quería hacer... o quizá sí.

Quería seguir siendo actor. Por el momento, era lo único de lo que tenía certeza. No se veía en una profesión diferente en un futuro cercano. Así que sí, lo que quería de la vida aún era ser actor. Una nueva serie...

Pensó en llamar a su agente, pero eran las dos de la mañana y no creía que él apreciara la interrupción. Cerró sus ojos y sintió todo el cansancio caer sobre él. Habían sido un par de meses bastante duros. Ya mañana pensaría en algo más; bien, en realidad, más tarde lo haría.

Sabía que lo que lo "molestaba" realmente era algo más. Diferente. Relacionado con su vida privada. No estaba acostumbrado a pensarlo con atención y últimamente le había dado más vueltas que nunca a lo que hacía y los motivos que lo llevaban a hacerlo. Y sabía que todo se debía a Emma. Quería a Emma en su vida.

Ojalá supiera que hacer. ¿Habría alguna manera de convencerla de que algo entre ellos funcionaría? Probablemente no.

O probablemente sí. Había que intentarlo. Mañana... mañana lo intentaría.

Definitivamente amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora