Nick se apoyó en el respaldo de la silla con descuido, mirando alrededor de su camerino. ¡Qué recuerdos! Se sentía como una eternidad desde la última vez que había estado en ese set. Y con sus "hermanos" en Destino. Era increíble.
–Sí, es increíble –habló Lucian que estaba apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados. Nick lo miró, ni siquiera se había dado cuenta que estaba diciéndolo en voz alta o que tenía compañía– ¿has aprendido tus diálogos?
–¿Y tú lo has hecho? Según me han contado, los niños suelen dar mucho trabajo.
–Más lo dan las esposas, Nick –contestó Lucian con una enorme sonrisa– ¿y cómo va ese aspecto de tu vida?
–¿Cuál aspecto? –Nick ladeó su rostro–. Ah sí, lo de las esposas. Muy bien, todas mis esposas están muy felices.
–¡Eres incorregible, Nick! –reprendió Lucian riendo y Nick arqueó una ceja arrogante–. Sí, está bien. No debería hablar, pero que conste que yo jamás he tenido más que una esposa.
–Supongo que una es más que suficiente, ¿no? –soltó burlón Nick.
–Mucho más que suficiente –Lucian bufó por lo bajo– a veces realmente...
–¡Ah, una reunión familiar! –exclamó Derek entrando alegremente– ¿alguna novedad? –los miró detenidamente.
–No, Nick sigue soltero –Lucian contestó encogiéndose de hombros– tal parece que nuestro hermanito creció en todo aspecto excepto en ese.
–Alguien tiene que sostener la esperanza de nuestras adoradas fanáticas –proclamó Nick con solemnidad y se echaron a reír. Donovan se detuvo, al pasar por ahí.
–¿Qué hacen todos aquí? ¿Ha sucedido algo? –inquirió entrecerrando sus ojos. Tenía la expresión de suficiencia tan típica de un hermano mayor.
–¡Nuestro hermano mayor ha llegado! –soltó riendo Lucian y Donovan puso en blanco los ojos– ¿te unes al sermón dirigido a Nick?
–¿Qué hizo esta vez? –Donovan habló con tono grave y en esta ocasión, fue Nick quien puso en blanco los ojos con impaciencia–. Nuestro pequeño hermanito.
–Todos me tratan como un niño –suspiró Nick teatralmente– creo que el matrimonio les afectó, ¿saben? Suenan como un padre... los tres.
Las risas no se hicieron esperar en el camerino de Nick y continuaron charlando y haciéndose bromas unos a otros. Era bueno estar de vuelta en la serie que los había encontrado y convertido en familia.
Una hora más tarde, Nick se encontraba en mitad de una escena junto con la mujer que había sido su novia en la serie en los capítulos finales de la última temporada. Era una joven muy agradable, con facciones delicadas y ojos vivaces. Le sonrió.
–Dante, no estoy segura de que debamos darles la noticia ahora...
–¿Por qué no? –ladeó su rostro con curiosidad– ¿vas a rechazarme?
–Claro que no –ella puso en blanco los ojos– es solo que...
–Todo estará bien –pasó el brazo por sus hombros, guiándola– ya lo verás.
–Nick, yo... –cruzó sus brazos y se apartó– ¡demonios!
Nick observó el cambio en su actitud y rió abiertamente. Ya, lo había llamado Nick, pero no era para tanto. La joven frunció los labios con molestia. Él negó levemente.
–¡Lo lamento tanto! Estoy algo nerviosa, hace tanto tiempo que no actuaba.
–Está bien, es el primer día apenas –Nick le dedicó una radiante sonrisa– ¿te parece si intentamos nuevamente?
–¡Primero un receso! –intervino secamente Mary, una de las guionistas–. Niña ven, quiero hablar contigo –señaló hacia la chica que se veía totalmente mortificada.
–Pobrecita, lo que le espera –murmuró Derek meneando la cabeza.
–Sí, Mary parece más tensa que de costumbre –Nick ladeó su rostro hacia Lucian, con burla– ¿no tendrás algo que ver tú, verdad?
–¿Yo? –Lucian se encogió de hombros– estoy felizmente casado y tengo una hija. Yo no tengo NADA que ver en eso.
–Creo que esa es precisamente la razón de que nuestra dulce guionista Mary se haya vuelto una fiera –comentó Derek pensativo– la cambiaste y...
–Yo no tuve nada con ella –se excusó Lucian– Nick es testigo de que ella y yo...
–Todos lo somos –habló Donovan que había estado mirando el set– pero no podemos ignorar que ella se encaprichó contigo.
–Peor para ella –Lucian espetó secamente– ya ha pasado demasiado tiempo y...
–Estás felizmente casado y tienes una hija –repitieron a coro Derek y Nick.
–Exacto –confirmó Lucian riendo– además la chica merece el regaño.
–¿Ah sí? –Nick arqueó una ceja– ¿por qué?
–Porque no puede distraerse solo porque está enamorada de ti.
–¡Ahí vamos de nuevo! Vicky nunca ha estado enamorada de mí –bufó Nick incrédulo. El cruce de miradas entre los otros tres hombres solo lo exasperó–. ¿Qué?
–Nick, Nick... –Derek paseó lentamente– ¿estás ciego?
–No creo que busques una respuesta, ¿verdad? –espetó Nick.
–Cálmense todos –intervino Donovan– un enamoramiento unilateral no sería algo novedoso aquí, así que dejémoslo estar, ¿entendido?
–Pero es que ella no... –empezó Nick.
–¿Entendido? –repitió Donovan con una pizca de severidad. Los tres asintieron.
–Corrijo lo que dije –murmuró Nick–. Donovan parece un abuelo y no un padre.
El aludido lo miró ceñudo brevemente y luego continuó caminando, para ignorarlo. Además, era su turno en escena.
–Nick, sabes que debes tener cuidado con lo que haces, ¿cierto? –comentó con tono casual Lucian. Derek había ido al camerino. Nick lo miró con curiosidad.
–¿Lo dices por Vicky? –inquirió. Lucian asintió firmemente–; pero yo no he tenido nada con ella, y no creo que...
–Solo escucha lo que te decimos –interrumpió Lucian y lo empujó levemente con el codo– estamos empezando la filmación y durante la última temporada fue evidente la actitud que ella tomó contigo.
–Lo sé –murmuró Nick incómodo. Era cierto. A él le agrada mucho Vicky pero no existía nada entre ellos. Lo que sucedía en pantalla era solo eso, actuación y nada más. Aunque a momentos, ella parecía no comprenderlo. Creía que había algo más y... de verdad, ¿qué tan buen actor podía ser él que no entendía que no era real?
–¿Por qué te ríes? –Lucian lo miró con extrañeza.
–No recordaba lo complicado que llega a ser la actuación –elevó las manos en el aire–. No me hagas caso. Cambiemos de tema, ¿cómo está Liz?
–Mi pequeña –Lucian sonrió abiertamente– preciosa. Se parece mucho a Beth. La adoro y la extraño mucho.
–¿A tu hija o a tu esposa? –bromeó Nick.
–A las dos, por supuesto. Aunque no será demasiado. Vienen en estos días.
–¿A Los Ángeles? –exclamó, sorprendido. Lucian asintió– veo que Beth no te pierde el rastro, Lucian.
–No tiene por qué hacerlo –rió Lucian divertido– es mi esposa. Y a mí me gusta que venga. Me hará mucho bien verla –concluyó.
ESTÁS LEYENDO
Definitivamente amor
RomanceUna razón válida para no asistir a un matrimonio debía ser la circunstancia en que Emma se encontraba. Hacía un par de meses había conocido al hombre perfecto... el mismo que se casaba aquel día, absolutamente enamorado por supuesto. Y no con ella (...