Capítulo 23

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Me pasé abrazado a Kanata toda la noche, velando su sueño. La verdad es que dormí bastante bien con él, no se movió ni un milímetro. Por la mañana fuimos juntos a las clases y a mediodía Ray se lo llevó para hablar, y supongo que se disculpó con él. Como si eso fuera a arreglarlo.

Me daba rabia que Kanata no fuera a reprochárselo, y aunque no era asunto mío, aproveché un momento en el que me encontré al muchacho de pelo plateado en el baño para hablar con él.

–Oye, Ray.–yo estaba apoyado en la pared mientras él se lavaba las manos, y visto así podría parecer que era el típico matón de instituto e iba a pegarle, pero eso no entraba en mis planes

Por ahora.

–¿Mm?–me miró–¿Sí, Mitsuki-san?–pasó junto a mí para dirigirse al secador de pared

El sonido del aire caliente me ensordeció por unos segundos, pero retomé la conversación en cuanto este cesó:

–Debería darte vergüenza lo que hiciste ayer.–

–¿Mm? ¿A qué te refieres?–

Lo peor es que ni siquiera estaba mintiendo, no sabía de qué le estaba hablando.

–Kanata.–

–Bueno, creo que eso es asunto nuestro.–me respondió con educación, pero era obvio que no le gustaba que yo estuviera metiendo las narices ahí

–El problema es que para ti todo es un asunto tuyo. Y solo tuyo.–

–¿Ah?–

–Los amigos y las parejas no son cactus, no puedes estar meses sin prestarles atención y esperar que sigan vivos cuando te apetezca volver a regarlos.–

–¿Qué te ha dicho Kanata exactamente?–

–Al parecer más de lo que te dice a ti.–me aparté de la pared–No me cabe duda de que alcanzarás todo lo que te propongas, Ray.–empecé a caminar hasta la puerta–Llegarás a la cima del mundo...–me detuve–Pero estarás solo.–salí del cuarto de baño

**

Después de la conversación con Tsukasa me sentía algo decaído, así que pasé el resto del día fuera a solas con mis pensamientos. Cuando cayó la noche volví a casa de Mamo y ensayé mi cara de «todo está bien» antes de llamar a la puerta.

–¡Pasa, pasa!–Mamo se fue corriendo nada más abrirme, así que me quité los zapatos y entré al salón

¡Y ahí estaba el pequeño Mamo con el telescopio en el balcón!

–¿Ah?–me acerqué a él–¿Qué haces?–

–¡Hoy hay luna llena!–me respondió emocionado

–...–pestañeé un par de veces–Y yo que pensaba que usabas esto para espiar a tus vecinos.–

–Sus vidas son un aburrimiento, yo soy el actor porno sospechoso.–siguió observando el cielo por la mirilla–¿Quieres ver?–me lo ofreció con una sonrisa tan pura que no pude decir que no

Supongo que me gustaba ver al Mamo del día a día, lejos de su fachada de machito habitual.

–Claro.–me agaché para observar a través del telescopio–Uo...–

Realmente la luna estaba preciosa, nunca había tenido ocasión de verla de esta forma.

–A que es genial.–Mamo estaba emocionado como un niño pequeño

–Mucho.–me aparté y dejé que volviera a mirar él–Oye Mamo...–

–¿Mm? ¡Ah! Se me ha olvidado ponerme a hacer la cena, perdón.–

Moan in lavenderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora