Moan in lavender

Capítulo 32

-Ah...-me estremecí ante el contacto de un líquido frío sobre mi abdomen

Aquella noche Ryoga había decidido que quería vendarme los ojos, y aunque la privación de los sentidos no era algo con lo que me sintiera especialmente cómodo le dejé hacerlo. Yo ya estaba completamente desnudo y a su merced, tumbado sobre la cama de su apartamento de empresario de poca monta. Habían pasado unos cuantos minutos de tortura, pero yo aún no había conseguido una erección completa. Ryoga podría pensar que era porque me estaba aguantando, pero lo cierto era que no me estaba sintiendo bien.

-Mi chico rebelde...-podía escuchar su voz perfectamente-Qué voy a hacer contigo ahora...-pasó la mano por mi pecho, dejando las marcas de sus uñas en él

-¡Ah!-

Eso había dolido más de lo que debería.

No me malinterpretéis, me gusta jugar duro. No me apasiona, pero me gusta. He hecho cosas con las que Ryoga ni siquiera podría soñar. Es solo que...no conseguía transformarlo en placer. Todas las marcas estaba resultando dolorosas de verdad. No sé si era por el aura que él había creado en este noche en particular, por mi situación emocional, o por el tono de su voz. Simplemente...no podía.

-Tendré que darte tu merecido...-me advirtió, y se me heló la sangre

Se colocó sobre mí aún completamente vestido, y sujetó mis muñecas con su mano izquierda. Me estaba mareando...y en cuanto clavó sus dientes en mi cuello...me bloqueé.

-¡Bengala, bengala!-

Nuestra palabra de seguridad. No la de «baja el ritmo», la de «para ahora mismo».

-¿Ah?-Ryoga me retiró la venda de los ojos, entre sorprendido y preocupado-¿Rui?-sus manos sobre mis mejillas

-N-no...no quiero seguir.-volvía a sentir aquel nudo en la garganta, como si me estuviera ahogando

-¿Te encuentras bien?-

-No...no mucho.-me incorporé-Me voy a ir a casa.-empecé a recoger mi ropa rápidamente

-Rui espera.-me puso la mano en el hombro

-¡Deja que me vaya!-le levanté la voz

-...-

Me sentí como un completo idiota, nunca me había pasado esto delante de alguien que apenas conocía. Tenía que salir de allí, ya me inventaría alguna excusa si me encontraba con él en el futuro.

-Lo siento.-terminé de vestirme-Nos...nos vemos otro día...-me fui corriendo de su apartamento

Por supuesto apenas llegué a la esquina de la calle tuve que detenerme. Por suerte era ya algo tarde y no había nadie que fuera a hacerme preguntas incómodas sobre por qué me encontraba en aquel estado, si había consumido drogas o si necesitaba una ambulancia. Solo tenía que apoyarme en la pared y tratar de controlar mi respiración. Despacio....inhalar...exhalar...

-Ah...ah...-claro que una cosa es la teoría y otra la práctica

-Rui.-Ryoga apareció frente a mí con la camisa mal puesta y una expresión serena-Mírame...-

-¿Ah...?-le miré a los ojos, con la boca entreabierta y luchando por no ahogarme

-Aprieta aquí.-me dio las manos-Aprietas...y sueltas...aprietas...y sueltas...-el tono de su voz era realmente pausado, y me ayudó a llevar el ritmo

Tardé unos minutos en recuperar mi ritmo de respiración habitual, pero lo conseguí. Ahora me sentía más estúpido aún.

-¿Mejor?-