capítulo 4

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¿Siete de la mañana? ¿en que momento se había ido la noche? Vanessa entre tropezones se levantó de su suave cama y se arregló para poder asistir a la universidad, su madre preparaba el desayuno en la cocina mientras ella lidiaba una batalla consigo misma entre sí debía arriesgarse por acomodar su cabello de una forma diferente o no, al final decidió dejarlo como de costumbre, mejor así que pasar pena. Rápidamente bajó los escalones, saludó a su madre y le dijo que era tarde para tomar el desayuno, que llevaría el sándwich de jamón y queso con vegetales dispuesto para ella y salió de casa para tomar el autobús.
Al llegar a la universidad recordó que de la prisa había olvidado darle los buenos días a Xavier, así que tomó su celular y texteó lo suficiente.

Vanessa:
Buen día amor, ¡espero tengas un lindo día! Te quiero

Xavier:
Buen día amor, justo pensaba en ti. Espero que tu también tengas un lindo día

Xavier:
¿aun sigue en pie la "reunión de hoy"? Me gustaría presentarte lo antes posible.

Al leer ese mensaje, Vanessa quedó paralizada a mitad del pasillo, ya había olvidado (o eso creía ella) que debía conocer a los padres de Xavier.

Vanessa:
Creo que si, estoy nerviosa por todo esto.

Xavier:
no te preocupes cariño, todo estará bien. Tengo una idea, hoy organizaré una cena con mis papás y hermana y te presentaré (como dicen por ahí: cuanto antes mejor) ¿aceptas?

¿Pero que clase de ideas solían venir a la cabeza de su novio? Ciertamente eran ideas, pero, de buenas tenían poco, siempre resultaban extrañas y poco convencionales, aun recordaba la vez que a Xavier se le había ocurrido que era buena idea asistir a clase de baile juntos, había sido la peor semana de Vanessa, sus pies dolían tremendamente y la señorita que les enseñaba había estado burlándose de ellos, o la vez en que Xavier decidió que era buena idea hacer una dieta juntos ¿a caso la consideraba tan gorda que se había apiadado de ella? Aquella vez había terminado con un trauma verde, sí, su trauma consistía en apio, brocoli, lechuga y todo aquello que tuviera el color verdura (así lo llamaba ella ahora) y aunque su trauma había sido superado, aun reía cada que lo recordaba, pues ella siempre le veía el lado bueno a todo, excepto a ella misma.

Después de quedarse parada ahí pensando, decidió que su novio tenía razón y comenzó a repetir, como si de un mantra se tratará: "es ahora o nunca." Y así, tecleó un "si" que, sin saberlo, le cambiaría la vida.
Unos cuantos mensajes más tarde con su novio ya se habían puesto de acuerdo y a la hora de la salida Xavier pasaría por ella y juntos buscarían algo adecuado para la cena.

Y así, con los nervios a flor de piel, Vanessa ingresó a su aula y tomó sus clases, amando con cada parte de su ser aquella experiencia que con mucho esfuerzo su madre y hermano podían ofrecerle.

Al terminar las clases salió al estacionamiento junto a su amigo, quien al ver el auto de Xavier se incomodó y rechazó la invitación del "aventon" que Vanessa le había ofrecido. Entonces ella subió al auto costoso de su novio, lo saludó de un beso y juntos se dispusieron a ir a una plaza a buscar el vestuario adecuado.

Vanessa debía admitir que una de las cosas que más difíciles se le hacían era poder comprar ropa, no solamente por lo costoso que podía llegar a ser, sino también porque ella no tenía un estilo definido, ni confianza para portar la ropa, su peso le impedía ver más allá, siempre se iba a las tallas "X" sin antes pasar por las tallas normales, para ella, entre mas holgado, grande y tapador, era mejor, temía mostrar sus brazos, sus piernas, su estómago y el área del escote. Así que estaba resultando más agotador y tedioso de lo que Xavier hubiese podido imaginar, sin embargo, para él, el precio no representaba un problema, por lo que a pequeños empujones y palabras de aliento, hizo que Vanessa entrará a las mejores tiendas de aquella gran plaza y después de medirse múltiples vestidos, encontró uno (imagen en multimedia), que si bien era lindo y a Vanessa le quedaba precioso, ella no se sentía del todo bien, pero, al percatarse que Xavier ya tenía un rostro cansado, decidió llevarse aquel para la cena. En sus compras también compró un pequeño bolso a juego.

"El papá de mi novio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora