Rayos de sol iluminaban la habitación de manera tenue, sin embargo, molesta. La luz filtrada hicieron que la chica abriera los ojos irritada por haberle interrumpido el sueño, un poco desorientada y con una sensación extraña comenzó a mirar a su alrededor hasta percatarse del cuerpo que se encontraba reposando a su lado, un grito quiso salir de su boca hasta que recordó todo lo que había pasado la noche anterior, sin duda alguna ella se encontraba sorprendida tras recordar su comportamiento anterior, también se encontraba extrañamente nerviosa y con un hambre que la harían comerse una pizza entera de un solo bocado.
Así que con determinación decidió levantarse del colchón y buscar algo para desayunar, al quitarse el edredón que la cubría, se dio cuenta de que no portaba absolutamente nada de ropa y a su lado, en la mesita de noche se encontraba una nota junto a una pastilla, tomó la nota y la leyó con cuidado:Cariño, toma ésta pastilla justo al despertar.
Espero hayas disfrutado la noche.-Dario
Al darse cuenta que la nota se encontraba firmada, Vanesa rodó los ojos, puesto que no le encontraba sentido que el hombre firmara la nota si se encontraban solos. Sin embargo Vanesa obedeció y tomó la pastilla junto un poco de agua de la botella que se encontraba en la misma mesita. Seguidamente intentó buscar su ropa, cosa que no encontró y por instinto tomó lo más cercano a ropa que pudo encontrar. Una camisa de Darío. Inevitablemente aspiró el aroma de la camisa y su olor quedó impregnado en sus fosas nasales.
Sin ropa interior y con una camisa unas pocas tallas más grandes se encaminó a la cocina, una vez ahí observó lo hermosa que era y lo llena de artilugios que se encontraba, habían procesadores de alimentos, un sofisticado horno, implementos de cocina, bandejas y muchísimos ingredientes. Cosa que no esperaba encontrar en aquel departamento, pero alegrandose internamente de tener tantas opciones para desayunar.
Su conciencia le reprimia mientras agregaba los ingredientes a un tazón, algo dentro de ella le decia: -estas gorda, deja de alimentarte de esa manera, todos se alejaran al verte así de gorda- sin embargo decidió ignorar la voz que la hacia sentir tan mal y concentrarse en continuar cocinando, después de unos 40 minutos aproximadamente la mesa de la cocina se encontraba servida, habían pequeños muffins de frutos rojos, café y el plato principal: pizza.
Si, Vanessa había optado por desayunar pizza aquella mañana, sin embargo, sentía que algo faltaba y como por arte de magia, observó a Darío entrar en la cocina y aspirar el olor del delicioso, pero chatarra desayuno dispuesto en la mesa.Con un beso en la frente y un -buenos días preciosa- Darío saludó a la chiquilla que se sintió tan feliz al escuchar aquellas pocas palabras.
-¿Así que pizza de desayuno eh?-preguntó Darío con un tono juguetón mientras alzaba una ceja y se sentaba a un costado de ella.
-Bu-bueno, habían muchos ingredientes y yo deseaba un poco de pizza, pero sino te gusta, puedo preparar algo más saludable.- dijo un tanto avergonzada por haberse comportado como una pequeña niña al elegir el desayuno.
-Oh cariño, descuida.- mientras hablabá su mano acariciaba suavemente la pierna de la chica
Con una leve sonrisa ambos procedieron a tomar sus respectivos trozos de pizza y desayunar hasta terminar la mitad, aquella simple pizza era realmente deliciosa y Darío no lograba entender como era posible que un simple platillo pudiera saber tan jodidamente delicioso.
-¿Cómo te sientes después de lo de anoche? ¿Tomaste la pastilla? ¿Tienes algún dolor? ¿Quieres que vayamos ahora mismo al doctor?- de pronto, muchísimas preguntas se encontraban saliendo de la boca de Darío, puesto que acababa de caer en cuenta que apenas la noche anterior su chiquilla había tenido su primera vez y necesitaba saber que se encontraba bien
¡tranquilo, tranquilo! Una pregunta a la vez, por favor. Me siento bien, si tomé la pastilla, siento un suave dolor en mi entrepierna pero es apenas notable y no, no necesito ir al medico. Gracias por preocuparte tanto por mi.- contestó la chiquilla mientras sus ojos brillaban de encanto por ver a su amante tan preocupado por ella.
Darío inmediatamente se tranquilizó y se levantó de su asiento para depositar un suave beso en los carnosos labios de la chica, beso que poco a poco se fue haciendo mucho más profundo, hasta el punto de sentir como su erección iba en aumento, poco a poco la habitación se fue tornando más calurosa a medida que los besos aumentaban, hasta el punto de que Vanesa fue despojada de la fina camisa que cubría su cuerpo, y Darío se apoderaba de ella en la barra de la cocina, que solo el cielo sabia como habían llegado hasta aquel lugar, con un pequeño salto y ayuda de Darío, Vanessa logró subir a la barra de la cocina, y con atentos ojos observó como su amante depositaba besos en su vientre hasta llegar a su entre pierna, donde comenzó a jugar, masajeando y acariciando, logrando que soltara sonoros gemidos, poco a poco sintió como Darío agregaba su lengua aquella deliciosa tortura proporcionada, como las manos de él acariciaban suavemente sus piernas, y como poco a poco sus fluidos lubricaban su palpitante zona, después de unos minutos más de juego, Darío no pudo contenerse y detuvo su trabajo, guiando sus manos hasta los pecho de la chica, masajeandolos, acariciandolos y pellozcandolos suavemente hasta verlos erguidos, tal y como le gustaban, en ese momento se despojó de su bóxer y de uno de los cajones tomó un condón y se lo colocó, seguidamente bajó a la chica de aquella barra y la inclinó, haciendo que se apoyara en aquel mismo lugar, con un poco de caricias en la entrada de la chica y un pequeño empujón se introdujo de una en ella, la presión que ejercía sobre su miembro era perfecta, los suaves gemidos y la respiración agitada solo agregaban mayor placer para Darío, suavemente comenzó el vaivén mientra acariciaba el trasero de la chica y proporcionaba pequeñas nalgadas combinandolo con suaves caricias en su clitoris.
Por otro lado la chica no podía más que disfrutar aquel máximo placer que le estaban proporcionando, ñas embestidas cada vez se volvían mayores, haciendo que ella se moviera al compás de él de manera desenfrenada, poco a poco ambos alcanzaron el clímax, dejándose llevar por una nube de placer. Después de aquello Darío besó la espalda de la chica y en un camino de besos llego hasta su boca donde inicio un beso lleno de deseo y pasión acompañado de suaves caricias en trasero de la chica.Juntos recogieron las pocas prendas de las que se habían despojado y tomaron una ducha,-claramente por separado, debido a la pena de la chiquilla- Una vez listos ambos y Vanesa con un precioso vestido que no entendía de donde había salido, se montaron en el auto para emprender el viaje de regreso a la realidad, ansiosos por el siguiente encuentro.
El camino de regreso a casa fue silencioso pero agradable, de vez en cuando Darío acariciaba los pechos de la chica por encima de la ropa o colocaba su mano encima del muslo de la chica junto a su centro y podía sentir inmediatamente la respuesta ansiosa del cuerpo de la chiquilla.
Luego de unos 40 minutos al fin llegaron a casa de Vanessa, donde el auto estacionó y ella bajó, despidiéndose y acordando enviarse mensajes se despidieron, cada uno, de vuelta a su propia realidad por el resto de aquel día.--------------------------------------------------------
Hola hola!!! Sabemos que es un capítulo algo corto, sin embargo esperamos le den mucho amor💜 pues lo hemos armado con el poco tiempo que hemos tenido, ya que no queríamos hacerlos esperar más.Queremos que sepan que los amamosssss 💜y que estamos infinitamente agradecidas por todo el apoyo.
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"El papá de mi novio"
RomanceUna chica Un novio Y... ¿Un suegro? Esta es la historia de como la chica menos líada, acabó liandose con la persona menos indicada.