¡¡ATENCIÓN!!
*Alto contenido sexual
(No apto para menores)Queridas lectoras a continuacion les dejamos contenido explicito y una probadita de lo que se avecina.
Que lo disfruten*
El ambiente se encontraba cargado de tensión sexual debido a esto, Vanessa permanecía expectante a lo que pudiese suceder. Darío por otro lado ansiaba poder probarla y explorar aquel cuerpo que tanto deseaba.
Sin embargo algo lo detenía a continuar su viaje por la clavícula de la chica, él sentía que aunque ella lo deseaba había algo que le impedía soltarse, así que con suaves empujones la condujo hasta la habitación, sentandola en una de las esquinas de la cama, a continuación el se agachó y acunó el rostro de la chica entre sus grandes manos.
-¿Qué sucede cariño?-dijo mientras acariciaba su mentón con los dedos
-No, no pasa nada, ¿Porqué? -La chica se preguntaba como aquel hombre tan imponente podía haberse dado cuenta de que algo ocurría en ella.
-Se que algo sucede, creeme y no podremos continuar hasta que me digas que es.-
Ella tenía muchas cosas en su mente, sin duda la voz en su cabeza le decía que todo era incorrecto y que Xavier no merecía nada de eso, sin embargo, algo más fuerte y arrebatador la empujaban a jugar en el borde de aquel precipicio a sabiendas de que caer podía ser una aventura o una desgracia, además de todo aquello, sus inseguridades le impedían continuar, seguramente cuando Darío viera que no tenía grandes pechos ni cintura pequeña y que pequeñas marcas de estrías se le marcaban en la piel no la querría. ¿Quien podría querer a una chica gorda y encanta virgen? -Es que, hay algo que debo decirte.
-Vamos nena ¿Qué es?-
-Yo, bueno, yo soy, soy virgen.- dijo mientras su sangre parecía ser drenada a sus mejillas por lo roja que se había puesto y sus manos sudorosas confiaban su nerviosismo y pena.
-Oh cariño, eso se puede arreglar. Pero me alegra que me lo hayas dicho, ahora se por donde comenzar- Por dentro Darío bailaba de felicidad al saber que su chiquilla sería suya en todos los sentidos, ansiaba poder penetrarla profundo, sin embargo, él no sería un idiota sino que la haría disfrutar. -Creo que primero debo enseñarte unas cuantas cosas.
Darío y Vanessa se levantaron de sus respectivos lugares y él los condujo hasta una puerta que se encontraba dentro de la habitación, al girar el pomo Vanessa observó con asombro y vergüenza marcada en sus mejillas rojas todo lo que había en aquel lugar.
Era un espacio pequeño comparado con las demás habitaciones que ella había visto, sus paredes rojas cenizas le daban un aire de misterio, el suelo se encontraba recubierto con una fina alfombra negra y todo indicaba que la luz podía moderarse, el lugar contaba con un sillón con una extraña forma de "S" a unos pocos metros se encontraba un mini bar y un tocador y una enorme tv colgada de la pared, el demás espacio estaba ocupado por gavetas y puertas corredizas.
Darío la guió hasta una de esas puertas y la abrió, lo que se encontraba dentro asombró de tal manera a Vanessa que se tambaleó un poco y un grito pequeño y agudo se escapó de su garganta. Sabía que eran esas cosas porque en la preparatoria le habían mostrado algo similar en su clase de educación sexual, pero el nombre de aquellos objetos no podía recordarlo y menos al ver tantos diferentes.
-Son consoladores y dildos.- Dijo Darío al darse cuenta de que Vanesa no parecía entender que eran y prosiguió - estoy seguro que no son tan buenos como yo, pero sin duda los disfrutarás pequeña.
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"El papá de mi novio"
RomanceUna chica Un novio Y... ¿Un suegro? Esta es la historia de como la chica menos líada, acabó liandose con la persona menos indicada.