¿Ella Es La Jefa? (5ta Parte saga jefes)

C.4

-Hija, el es del amigo de quien te estaba hablando- la mirada que se daban esos dos era sin duda de odio.

-Imagine que seria alguien mas.... grande- miro al joven, no era tan grande pero si mas que ella.

-Tengo veinticinco años- contestó.

-Veintiuno- dijo ella, estuvo a punto de decir otra cosa pero el llanto de la niña la interrumpió. -ire con Amelie, cuidate papá y tu mas vale que tengas cuidado- amenazo al pobre taxista.

-Descuida hija, y por favor que te acompañe el chofer lo dejo para ti- beso su mejilla y salieron dejandola con el ama de llaves y una bebé.

Solo basto alimentarla y dejarla limpia para que la bebé durmiera su siesta, el viaje habia sido cansado pero tenía mil cosas que hacer.

-Frank, iremos al centro comercial- subio a la camioneta y para evitar dormir contesto un par de correos de la empresa y hablo con su asistente.

-Hemos llegado señorita- aún odiaba que le llamaran asi pero sus empleados eran tan profesionales.

-Gracias Frank.- bajaron y de inmediato compró lo necesario para equipar una habitación para Amelie.

-¿Necesita ayuda señorita?- aparecio Frank.

-Si, necesito que lleves estas bolsas a la camioneta, iré a comprar otra cosa- le entrego las bolsas y entro en una tienda, miro la ropa, un vestido llamo su atencion era lindo y lo queria.

-Lo siento, ese vestido es de muestra, no esta en venta- una pelirroja evito que siquiera tocara aquel vestido vino.

-¿Disculpa?- su mal humor rápido se activo.

-Soy Veronica, vendedora de aqui y ese vestido no esta en venta- su cara era como si fuera la reina del mundo.

-Quiero hablar con el gerente- nadie le iba a decir que hacer.

-No esta- dijo levantando el menton destilando poder, como si lo tuviera.

-Bien, mandare una queja de Wilde Enterprise para que no le sorprenda- con todas las ganas de matar a la vendedora salio de ahi, sabia que su mal humor duraria todo el día.

Solo esperaba no volver a encontrarse con esa mujer porqué entonces si no sabria como reaccionar.

-Vamos- dijo a Frank apenas y subio la camioneta.

Saliendo del hospital mas prestigioso de los angeles algo llamo su atencion, la gran cabellera castaña que se acercaba hacia ellos.

-Papá- llego la chica de hace unas horas.

-¿Que haces aqui Anie? ¿Donde esta Frank?- de inmediato su padre penso lo peor.

-Le dije que se fuera a casa, necesito ir a comer contigo y hablar un par de cosas- entrelazo sus brazos ignorando por completo al chico que los seguia.

-Si, claro, Steven ¿Nos puedes llevar?- pregunto Joshua.

-Claro Josh, ¿a donde van?- la confianza que habia entre ellos no era del todo agradable para Angela.

-¿A donde hija?-

-Tu elige papá, solo que sea algo intimo- miro con desprecio a Steven.

-Ya sabes a donde Steven- este asintio y subio al auto, el cual de innediato de puso en marcha.

Al llegar al pequeño "restaurante" si asi se podia llamar, era mas como una casa donde servían comida, nunca habia estado en un lugar como aquel, su padre siempre la llevo a lugares elegantes donde mantenia sus reuniones de trabajo.

-Ahora si hija, de que quieres hablar- pidieron un poco de té para iniciar a charlar.

-Sobre la empresa, Amelie, mi vida...- lo último estaba segura que ya no tendria.

-¿Que has pensado de todo eso?- sabía que su hija tenias ya demasiadas cargas pero no lo dejarias hacer nada, penso en Steven como su apoyo y queria que su hija lo aceptara.

-Estare en la empresa de 7-2 de la tarde, en casa cuidare de Amelie y de ti, por las mañanas Yesica puede cuidarla y creo que me llevare al chofer asi que cualquier cosa me puedes llamar y te mandare al chofer...- la interrumpio.

-No hija, es mucha carga para Yesica, preparar comida, cuidar a la bebe, a mi, la casa...-

-¿Debemos contratar a alguien mas?-

-Si, y tengo la persona indicada- con una señal Joshua llamo a Steven quien estaba cuidando el auto.

-Ni lo sueñes padre, hace tres dias que le conoces- su padre a veces tenia ideas locas.

-Hija, se que el puede ayudar- tomo su mano, ella respiro segura de que eso era la peor idea. -Steven, toma asiento, te tengo una propuesta- y así inicaba todo aquel disparate, no sabia con exactitud lo que planeaba su padre pero con los años se dio cuenta que eran ideas muy locas.