uno

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mi espalda cayo sobre la cama, sostuve  celular en mi oreja para que no cayera.

–Mamá no me deja salir.

Una excusa estúpida, sabía que no iba a funcionar con mi amiga. Había llamado para que saliéramos esta noche, a un lugar raro que nunca oí nombrar.

¡Sos una mentirosa Virginia, lo que tu mamá más quiere es que salgas, que dejes de vivir en esa burbuja tuya!

–No puedo Nina, tengo que estudiar –mentí y muy mal.

Estamos en vacaciones, me cansé de las excusas boludas que me das. Hoy vamos a salir pero no te pongas tan elegante que vamos a ir a una plaza.

–¿Ir a una plaza, eh? ¿Nina, éstas?

Me cortó. Hablando sola, como de costumbre.

Odiaba que Nina me hiciera hacer cosas que no quería. Pero luego resultaba divertido y lo odiaba.

Yo, era una chica normal... Si, lo era. A pesar que nunca salía de casa, estaba leyendo libros todo él dia; nunca tuve un novio ni lo necesitaba, pero mi amiga decía lo contrario.

Los golpes en mi puerta hicieron que me parase.

–Mi amor

–Ma, estaba por bajar –ella entró al dormitorio.

–Hoy es la cena de despedida de año de la empresa donde trabaja papá, ¿te acordas?

–Hoy voy a salir

Él rostro de la mujer en frente mía cambio de una seriedad a un rostro de felicidad.

–¡Me alegra mucho hija! –me abrazo.

–Ma, no es para tanto, voy a ir a dar una vuelta con Nina.

–Bueno, lo único cuidate. Te dejó, así te preparas –chillo con emoción.

Rode los ojos.

–Gracias, chau.

La vi salir de mi cuarto, camine hasta él ropero y busqué lo que iba a ponerme.

  .

Nina salto arriba mio, provocando que casi cayéramos al suelo.

–Te amo Virchu.

–Tan feliz, ¿por qué?

–Por que hoy, mi vida –se señalo a si misma, presumiendo algo –Voy a conocer a mi futuro novio.

–Lo que me espera.

En Buenos Aires, estaba bastante caluroso, parecía que en cualquier momento iba a llover. Ojala no pase, porque estoy desabrigada y podría agarrar un resfriado o una gripe.
Tenia puesto un pollera de jeans hasta los muslos, una musculosa negra de seda suelta y mis zapatillas vans negras.

–Estas divina –mi amiga me guiño un ojo –Opa, no tenés corpiño.

–¡Ay Nina! –golpee su mano cuándo toco uno de mis pechos –Sabes que estas cosas se usan sin.

–Ya lista para debutar esta noche.

–Por favor, mejor vamos a donde mierda tengamos que ir.

Tomamos un taxi hasta él lugar, al llegar veía mucha gente.

–Nina, no me gustan estos lugares –susurre cuándo bajábamos del taxi.

–Amiga, estamos en una batalla de freestyle.

–¡No me jodas, sabes que no me gusta!

–Vir, te estoy ayudando.

–Volvamos –rogue con un puchero.

Ella me ignoro y me empujó entre toda la gente.

Esto iba a ser difícil.

chica rara → Paulo Londra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora