Capítulo 14

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Althair había pasado la semana entera intentando controlarse. Había estado pensando en que, si Artemis y él no hubiesen sido hermanos, todo habría sido diferente. Hubiesen podido mantener una relación, habrían contraído matrimonio luego de un determinado tiempo y de esa forma, una linda familia habría surgido, producto de su amor incondicional. El más puro y honesto que alguna vez existió.

Pero aquello era solo un sueño imposible, una simple y mera ilusión. No tenía posibilidades de que aquello alguna vez ocurriera, teniendo en cuenta que ahora, Elliot se había entrometido entre ambos.

Elliot había besado a su hermana, a su niña pequeña y mimada. Vitale le había arrebatado a esa dulce e inocente pelirroja y la había convertido en alguien distinta. No estaba seguro de cómo fue que aquello paso, simplemente estaba ahí. Lo había visto. Había presenciado el momento exacto en que sus manos terriblemente blancas y frías se colaron entre la blusa de su hermana, acariciando su espalda, eso que él jamás podría hacer, nunca. No podía apartar la vista, estaba observando claramente la forma en que su hermana intentaba controlar su respiración, y como sus pequeños y delgados dedos se metían entre los cabellos castaños del muchacho.

Las manos de Althair se convirtieron en puños perfectamente cerrados, capaces de golpear al joven que se encontraba besando a su niña. Su mandíbula se tensó y en un impulso rápido, que ni siquiera pensó, golpeo la puerta blanca de la habitación de Artemis. El sonido hizo que todos en la casa detuvieran lo que fuera que estaban haciendo en ese preciso instante.

Artemis aparto a Elliot y visualizo a su hermano, antes de que este último se marchara con pasos rápidos y fuertes hacia su recamara, cerrando la puerta con más fuerza de la esperada.

— ¿En serio, Artemis? ¿Por qué me haces esto, joder? — Aquellas palabras salían en murmullos apenas audibles para el muchacho. Había estado recorriendo su habitación durante cinco minutos seguidos. No era tiempo suficiente para controlarse, mucho menos al saber que el chico que quería arrebatarle a la mujer que tanto amaba se encontraba en su casa, su territorio, ese que nadie ha conocido porque precisamente él no los ha dejado entrar.

Tres golpes en su puerta lograron sacarlo de sus pensamientos. Estaba más furioso de lo normal, sentía la sangre hervir corriendo por sus venas.

Detrás de la puerta, Artemis se movía inquieta. Un sentimiento de culpa inundaba su ser, se sentía mal luego de haber besado a su tutor, aunque no era algo malo en absoluto, quizás se sentía culpable de haber desatado esa guerra interna en su hermano desde el principio. Porque, por supuesto, de no haber sido por su madre, al haberla dejado allí, sola y desprotegida, ella y Althair jamás se habrían conocido de esa forma, ni siquiera sentirían esa clase de atracción hacia el otro.

— ¿Por qué te enojaste? — Pregunto la muchacha en cuanto Althair abrió la puerta.

— No me enoje.

— No me mientas. Estas molesto. Y no entiendo por qué si tú has ido a besarte a muchas otras chicas y yo jamás me he portado así contigo.

— Es diferente, Artemis.

— No lo es, Althair. Yo me siento igual que tú. ¿Crees que mis pensamientos son sobre Elliot? Te equivocas. Siempre eres tú, Althair, siempre has sido tú. Pero no me hagas esto. — Las palabras salían de su boca sin haber sido pensadas. Todo ese tiempo se había guardado sus sentimientos, sus pensamientos, hasta que allí, en la habitación de su hermano mayor, había explotado.

Agradecía infinitamente que Elliot se marchara horas antes, y que, por supuesto, su padre se encontrara en un viaje de negocios.

—Yo si me arrepiento, Althair. — La pelirroja sorbió su nariz, en un intento fallido de hacer desaparecer sus lágrimas. El contrario la observo con el ceño fruncido, completamente confundido. —Me arrepiento de nuestro beso. De eso y de todo lo que paso después. No sabes lo mucho que me arrepiento.

Con esa corta frase puso fin a su discusión. Tenía el propósito de olvidarse de todo lo que involucrara a Althair, necesitaba evitarlo a toda costa; de otra forma, su corazón no haría más que ponerla confundida, la arrastraría hacia lo prohibido, en esa delgada línea donde el cielo y el infierno se unen para atraerla al pecado. Porque aquello era incorrecto, social y moralmente, un hermano y una hermana jamás pueden amarse como cualquier otra pareja. Y Artemis no quería ser de esas que todo el mundo conoce por lo malo; a pesar de amarlo tanto, debía dejarlo ir. Ambos debían dejarse ir.

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N/a: ¡Heeeeeeeeeeeey! Asdfgh en serio quería agradecerles muchísimo por todo su apoyo hacia esta historia, no saben lo feliz que me hacen sus comentarios <3 Espero que sigamos creciendo todos juntos con esta historia. *-*
Por cierto, ayer vi la pelicula "The Greatest Showman" y Dios, es maravillosa <3 Si les gustan los musicales, las historias con algún mensaje bonito y por supuesto Zac Efron (tanto como a mi 7u7) vayan a verla y no se arrepentirán. <3
Y otra cosa: si tienen instagram vayan a seguirme, estoy como lisset_rmz. Allí podrán enterarse de muchas sorpresas respecto a Sallow. 

>>Lis.

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