Capítulo 23

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El molesto tic tac despertó a Artemis. Era algo común, solía despertar a altas horas de la madrugada sin poder dormir. Se sentía exhausta, pero no podía conciliar el sueño.

Un frío molesto se hizo presente en su espalda, estremeciéndola. Podía escuchar el sonido del viento muy cerca de sus oídos. Le daba miedo; la oscuridad siempre le había aterrado.

Se levantó de su cama deshaciéndose de su sabana rosada y caminó hasta su balcón, asegurándose de cerrarlo con pestillo. Salió de su habitación rumbo a la que se encontraba justo al frente. Sus ojos verdosos se acoplaron a la oscuridad, asegurándose de que su padre no estuviese despierto. Abrió la puerta y distinguió la figura masculina de su hermano, sentado en el sofá de su habitación con un libro entre sus manos. Evidentemente, en ambos el insomnio ya era una costumbre.

—¿Al?— Le habló en un susurro, adentrándose en la alcoba. Aseguró la puerta detrás de ella y se acercó hasta donde el rubio se encontraba.

Sonrió, por instinto. Verlo así, con los cabellos desordenados, con unas terribles ojeras adornando su rostro, le hizo ver que en definitiva, él era lo único que siempre había soñado. Aún con su infinidad de imperfecciones, para ella Althair siempre había sido completa y totalmente perfecto.

—Pasa, Issy.— Luego de escucharla, se levantó de su asiento y besó de forma rápida la cabeza de su hermana menor.

Artemis lo observó arreglar su cama, cerrar su ventana y en cuanto se acercó, bajó la mirada. Estar así con él la ponía nerviosa, pero también sumamente feliz. Sus sentimientos hacía él seguían aterrandola; era un secreto, y lo suyo jamás podría salir a la luz. 

—¿Pasa algo?— Preguntó cuando finalizó con sus tareas, tomó el mentón de Artemis y la obligó a alzar la cabeza, para verle con precisión.

La pelirroja negó en respuesta y dejo salir un poco de aire de su boca. —Solo no puedo dormir. ¿Puedo quedarme contigo? 

—Siempre puedes quedarte.— Dicho esto, tomó su mano y la llevó directo a la cama. Se recostó y en cuanto su hermana lo imitó, giró su cuerpo para poder mirarla. Mirarla era como observar un cielo repleto de estrellas; misterioso, cautivador y sumamente hermoso. Para Althair, Artemis era como una perfecta obra de arte envuelta en temor. 

—¿Has pensado en nuestra vida si esto fuera un mundo alterno?

—¿Eh?

—Sí... Si nosotros no fuéramos hermanos, si no viviéramos juntos... ¿Qué pasaría?

—No estaríamos donde estamos ahora. Sí, es un infierno, lo sé. Pero, cariño, si todo esto no hubiera pasado yo jamás me habría enamorado de ti.

—¿No piensas que quizás eso sería mejor?

El rubio sonrió negando con la cabeza. En ocasiones, las preguntas de su hermana lo desesperaban, pero le encontraba cierto sentido en su infantilismo. Su curiosidad y las ansías de quererse comer el mundo lo volvían completamente loco. 

—Para nada, Issy. Imaginalo de esta forma; tú estarías con Elliot, porque nadie te habría dicho que él es malo para ti. Y yo, estaría quizás viviendo en alguna otra parte del mundo, rodeado de mujeres bonitas, pero muy vacío. Los mundos alternos no me gustan, Artemis, porque ya estamos viviendo nuestra vida y eso debería bastarnos.

—A mi me basta con tenerte a ti. Solo digo que... si no fuéramos hermanos podríamos estar juntos sin miedo, Al. 

—Entiendo tu punto. Pero si no viviéramos juntos, si no fuéramos hermanos, jamás habríamos llegado a conocernos. Pienso que el destino, o la vida, tiene todo un plan para nosotros. Estamos jodidos, lo sé, pero me siento feliz de estar contigo, de acompañarte y de ser tu hermano, también. Aunque mis sentimientos sean prohibidos, Issy, no van a dejar de existir.

—Te amo, Althair.

—Y yo te amo a ti, Artemis. 

Ambos se quedaron mirándose por un par de minutos. Podrían perderse en los ojos del otro, a pesar de que el color y la forma eran similares, admirarlos siempre les cautivaba. Posiblemente Althair tenía razón. El destino se esforzaría en mantenerlos juntos si es que eso era lo que tanto anhelaban. 

Althair cerró sus ojos cuando el cansancio pudo más, y su hermana se acercó; juntó sus labios con los contrarios y lo besó. Un beso pequeño, apenas una caricia, pero que para ambos envolvía amor, dulzura, y un secreto que debían llevarse a la tumba. 

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N/a: ¡Holaaaaaa! Estoy demasiado feliz de poder traerles finalmente éste capítulo, han pasado muchas cosas en estos meses y es por eso que quiero dedicar ésta parte de la historia a mi amiga preciosa, Mafer. Gracias por leer, y por apoyarme en todo esto. Sé que llegarás demasiado lejos. Me despido ajsdksd, espero que sigan amando a Althair y a Artemis tanto como yo. <3 

SallowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora