Sallow

Capitulo 27

Habían pasado dos semanas desde la ultima vez que Artemis y Althair estuvieron juntos. Issy continuaba confundida, ¿y si todo era simplemente un juego? ¿una apuesta? ¿una broma cruel de su hermano? Conocía a Althair mejor que a nadie, pero seguía cuestionándose respecto a sus sentimientos de manera ocasional. Quizá las dudas se debían únicamente a que estaba asustada. Temía que alguien se enterase de aquella relación secreta y prohibida que poco a poco fueron construyendo. Tenía miedo de arruinarlo. Le asustaba incluso salir lastimada.

Los pasillos del colegio siempre le habían parecido abrumadores, sin embargo, esa mañana tenía un mal presentimiento. Pensaba que no era real, que era su mente jugando con sus pensamientos otra vez (como solía pasarle cuando era niña), pero esa espina de que algo malo ocurriría continuaba allí, en su cabeza, pinchándola a cada rato, como una aguja. 

Camille se acerco charlando sobre miles de temas que no poseían relación alguna y que la pelirroja simplemente ignoro, como por costumbre. 

—¡Arte! ¿Sabes lo que eso significa?

—¿Eh?

Su mente se había perdido, había dejado de prestarle atención a su amiga sin sentir remordimiento alguno, pues creía estar colmándole la paciencia. 

—¿Estás escuchando?— El tono de su voz tenía un deje de molestia que, a su vez, abrumaba a Artemis. Camille suspiró, exasperada, mientras chasqueaba sus dedos a la altura de los ojos de su amiga, para hacerla despertar.

—Lo siento, Cam. ¿Qué decías?

—No sé que te tiene tan preocupada, pareces en las nubes, Arte.— La pelirroja rodó los ojos, por mera inercia. Cerró su casillero y comenzó a caminar, sin preocuparse por si la contraria le seguía el paso. —En fin, habrá una fiesta esta noche. Aparentemente todos van a ir, y eso significa que, a lo mejor, Elliot y tú podrían estar solos un rato, digo.

—No.— En la mirada de Artemis podía leerse el enojo que la inundaba. 

—Bueno, vale. Pero, entonces, ¿me darías tiempo para estar a solas con tu hermano? Somos amigas, vamos. 

Hasta ese punto no había sentido tanta molestia, que le parecía indescriptible. Sabía que Camille tenía una obsesión por los muchachos (cosa que en ocasiones repulsaba), y la quería, por supuesto, pues había sido la única persona capaz de soportarla en sus malos ratos. Pero sentía que sus comentarios se estaban sobrepasando, y lo peor era no poder enfrentarla porque, de hacerlo, su mayor secreto saldría a la luz en el lugar menos indicado.

Negó con la cabeza, antes de responder. —¿Para qué quieres estar a solas con él? Es un pesado, Camille, lo conoces. Además, lo ves casi a diario.

—Para repetir lo de la otra noche. 

Los libros que llevaba consigo se deslizaron de los brazos de Issy, quien la observó expectante, sin saber siquiera qué hacer o qué decir. 

La reacción de Camille fue de vergüenza pura, había prometido no hablar al respecto. Pero, al mismo tiempo, sentía cierta culpa por haber estado con el hermano de su mejor amiga, no debería importarle, ¿o si?

—Mierda...— Cubrió su cara con ambas manos al notar la expresión de Artemis. —Lo siento. ¿Te molesta? Mierda.

—Calla, está bien. ¿Hace cuánto fue?— Con rapidez, recogió cada uno de los libros que yacían en el piso, con el afán de desviar su atención hacia otras cosas.

—No lo sé, no lo recuerdo. Sólo fue una vez.— Al responder, acomodó su falda con las palmas de sus manos. 

—No quiero hablar más, ¿si?

Artemis se alejó por el pasillo, las ansias de refutar a su hermano le causaban punzadas en el pecho. Se sentía molesta y defraudada. 

Ella lo sabía, siempre había sido consciente de la pésima reputación que el mayor de los hermanos Sallow poseía en el Instituto; pero estando solos, él lograba mostrarse distinto. Las lágrimas amenazaban con salir de sus iris verdosos, haciéndola sentir estúpida. 

"Necesitamos hablar. Pero no aquí". Fue lo único que pudo enviarle a Althair sin haber estallado. 

Artemis podía parecer tranquila y pasiva, pero, cuando la atacaban de esa forma, no había nada que la hiciera cambiar su actitud de egoísmo e inconformidad. Posiblemente Althair fuera la excepción. Pero eso no cambiaba el hecho de que se hubiera acostado con su mejor amiga, para después decirle que era la única persona con quien anhelaba estar.