Capítulo 12

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Para Althair todo aquello había sido un completo desastre, no dejaba de reclamarse una y otra vez por lo que había pasado con Artemis, su Artemis. El imaginarla con otro chico, pensar en sus rosados labios moviéndose al compás de otros lo hacían sentir celoso, como nunca antes lo había estado. Ella había sido su niña pequeña y consentida desde siempre, se habían jurado lealtad eterna, aun cuando las cosas se pusieran difíciles.

Pero quizás ya estaban bastante dañados. Ninguno de los dos se había dignado a aclarar las cosas. Los sentimientos de las personas suelen ser más fuertes que la propia razón y eso era justamente lo que les estaba pasando a los hermanos Sallow. Ambos sabían que aquello estaba mal, pero al menos uno de ellos no lo había ocultado para siempre. Althair, siendo el hijo perfecto, había impresionado a su hermana al confesarle lo que sentía. No era normal. Aunque, ¿qué es normal en realidad?

Althair siempre fue un rompecorazones. Uno de esos chicos que con tan solo verlo, roba tu corazón, Jamás le fue difícil hablar con las chicas, ilusionarlas con sus bonitas palabras y con sus adorables y cautivadores gestos. Por eso había pasado la semana entera viéndose con chicas diferentes cada día, con tal de olvidar por un segundo a su hermana. Algo en lo que evidentemente fracaso, pues su cabeza siempre llegaba a ella una y otra vez.

En cuanto escucho aquellos sollozos cerca de la biblioteca de la ciudad supo que algo andaba mal, los sonidos le resultaban familiares. Distinguió los mechones rojizos moviéndose a la par del viento, observo los libros que yacían en el suelo, descuidados y viejos, los tomo y siguió a su Issy. No le fue difícil alcanzarla, ella era por supuesto más lenta que él.

— ¡Artemis! — El muchacho alzó la voz, en un intento de llamar la atención de la pelirroja, quien no cesaba de llorar. — ¡Issy, espera por favor!

Se detuvo, secando sus lágrimas con las mangas de su suéter rosado. Althair la sostuvo entre sus brazos, dándole la vuelta para poder mirarla con detenimiento; intentaba descifrar lo que estaba pensando.

— ¿Qué pasó, Issy? — Su voz se había convertido en un murmullo apenas audible para la muchacha.

— ¿Por qué me dices que me quieres y luego vas a besar a otra chica, Al?

Althair suspiró, antes de responderle a su hermana mientras acariciaba sus cabellos largos y ligeramente rizados.

—Porque tú no sientes lo mismo, Issy. Mereces a alguien mejor, a alguien bueno y bondadoso como tú. No puedes estar conmigo, Artemis, por mucho que te amé estoy dispuesto a dejarte ir porque debes ser feliz. Y no puedes serlo conmigo.

En ese momento Artemis estaba más que confundida. Su mente y su corazón no iban en la misma sintonía, no sabía que era lo correcto, y su hermano no ayudaba.

— ¿Te arrepientes? — Artemis alzó la cabeza para poder mirar sus ojos con atención. Su cabeza quedaba justo en el pecho del muchacho, así que escuchaba sus latidos a la perfección cuando la abrazaba. Eso le gustaba.

— ¿De qué, Artemis?

—De besarme. ¿Te arrepientes de haberme besado esa noche?

El mayor soltó un largo e intenso suspiro, muestra de su inconformidad respecto a las preguntas que su hermana estaba haciéndole. Le lastimaba, más de lo que imaginaba. —No, Issy. No me arrepiento. De besarte al menos. Me arrepiento de lo que paso después, me arrepiento de haber arruinado nuestra relación, de haberte hecho sentir mal. Perdóname.

Las palabras parecían salir de su boca con sumo cuidado, intentaba no lastimarse a sí mismo, aunque era completamente honesto. Quería decirle una infinidad de cosas, pero las palabras no le alcanzaban, nada era suficiente en ese momento. Se sentía tan perdido y dispuesto a perder a la chica que había amado durante toda su vida con tal de no hacerla sentir mal, de no estropear aquello que por años habían forjado.

—Ya no sé qué hacer. No tengo nada claro, Al.

—Eso lo sé, pequeña. Y yo fui el único culpable en influir de esa manera en ti, y en tus sentimientos. Así que por favor olvídalo, ¿vale? Olvidemos que todo esto pasó y sigue con tu vida, consigue a un chico apuesto que te amé con todo su corazón. De verdad te mereces todo lo mejor, y créeme que yo soy lo opuesto.

La cabeza de la pelirroja se movió de lado a lado, en rotunda negación. —Eres lo mejor que tengo.

—Gracias por decirlo. Ahora ve, yo llevaré tus libros más tarde a la casa, ¿está bien?

—Te quiero. — La muchacha le dio un abrazo rápido a su hermano, para luego darse la vuelta y caminar de vuelta a casa. Aunque no sabia si aquello seguía llamándose "casa" u "hogar", era sencillamente el lugar en donde pasaba sus días por completo. 

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N/a: ¡Hola, hola! Hoy pude traerles este capítulo <3 Quería preguntarles, ¿en su mente cómo imaginan a Artemis y a Althair? Yo ahora pude tener una imagen más clara de mi Althair. Cuando vi a este chico fue como asdfgh, no se, me pareció todo lindo. Espero que les guste. <3

SallowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora