Capítulo 15

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Artemis y Elliot finalmente habían llevado su relación a algo más <<formal>>. Ella no tenía idea de cómo habían llegado hasta ese punto, simplemente, salían caminando de la mano, él la besaba —en todo momento—, y siempre estaba buscando la forma de hacerla reír. Un sábado, después de salir del cine, Elliot finalmente se dignó a preguntarle el tan esperado "¿Quieres ser mi novia?", a lo que Artemis respondió con un "Claro que sí".

De eso ya habían pasado ocho días. Y Artemis seguía preguntándose si era correcto estar en una relación con alguien a quien apenas conocía, y con quien no compartía el mismo sentimiento. Por supuesto, lo había hecho para evitar a toda costa a su hermano, y a sus pensamientos relacionados con él.

Había dejado de acudir a sus clases de piano desde lo que había hablado con la señora MacGregor, se había involucrado por completo en sus estudios y en su actual novio, que ya no encontraba el tiempo de hacer las cosas que más amaba. Por suerte, sus dedos no habían olvidado cómo tocar aquel instrumento. Había extrañado esa sensación de melancolía que le inundaba cada vez que practicaba.

Althair se encontraba en su habitación, en el segundo piso cuando escucho las notas peculiares del piano de su casa. Ese sonido no era regular, sobre todo desde que Carisa, su madre, se fue. Artemis no solía tocar en casa, odiaba que la gente de servicio se quedara allí, contemplando con admiración su maravillosa habilidad de tocar, fue justo eso lo que lo desconcertó. Dejo sus libros de estudio en su escritorio y sigiloso, bajo las escaleras.
Pudo distinguir a la perfección la letra de "The story never ends" de Lauv, saliendo de la boca de su hermana. Se estremeció, sus ojos se cerraron, disfrutaba de la calidez de la voz de Artermis, amaba su timbre y la facilidad con que lograba alcanzar los agudos. Sencillamente, lo tranquilizaba.

Se quedó pensando que quizás así era como ambos se sentían, la canción reflejaba todo lo que no podían decirse de frente, y justamente, su historia nunca terminaría. Althair se aseguraría de eso. Estaba dispuesto a pelear por ella, aunque le costará sufrimiento y dolor, ella era suya, lo había sido desde siempre y eso nunca cambiaría.

Al terminar, Artemis suspiro, observando hacia el frente. Althair le dedico un par de aplausos desde las escaleras, que ella ignoro.

— ¿Issy?— Preguntó, esperando recibir cualquier respuesta, alguna señal que le indicara que todo entre ellos estaba bien, aunque sabía que no era así, estaban extremadamente rotos, y ya no podían arreglarse.

— ¿Si? —Respondió de forma seca, guardando sus partituras en su carpeta.

Althair suspiro, llevo una mano a sus cabellos rubios y camino hasta el piano, deteniendo a su hermana.

—Háblame, por favor.

— ¿Qué quieres, Althair?

—Quiero que todo vuelva a ser como antes, Artemis. Te quiero de vuelta. Eres lo único que tengo y no voy a dejar que Elliot me lo arrebate.

— ¡Estás hablando de mí como si fuera un simple objeto, Althair! ¿Y si quiero estar con Elliot? ¿Acaso pensaste en eso? ¡No! Eres demasiado egoísta.

—Mírame a los ojos y dime que lo amas. ¡Dímelo y voy a dejarte en paz para siempre, Artemis!—Ahora era él quien estaba llorando. Althair Sallow no lloraba, jamás demostraba sus sentimientos, intentar descifrarlo era como entrar a un laberinto sin salida.

Artemis calló. No sabía con exactitud qué responderle. ¿Qué si lo amaba? No, en absoluto. No podía amarlo, porque su corazón pertenecía a Althair. Pero no soportaba su inmadurez, que le dijera todo aquello la lastimaba. Su relación jamás funcionaria, sencillamente no estaban destinados.

—Sé que no lo amas, Artemis. Y no sé si me ames a mí. Pero sé que tú eres la única para mí, no puedo dejarte ir tan fácil. Yo te amo, Issy, de una manera pura y sencilla, y no te amo como mi hermana.

—No vuelvas a insistir, por favor. Nunca te he pedido nada. Simplemente no vuelvas a hacerlo. Sabes perfectamente que eso está mal, nosotros dos no funcionaríamos, no es correcto. Así que por favor, regresa a tus ligues, conquista chicas y déjame.

Sus palabras eran puñaladas en el corazón de Althair. Estaba locamente enamorado, su cerebro no funcionaba correctamente cuando Artemis estaba cerca y su corazón, siempre se aceleraba cuando la veía. No podía callarse más. No le resultaba fácil, por supuesto que no, pero, ellos siempre habían estado juntos, sus manos encajaban a la perfección, sus estaturas eran básicamente proporcionales, y joder, que Althair se emocionaba con el simple hecho de escuchar el nombre de la diosa griega que había gobernado su corazón.

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N/a: Bueno, pues, este es el ultimo capitulo del año ): De verdad me siento feliz de estar escribiendo esta historia. Y espero hacerlos felices a ustedes también. Gracias por acompañarme en esto y créanme que el 2018 se viene súper cargado de sorpresas y capítulos. 

Los amo.

>>Lis.

SallowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora