II

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Iban camino a sus respectivas casa. Frank iba más feliz que de costumbre pues en su encuentro con Gerard en la cafetería habían tenido una larga "conversación".

—Solo estaba preguntando cosas muy raras. El tipo me da mala espina- Gruñó Kris.

—Solo quería conocernos un poco, no seas paranoico- Se burló Frank

—¡Preguntó cuál era nuestro tipo de sangre y también si teníamos enfermedades venerias por las cuales preocuparse! !Si eso no es raro no se que es¡-

—Tal vez solo se preocupa por Dos nuevos amigos. Si tuviéramos un accidente sabría qué decirle a los paramédicos- Soltó Frank con simpleza.
Kris no estaba del todo convencido.

Gerard estaba acostado en un sillón viejo y enfrente de él estaba Lindsey en un sillón más pequeño.
El muchacho tenía un cigarrillo entre los labios y abría una lata de cerveza con determinación mientras su mejor amiga lo miraba reprobatoria.

—No se cual es tu afán de que conozca gente.- Suspiro Gerard sacando el cigarrillo de su boca. -Y al fin encontraste a alguien que no huye con mis preguntas, qué molestia tener que lidiar con las personas-

—Gee, deberías hacer un círculo de amigos que sea diferente al que tienes ahora...- Animo Linds.

—¿Que tiene de malo Hank y Mark? Son agradables- Murmuro en respuesta frunciendo el ceño con molestia.

—Los amigos de verdad no se dan drogas y mucho menos a cambio de lo que piden. Esos gemelos son unos psicopatas. Frank y su amigo Kris se ven buenos chicos. -

—Ahora entiendo por qué no les agradas, puedes ser muy molesta si te lo propones.- Gerard bebió un poco de su cerveza y dejó la lata en el piso acostándose de nuevo en el sofá.

—No te volveré a pedir que socialices si conoces a esos chicos y resultan unos idiotas. Pero si te agradan yo misma te seguiré presentando personas que valgan la pena y sin antecedentes penales.- Insistió la pelinegra.

—Bien, pero te dire una cosa- Gerard se levanto de golpe y miró a su amiga -Lo difícil no será que yo quiera estar cerca de ellos, lo difícil vendrá cuando ellos se den cuenta de la clase de persona que soy. Correrán cuando me conozcan, lo juro-

—Gee, tú eres un chico lindo y amable... no se cuando te volviste un muerto viviente- Lindsey tomó su bolso y se levantó dispuesta a salir de ahí. -Siento que ni siquiera eres el mismo muchacho con el que me sentía identificada-

—Siempre e sido un muerto viviente, cariño. No es mi problema que te hallas dado cuenta de lo mierda que soy tan tarde- Gerard la siguió hasta la puerta. Lindsey se detuvo antes de salir y lo miró.

—Nos vemos mañana Gee, te quiero- Murmuro con tristeza.

—Yo también te quiero Linds- Suspiro el chico inclinándose para besar la mejilla de su amiga.

La vida y actitud de Gerard habían cambiado radicalmente en el último año de sus estudios en la secundaria. Después de que su familia murió en un accidente automovilístico terminó viviendo con sus tíos alcohólicos y apostadores. Ellos raramente estaban en casa y Gerard prefería eso.

Su tarde se fue volando y sin darse cuenta ya había anochecido.

Se levantó a tiempo para la escuela. Mentiría si dijera que había dormido bien pues casi nunca lo hacía.
Se dio una ducha y bajo en silencio a la sala, no quería despertar a sus tíos. Solo bebió una taza de café antes de salir y fumo un par de cigarrillos cuando iba camino a  la escuela.

Entró sin ánimos y como todas las mañanas en los pasillos habrían espacio cuando él pasaba.
Eso era algo que amaba del estupido e irracional temor que le podía causar a toda la escuela, no tenía que preocuparse nunca por tipos pesados que lo molestaran. Gerard creía que el miedo era igual que el respeto.

Fuck off  [[Frerard]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora