XXIII

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Estaban en una cafetería 24h y eran casi las 5 am. Iban por su tercer café.

—Fue una noche de verano, mi familia y yo solíamos ir a esa cabaña cada año. Esa vez mi papá y yo queríamos quedarnos hasta tarde viendo películas de terror. Mi madre se había molestado pues Mikey se había espantado y no quería dormir solo, así que ella se había ido a el dormitorio que compartíamos mi hermano y yo. Cerca de la una de la mañana rompieron una ventana... el arma que viste era de mi padre, estaba oculta tras un ladrillo suelto en la chimenea... no dio tiempo de sacarla. Corrí a esconderme al ático, aterrado como un cobarde, ni siquiera pensé en lo que les podía pasar a mi hermano o mis padres. Escuche disparos pero no salí hasta el día siguiente. Mis padres habían muerto y Mikey estaba herido en una pierna. Los médicos decían qué tal vez la perdería pero lo logro. Salió adelante. Después de que mis padres murieron la trabajadora social nos llevó con mis tíos, supongo que papá no conocía realmente a su hermana y su cuñado, estoy seguro de que jamás hubiera permitido que nos pasara todo lo que nos ha pasado.
Al principio Constance era la "buena" y Bernard... el siempre fue un desgraciado pedofilo infeliz. Fue cuando me di cuenta de esto que mande a Mikey al internado. Iba a verlo todos los fines de semana, por eso me gustaba que nos viéramos o muy temprano o por la tarde noche... mi tía se volvió un monstruo poco a poco. Una noche solamente entro a mi cuarto a decirme que tenía trabajo. Me dio drogas, decía que eso hacía más ameno el trabajo.Espanto a mi novio, a mi mejor amigo. Solía decirme que si yo era gay me podía acostar con cualquier hombre que me pusieran en frente. Ni siquiera se si soy gay, sabes, creo que eres el primer chico con el que disfruto todo, ya sabes, 'todo'.- Gerard sonrió - Cuando me di cuenta que la gente se alejaba de mi decidí ser yo quien los alejara primero. Como un mecanismo de defensa. Linds Es la única que no me a abandonado aún que conoce casi todos mis secretos. Me volví el 'chico malo' sin siquiera tener una mala reputación. Alimente los rumores a mi alrededor usando ropa oscura y evitando con recelo el sol. Me convertí en el monstruo que ellos creían que yo era, me di a respetar al menos en la escuela. Pero llegaste tú. Estuvimos juntos un año y medio de la preparatoria y te armaste de valor para hablarme solo después del accidente con Linds. Le dejaste de hablar a tu único amigo por mi y créeme que eso me hizo sentir mal. Pero es que tú... tú siempre sonríes, me conoces y te conozco y me siento tan enamorado y feliz. Juro por todo que nunca me eh sentido así. ¿Y sabes? Esto me asusta, por que me da miedo que te aburras de mi y yo ya tengo hasta el nombre para nuestros cinco perros... Frank te amo-

—Gee- Frank tomó la mano de Gerard por sobre la mesa -Después de esta noche creo que nada nos separará nunca-

—Eso espero-

Ambos chicos se quedaron mirando vivamente hasta que una mesera carraspeó y los interrumpió. Ambos pidieron disculpas. La mesera les dejo la cuenta.

—¿Traes dinero?- Pregunto Gerard en voz baja -Gaste todo en alcohol-

—Noup.- Frank Musitó. - ¿Quien necesita pagar? Ve al baño, si hay ventana sal por ahí y espérame en el auto- Le extendió las llaves - Haré tiempo mientras me termino el café, en cuanto me veas salir enciende el auto-

—Uy, te volviste un chico malo- Gerard también rio -Me encantas- Beso rápidamente a Frank e hizo lo dicho.

Frank salió corriendo unos minutos después con la mesera tras el, arrancaron el auto y escaparon de ahí riendo a carcajadas. Gerard no podía creer que hace apenas unas horas estaba considerando el suicidio y ahora se sentía el chico más feliz del mundo.
En el radio sonaba una canción de David Bowie, Gerard cantaba en voz alta animando a Frank a seguir con la letra, bailando en su asiento y moviendo las manos cerca del rostro de Frank.

—Me tienes Frank. no puedo creer que alguien me halla atrapado como tú lo hiciste- Dijo el pelinegro moviendo la cabeza aún al ritmo de Moonage Daydream -Estoy muy feliz de que me tengas-

Frank sonreía mirando al frente, procurando no distraerse con el energético chico a su lado. También iba pensando en cuál sería la mejor forma de decirle a su padre que Gerard quería irse a vivir con ellos. Solo rezaba por que lo dejaran.

Llegó a su casa. Su padre lo regañó. Le hablaron a Lindsey, ella también los regañó. Mikey lloro al ver a su hermano y Cheech les permitió quedarse con la condición de que siguieran estudiando y ayudaran en los quehaceres de la casa, así que sin avisar a los tíos de Gerard sólo entraron por sus cosas.

—La próxima vez que vea a estos infelices será en la corte... los hundiré en la carcel-

Y parecía que todo estaría bien, eso parecía...

Fuck off  [[Frerard]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora