Nadie

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Tres horas después ya estábamos todos en la cocina, esperando que María y una de las chicas del servicio trajeran el desayuno.

—¿Cómo te va en la nueva escuela? —Aquella pregunta hizo que cambiara el rostro aburrido por una de preocupación. Miro a su padre nerviosa y asintió con una sonrisa, qué a mi parecer era prácticamente imposible que Joshua no se diera cuenta de lo fingida que era.

Algo le estaba ocurriendo a esta chiquilla y debía de averiguarlo.

Otra tarea a la lista de madrastra malvada.

Mucho después de haber desayunado estábamos acostados en la cama viendo una película que en verdad siquiera le prestaba atención.

Necesitaba saber qué era lo que había  ocurrido.

Necesitaba saber el maldito motivo de por qué mi marido estaba herido y el por qué de Steven en la casa, en nuestra casa. 

Tomé el control y apagué repentinamente la Tv. Lo miré fijamente notando como el cuerpo de mi esposo se tensaba, sabiendo lo que vendría a continuación.

Un interrogatorio hecho por mi.

—¿Lo harás ahora, verdad?
—Preguntó con resignación. Asentí y acomodé sobre la cama.

—¿Qué ocurrió? Y no me vengas con estupideces, Josh.

—Volvió Erick. —Lo miré confundida.
—Él también estaba en aquél contrato. —Cerró sus ojos. —Me dio una adverntencia.

—Pero..., pero soy tu esposa y tú también estás en el contrato. Jamás iría contra ti. —Confesé desesperada. 

—Lo sé perfectamente, cariño. —Acarició mi mejilla e incline un poco mi cabeza para sentir más fuerte su afecto. —Pero a él no le basta eso, quiere verte muerta. —Negué alarmada.

No quería morir, no ahora que lo tenía a él. Qué tenía una familia y amigos.

—No quiero morir. —Solloce para después arrojarme sobre sus brazos.

—Sh...—Intentaba calmar mi llanto desesperado. —Nadie te hará daño, no lo permitiré.

Unos minutos más tarde ya había calmado mi llanto, o eso parecía.

—Steven me ayudará. 
—Negué. No permitiria que esa basura se acercara a mi familia.

—Él puede ayudarnos, Linn. —Volví a negar. Él no volvería a mi entorno, no la haría al menos bajo mi consentimiento.

—Él siquiera pudo protejerme de ti, no lo hará. Créeme, él es un bueno para nada. —Solté con impotencia. 

Lo vi tragar nervioso antes de hablar. 

—Linn, eras tú o su empresa, él no iba a perder su empresa por nadie. Ha trabajado mucho, todo su esfuerzo está ahí y no olvides que tiene un hijo.

—¿Tratas de justificar lo qué hizo? —Me levante furiosa del lugar e indignada. No podía creerlo, si qué no. Traté de calmarme una y otra vez para hablar con tranquilidad. En estos momentos no era bueno que perdiera la paciencia. —Bien, has lo que quieras pero él llega acercarse a mí y juro por todo lo que más amo en esta vida que me divorcio de ti. Lo juro, Joshua.

—¿Qué coño dices? —intentó moverse pero lo único que logró fue qué una puntada se abriera. 

—Te lo advierto, Josh. No lo quiero cerca tuyo ni mio. —Me puse una remera cualquiera y salí de la habitación sin dejarlo hablar.

Una hora después volvía a entrar a nuestra habitación, Heath terminaba de cocerle la herida y estaba más que pálida.

—No entiendo porque has estudiado medicina si jamás te ha agradado ver sangre.

—Ja, ja. Qué chistosa. —Ironizo. —No entiendo para qué te has casado si ahora quieres divorciarte.

—Touche. —choqué su hombro cuando pasé por su lado y entré a la habitación.  Lo que ella había dicho era verdad, para qué coño me habia casado si ahora quería divorciarme.

Ignoré la mirada se Joshua y entre al cuarto de baño. Una ducha con agua caliente no me vendría nada mal.

Al terminar,  envolví mi cuerpo en una toalla y salí.  De reojo pude ver que Joshua seguía despierto y en la misma posición en la qué lo había dejado, sin dejar de ignorarlo entre al vestidor y tomé un pijama.

Por no decir un muy sensual pijama, haría todo lo que estuviera en mi alcance para que Steven no se metiera en vida pero primer debía converser a mi marido, quién cuando algo se le metía en la cabeza ni él podía sacarselo.

Sin mostrar mis intenciónes sali cotoneando las caderas, volví a entrar al baño y lave mi dientes.

Sonreí al espejo y me convencí a mi misma de qué nadie iba a joder mi vida.

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Octavo capítulo.

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Caroline #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora