Sangre

362 27 2
                                    

Seguía sin reacciónar, aquella situación inesperada me había superado por completo.

—Y... ahí está la mujer ...de mi vida. —Su voz me había sacado de mis absurdos pensamientos. 

Bajé las escaleras casi qu corriendo y mientras me acercaba a mi esposo, noté aquella penetrante mirada que hace tiempo había sido participé de mi día a día, ignorando su presencia me acerqué a Joshua.

—¿Qué te ha sucedido? —Le pregunté despacio, tomando su brazo para sentarlo en el sofá. 

—He tomado un poco y la situación se salió de las manos —Confesó cómo pudo, negué ante su estado de ebriedad.

Era evidente qué había ocurrido algo. Joshua no era tomar por tomar, más era del tipo de que tomaba cuando se encontraba acorralado en alguna situación de la que no podía salir.

—¿Joshua? ¿Steven? —Heath se hizo presente. Negué sin mirarla. —¿Qué coño ocurre, Linn?

—No lo sé. —Me levanté y ayudé a mi esposo a pararse para ir a nuestra habitación.

Él gimió fuertemente de dolor, y ahí fue cuando noté su herida.  Su camisa blanca ocupaba una mancha al costado derecho de su estómago.

—¿Qué ha ocurrido, Steven?
—Esa fue la primera vez que lo volvía a mirar fijamente. Estaba a decir igual qué hace unos cuatro años atrás, sólo que contaba con unas ojeras notables.

Cuando nuestras miradas se encontraron, dentro de mi quise no demostrar que el universo había flaqueado en mi corazón, cuerpo y alma.

Lo miré con el mayor esfuerzo posible de cómo si no hubiera nunca ocurrido nada entre nosotros dos. Saqué la mirada de él cuando mi esposo contestó la pregunta qué había hecho mi amiga.

—Me han dado por el estómago con una navaja. —Dijo mirándome fijamente.
—No ha tocado ningún órgano ¿No te preocupes, vale? Estaré bien, sólo necesito que me cosáis lo ante posible y me llevéis a la cama. —Parecía ser que su ebriedad se había ido de un momento a otro.

Asenti, yo no era doctora ni mucho menos tenía idea de lo que se debía hacer pero Heath, si qué lo era.

—Déjame ver. —Pidió acercándose.

—Pa-pá —Sollozó Zenda, llegando hasta él.  —¿Qué te ha ocurrido, padre? —Preguntó desesperada, sin dejar de llorar.

—Me he lastimado al bajar, cariño. Estaré bien, nl te preocupes.

—Zend; necesitaré  que traigas mi cartera, ahí hay cosas que podrán servir para la ayuda de tu padre.

—No, padre tiene qué ir al hospital. —Abrazó a su padre antes de qué Heath se lo volviera a pedir. Pareció conversarla ya qué corrió a las escaleras.

—Ayúdenme acostarlo. —Besé los labios de Joshua quién tenía los ojos cerrado por el dolor de su herida. —Voy a necesitar, una toalla, agua y una botella de vodka.
—Asenti y fui en busca. Subí las escaleras, tomé varias toallas limpias para bajar e ir hacia la cocina. Tomé una botella de agua y otra de vodka, al darme vuelta para salir choqué con un torso duro, y antes de que yo cayera al suelo, sentí unas manos en mi cintura, impidiendo la caída. 

Levanté la vista y me alejé cómo si quemara, no tenía desperciaria tiempo en él, no lo valía.

Estaba cruzando la puerta cuando lo escuché hablar por primera vez en la noche y por primera vez en años.

—No sabía qué habías rehecho tu vida con él. 

______________________

Sexto capítulo.

©Derechos Reservados.

Caroline #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora