Caroline #2

Realidad.

La mañana siguiente desperté temprano, chequé mis redes sociales y respondí varios mensajes que tenia de días atrás.

Miré algunos estados, eliminé algunos contactos que estaban haciendo espacio y agregué otros.

La foto de perfil de Joshua llamó mi atención, en la foto estábamos él y yo, abrazados, sonriendo como nunca, ambos en traje de baño. Esa foto fue de hace algunos dos meses atrás.

Abrí su chat, en cual el día anterior había leído sus mensajes, pero en el lapso de ayer y hoy había dejado otros. Algunos eran pidiendo que habláramos, que le diera la oportunidad de explicar lo que había ocurrido, qué me amaba y me necesitaba a su lado, etcétera.

Terminé de leer y borré todos los mensajes. Salí del chat cuando vi que estaba en línea y luego escribiendo.

A los pocos segundos llegó su mensaje, abrí y leí, era una foto de nuestra luna de miel y un texto de que le permitiera al menos explicar ciertas cosas.

Volví a eliminar sus mensajes, y cambié la foto de perfil por una mía, era casual, me encontraba mirando a la nada. Él había tomado esa foto desde su celular y la había subido a sus historias diciendo lo mucho que amaba y admiraba. A mí me había encantado esa foto y casi que lloré porque me la pasara.

Antes de salir de la aplicación recibí un mensaje dé Augusto.

Era una foto de una preciosa niña rubia. Muy parecida a él, aproximadamente de tres años.

Respondí saludando y preguntándole quién era esa preciosidad a lo que él respondió que era Valerie, su hija.

El día continuó y seguimos en comunicación, arreglamos para el día siguiente una cena y nos despedimos.

Las cosas con Heath no habían mejorado, es decir, había estado evitándola casi todo el día. No tenía ganas de discutir, necesitaba estar tranquila. Así qué, solo había abandonado mi habitación lo menos posible.

Unos minutos después de que saliera del baño, en el cuál había pasado un par de horas en la tina, tocaron la puerta.

Sabía que era ella así qué me acerqué mientras me ataba la bata y abrí la puerta.

—Quiero decirte algo. —Dijo sin mirarme.

—Pasa.

Tomé la crema corporal del tocador y me senté en la cama, dispuesta a seguir con mi rutina, como si su presencia no me afectase.

—Dime. —Exigí de manera indiferente mientras aplicaba crema en mis piernas.

—Line, yo...—exhalo con pesadez y continuó. —No recuerdo casi nada de aquella noche y hay veces que pongo en duda el hecho de que haya despertado a su lado, casi desnuda y demás. Jamás volví a verlo, solo fue esa vez, pero Megan, su hermana...

—Sé que es su hermana.

—Lo sé, vine aquí para hablar contigo de esto. Déjame continuar, por favor. —Asentí terminando de aplicar la crema. —... bien, Megan me ha hecho recordar algo que siquiera pasaba por mi mente y seguro qué pensaras en aquel día en el que Joshua estaba herido y Steven lo llevo a la mansión, juro que no lo reconocí y tú sabes muy bien que fueron menos de cinco minutos los que estuve en su cercanía aquella vez. Después de eso, jamás lo vi.

—Te creo. —Solté observándola a los ojos. —¿Cómo conoces a Megan?

—Megan es la amiga de una colega del trabajo. Un día salimos de tragos por Grecia y ahí estaba, me la presentó y eso es todo.

—Pero cómo es qué sabe, porqué está claro que sabe bastante lo que pasó entre Steven y tú...

—Mi colega Jazmín, bebió de más y se le escapó.

Asentí y decidí dar todo por cerrado, Steven al fin y al cabo no tiene que importarme, no lo amo, lo amé y hasta sentí que sin él podía llegar a morir, pero, ya no sentía nada por él. Solo que enterarme que mi mejor amiga alguna vez durmió con él fue una noticia difícil de procesar.

—Steven no me importa, sí alguna vez lo hizo, pero ahora ya no, no lo amo, no lo quiero, no me interesa nada acerca de él. Estoy esperando un bebé y también estoy por separarme del hombre al que amo. Eres parte de mí, Heath hermana, te quiero demasiado, perdóname si me comporté como una perra, no sabía cómo reaccionar ante la noticia, pero algo bueno trajo y es que caí en cuenta de qué Steven no es nadie en mi vida.