No había podido pegar el ojo en toda la noche. Los recuerdos golpeaban mi mente uno seguido del otro.
Con Steven había vivido tantas cosas en las cuáles jamás habia pensado en vivirlas, cuando miraba a sus ojos podía sentir una conexión que sin duda jamás la había podido volver a experimentar. Luego, recordaba los besos que nos habíamos dado tantas veces, aquellos besos en los que me había entregado uno y otra vez a él sin siquiera yo notarlo. O cuando nos conectabamos en aquella forma tan especial y única.
Pero no todo se trataba de especial y único cuando recordaba momentos con él.
También había vivido y sentido lo peor que una persona puede vivir; un corazón roto, completamente roto, destruido.
No quería volver a pasar en mi vida momentos así, cómo volver a llorar por un hombre el cual me usaba para sacar provecho de la situación en la que se encontraba. O sufrir por un hombre que jugaba y hacia como también deshacía sin importarle absolutamente nada acerca de mí
Pero nada de esos recuerdos se acercaban siquiera en lo más mínimo a lo que el habia dejado de mi, nada más que una pobre, ilusa y mujer.
Dos golpes en la puerta me sacaron de mi pequeña burbuja de recuerdos grises.
—Señora Hoffman, el señor Kuilok me ha mandado a decirle que la espera en el comedor junto con su esposo.
—asentí sin siquiera mirar en dirección a la voz femenina que había hablado.Caminé hasta la puerta y la abrí, dispuesta a encontrarme con Joshua y Steven. No me sentía para nada bien en aquél momento, los recuerdos habían llegado a mi mente como un balde de agua fría rompiendo todos los muros que había conseguido construir en cuatro largos años. No me sorprendi al precenciar lo que sentia una vez más, la presencia de Steven causaba esto y mucho más, problemas, tristezas y de seguro terminaria destruida como una vez lo habia hecho, pero esta vez me prometí a mi misma mientras caminaba por el largo y oscuro pasillo qué no iba a ser la única que terminaría así, esta vez iba a ser mas doloroso, de eso no cabía duda alguna.
Mi corazón iba a terminar en una completa destrucción mortal pero por está vez no sería el único.
—Line...—Nombró Joshua cuando llegué a su lado, abrazándome. —¿Cómo estás? —Susurró en mi oído sin soltarme.
Mi mirada seguía perdida, no podía salir de mis pensamientos y sin darme cuenta las lágrimas ya estaban alvergando mis mejillas.
—¿Line, qué ocurre? ¿Cariño, me escuchas? —Su voz la escuchaba en la lejanía de mis pensamientos. —¡Caroline, reacciona! —Cerré los ojos y me dejé llevar por la tranquilidad que me ofrecía aquella nube blanca en la que había entrado.
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Onceavo Capítulo.
Derechos Reservados.
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Caroline #2
Romance¡Segunda parte de Steven! Las segundas oportunidades tampoco se dan para volver amar.