—¿Qué fue lo que ocurrió, Zenda?—Interrogaba mi esposo a su hija frente a mí.
Lo conocía y en ese momento estaba realmente molesto y que su hija se estuviera burlando de él en la cara no ayudaba mucho que digamos para que las aguas se calmarán, o mejor dicho para qué Joshua se calmara.
—¡ZENDA TE CONVIENE QUE DIGAS LO QUE MIERDA HAYA PASADO, AHORA MISMO! —ella lo ignoró. —Bien, no digas nada. No verás a tu madre por meses. —Dijo ya más tranquilo.
La cara de la niña al escuchar que no le permitiría ver a su madre sino hablaba, se desfiguró por completo. Dejó de estar sentada en el sofá y dio dos pasos hacia mí, cuando me miró fijamente yo también lo hice, sonrei con ironía y levanté una ceja desafiandola.
La poca relación que tenía con Zenda era algo... Rara, a veces nos llevábamos bien y otras no, la mayoria se esas veces nos odiabamos y a pesar de que Zenda tuviera tan solo casi once años era una chiquilla muy rápida,inteligente e ingeniosa para hacer maldades y manipular la mayoría de las vaces a Joshua o a quién tuviera en su frente, menos a mí.
Lo que había hecho en la escuela parecía ser que la enorgullecía, al parecer encerró a una compañera de clases y la afixio con agua hasta casi morir, la chica estaba inconsiente cuando la encontraron y Zenda sentada en el lavabo fumando un cigarro. Cuando Joshua recibió la llamada de la directora pegó el gritó al cielo y la retiró lo más rápido que pudo, los padres de la otra chica habían dicho que harían una demanda en su contra y en contra del colegio por lo que le habían hecho con su pequeña.
Lo que ellos no sabían y por equivocación yo sí es qué Zenda y Sophia quién así se llamaba la otra chica, eran amigas en secreto y qué llevaban planeando esto desde hace unos días para qué así su padre se deshaga de ella y la llevase con su madre, porque lo único que quería hacer Zenda era estar al lado de su madre.
—Mejor que no te atrevas hablar porque juro que te arrepentirás, estúpida. —Alertó con las manos en puño antes de irse a su cuarto.
—Caroline...—me llamó mientras yo me iba para la cocina en busca de comida.
—¿Quieres uno...—Pregunté ofreciendo un sándwich de jamón. Negó y levanté los hombros.
—¿Me dirás lo que sabes, Caro...—Me di vuelta y lo miré.
—No sé nada, en serio —Dije antes de morder un pedazo.
—¿Agua...—volví a preguntar.—No, Caroline. —Cerró con fuerza la herladera y me observó fijamente. —Dime lo que sabes y no me mientas...
—¿Por qué no me dijiste que tu ex-prometida sigue trabajando en la empresa y es Valentina? —Solté sin pensar. No quería decirle lo que sabía sobre Zenda, el castigo iba a ser peor si Joshua se enterase de su plan.
—Caro...—salí de la cocina y me iba camino al cuarto.
Hora y media había pasado desde que habie subido al cuarto, ya estaba por oscurecer y con tanto frío necesitaba con urgencia meterme a la cama. Mientras me ponía el pijama, sentí unas manos en mis caderas abrazándome.
—Ella sigue trabajando allí porqué cuando pensé en echarla luego de romper el compromiso su madre había muerto. —Habló en susurro dándome vuelta.
—Pero Joshua, cuántos años han pasado ya de eso. No es quiero que la eches —Lo escuché reír bajo. —Bueno puede ser que sí quiero —dije al fin poniendo mis brazos sobre sus hombros. —Pero al menos tradala a otra sucursal ¿si? No la quiero cerca nuestro —Finalice para después besarlo.
—Lo haré...—Jadeó. Sus ojos se encendieron con ése típico brillo de maldad que me avisaba que esto no iba a salirme nada barato. —Te saldrá caro, nena. —Habló antes de tomarme y arrojarme sobre la cama para después subirse arriba mío.
Sonrei besándolo, él era incambiable en vida.
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©Derechos Reservados.
Tercer capítulo.
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Caroline #2
Romance¡Segunda parte de Steven! Las segundas oportunidades tampoco se dan para volver amar.