Traición.

382 21 3
                                    

—El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta, el amor nunca deja de ser. —Leía con voz de fingida felicidad. —Debido al gran amor que nos unió y nos sigue uniendo, hemos decidido hacerlo por toda nuestra vida ante los ojos de Dios en el sagrado matrimonio. Firman, Clarissa y Augusto. —Terminó de leer la invitación y la arrojó en mi escritorio con algo de rechazo.

—El amor es una mierda y no puede con nada una vez dañado, estúpidos. —Murmuró bajo para que yo no la escuché.

—Te escuché, idiota. —Miré la invitación con tristeza.

—Deberías ir.
—Despegue la vista del papel y la miré. —Hace años que no se ven.—Aconsejó. Negué y ella continuó.—Caro, hace más de cuatro años cortaste relación con ellos. Aceptaste irte con el imbécil de Joshua porque te amenazó con qué le haría algo a ellos si no aceptabas y además de que no los invitaste a tu casamiento y no has conocido a sus hijos.

Heathear llevaba la razón. Por más de cuatro largos años había perdido comunicación con ellos. A pesar de que siempre tenía un mensaje por mi cumpleaños, y mes a mes por parte de ellos, jamás respondí. Solo una vez intenté llamar y no pude, sentía mucho arrepentimiento dentro mío y eso me lo impidió.

—Volver después de tanto tiempo, así como si nada, no lo sé...—Argumenté indecisa.

—Será tarde algún día, ve ahora que sigues estando a tiempo. —Besó mi mejilla y acarició mi panza. —Tú serás mi bebé también, y yo seré tu única MADRINA. —recalcó lo último y dejó un beso.

—Babosa...

—Obesa. —La fulminé con la mirada y ella río contenta. —Cuídate y cuida de mi bebé, ¿si? Nosotros —Señaló mi panza y a ella. —Te queremos.

—Ve a trabajar, perezosa. Y deja se meterte con mi peso, peso que llevo muy bien con casi cuatro meses de embarazo, quisiera verte a ti en esta situación.  —Me sacó la lengua y negó. 

—Jamasssssss —Dijo alargando la s.

Negué sonriendo muestras la veía cerrar la puerta.

Hace tres meses que me había enterado de mi embarazo. En un momento pensé en abortar, creyendo que no era momento de que un ser tan magnífico y especial naciera en medio de un caos, y así fue hasta qué encontraron a él tal Erick muerto en su mansión junto con todos sus hombres.

Joshua no estaba para nada sorprendido al parecer lo estaba esperando, pero yo, yo sentí confusión y algo de intriga, curiosidad por saber qué era lo que había ocurrido.

Pero todo llevaba y apuntaba a una persona...

Steven.

Persona quien se había marchado sin mirar atrás dejándome un opresión en el pecho que no entendía la razón.

(+++)

Cuando había terminado todo el trabajo acomulado que tenia de semanas atrás, decidí ir a la oficina de Joshua.

En los meses que había transcurrido nuestra relación era casi la misma, solo que al principio parecía mucho más feliz de lo que ahora se muestra, cada vez que sale un tema sobre embarazo, bebés o algo relacionado con el tema, se vuelve reacio.

Y no entiendo el motivo. Cuando nos casamos, hicimos planes para mucho más adelante en ser padres pero ahora no lo sé...

Antes de ir hasta su oficina, desvíe el camino hacia la cafetería. Moría por comer un pedazo de chocolate amargo o tal vez blanco o alguna porción de pizza.

Tomé la barra de chocolate amargo y volví al camino anterior.

Mientras me llevaba un trozo de este, abrí la puerta encontrándome con una imagen que volvería a romper mi corazón.

Valenttina y Joshua, juntos, besándose.

_____________

Treceavo capítulo.

Derechos reservados.

Caroline #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora