—No me dejes solo de nuevo...— suplicó el azabache.
—Yo...
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Y a lado del lago, se encontraba un azabache con el corazón roto; su rubio lo había dejado, se había ido, lo había destrozado por segunda ocasión.
—Siento que no he sido un buen hermano mayor...— dijo el mayor con una pequeña mueca.
—Sí, sí lo eres...
—Me duele tanto verte así. Es como si fueras aquel niño de nuevo, estas en el mismo lugar que aquella ocasión...
—¿Dónde está Shisui?— cambió el tema.
—Fue a ver unas cosas para la boda, ¿quieres ir?
—Sí, claro...
Sasuke se levantó de donde estaba sentado.
Ese parque le traía tantos recuerdos. Ese era el lugar donde llevó al rubio cuando el Uchiha estaba molesto, así como era el lugar donde iba a jugar con el rubio.
Se acercó a su hermano que le dedicó una sonrisa y se dirigieron al auto.
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El rubio se estaba arrepintiendo de la decisión que había tomado. Seguía llorando, apoyado en el hombro de su amiga.
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—Yo... Lo siento— dijo con lágrimas en sus ojos azules.
—No... Por favor... No, baja... Baja del avión— volvió a suplicar.
Pudo ver como el chico abría más sus ojos y las lágrimas brotaban aún más. Su cara expresaba pánico.
—Adiós... Sasuke...— dijo en susurro.
—No Naruto, no... ¡Naruto!— escuchó antes de finalizar la llamada.
El avión empezó a avanzar y pudo ver como Sasuke trataba de llamarle de nuevo, pero su celular ya estaba apagado.
Por último pudo ver como el azabache ponía su mano en el vidrio y decía "no". Después el avión despegó y ya no supo nada de Uchiha Sasuke.
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Y ahora se arrepentía de la decisión que había tomado, pero ya no había marcha atrás, según él.
Sakura, en el vuelo, platicó con Naruto y trató de que cambiara de decisión, pero este dijo de que ya no se podía hacer nada.
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—Al fin, llegamos— dijo aquella pelirrosa al salir del aeropuerto—. Naruto...
—Mh...— respondió sin siquiera verla.
—Oye... Este viaje es por tu cumpleaños, no debes estar deprimido...— trató de apoyarlo.
—Sí... Mi cumpleaños— respondió sin ánimos
La ojijade le vio con cierta melancolía. Odiaba ver a su amigo así, le recordaba a cuando eran niños.
—Bueno... Vamos al hotel y de ahí veremos que hacer, ¿de acuerdo?— dijo dirigiéndole una sonrisa.
Sacó su celular y lo encendió; casi al momento se escuchó el sonido de un mensaje.
—Oh, Shika y Lee ya nos esperan el hotel, me enviaron la dirección. Vamos.
Llamaron a un taxi y se fueron hasta el hotel en donde los esperaban sus amigos.
Al fin habían llegado a uno de los países que el rubio quería visitar: Alemania.
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—Entonces, Sasuke... Este ¿se ve bien?— preguntó nervioso.
—Sí, claro...— dijo sin siquiera prestar atención
—Lo mismo dijiste de los últimos diez trajes— se quejó.
—Es que con todos te ves bien...
—Sí, claro...
—Sólo ponte el que sea.
—¡¿Qué...?!— dijo haciendo que el menor saltara en su asiento—. Es mi boda, no puedo llevar "lo que sea" el día mas importante de mi vida...
—Si esa persona te ama no creo que le importe como vayas o como luzcas.
—Tienes razón, pero quiero lucir bien. Bueno, ya luego decidire. Pruebate uno tú, de todos modos eres mi padrino y necesitas un traje.
—Pero yo ya tengo uno.
—Lo vamos a quemar, esta muy feo.
—¿Qué?
—Vamos, vamos...— decía mientras empujaba a su hermano hacia el vestidor.
—Solo con una condición...
—¿Cuál?
Después de casi tres horas probándose trajes, el par de azabaches salían de una heladería, cada uno con un helado de yogur.
—No puedo creer que la condición haya sido esto, comprar helado.
—Admitelo, saben deliciosos.
—Eso sí...
—Oye, me dijiste que Shisui estaba aquí...— se quejó.
—Pues estaba, pero al parecer no me quiso enseñar su traje.
—Entonces... ¿Nos vamos a casa?
—Sí.
Se dirigieron al auto del mayor y ya cuando subieron y metieron sus cosas el mayor arrancó yéndose por el camino a su casa.
Al llegar, agarraron sus bolsas y bajaron del auto. Venían riendo, hasta que entraron a su casa y dirigieron su vista a la sala. Los ojos de ambos se abrieron de par en par y, por la sorpresa, soltaron sus bolsas.
—Hola, Sasu-Sasu e Ita-Ita...
