Llevaban una buena relación, a pesar de las confesiones del rubio esa noche en el baile. Habían acordado olvidar todo lo que paso, seguir sus vidas normales. Y así era...
Lo único que había cambiado fue su amistad con Sasori. Sus sentimientos estaban confusos, unos le decían que estaba enamorado del pelirrojo y otros le decían que quería al azabache.
Todo eso pasó después del baile, después de aquella noche, en donde su novio había corrido detrás de otro chico, y donde al fin supo de un posible enamoramiento hacia Sasori.
///////////////////////////////////////////////////
El rubio se despertaba, su amigo ya no estaba a su lado.
Había tenido otro sueño extraño, en ese sueño, Sasori lo había besado.
Según lo que recordaba de su sueño, es que Sasori entraba a la habitación con dos tazas de café y una bolsa de galletas, luego empezaban a conversar, y al final Sasori se acercaba al rostro del rubio, y este hacía lo mismo, y se unían en un beso.
Para Deidara era algo tonto soñar eso, pero era algo que no podía evitar.
A él nunca le dijeron "te enamoraras de tu pelirrojo amigo" o "tendrás sueños donde tu mejor amigo y tu estén juntos, como pareja ".
Se talló sus ojos para despertar bien, aún recordando aquel sueño. Cuando lo hizo, en su rostro se había formado una sonrisa.
Se acomodó su rubio y largo cabello, haciendo que quedara un poco abultado en la parte superior y, al quitar la mano de su cabello, este callo a los lados un poco despeinado.
—¿Por que tan feliz? ¿Tuviste un buen sueño?— dijo entrando a la habitación.
El rubio asintió mientras seguía haciendo lo mismo con su cabello. Estaba un poco adormilado, sus ojos estaban cerrados, pudo escuchar como el pelirrojo dejaba algo sobre la mesa.
—Y... ¿Qué soñabas?
—Soñaba que tú y yo nos besábamos...— dijo sin pensar.
Se quedaron los dos en silencio, hasta que el rubio estornudó y entonces, razonó lo que había dicho.
Abrió sus ojos como platos, vio como el pelirrojo tenía su taza de café en las manos, junto a su boca, aún sin darle un sorbo, solo veía hacia la nada, completamente sorprendido.
—No, no, no... Olvida lo que dije— mencionó el rubio asustado.
